Condenados dos alumnos por ponerse violentos tras negarse a participar en un acto por la paz

El suceso ocurrió el pasado 30 de enero, fecha en la que el mundo celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. Por eso la gincana. Pero dos estudiantes con un abultado currículo de problemas de conducta se negaron a participar en la actividad. Los profesores les daban indicaciones para que se implicasen en las distintas pruebas, pero ellos las desoían sistemáticamente.

En vista de la cerrazón de los chavales, los docentes les ordenaron que pasaran al interior del instituto, pero, una vez dentro, persistieron en su actitud de no hacer nada. Entonces, sonó la hora del recreo y lograron la autorización para salir al patio, pero, en lugar de permanecer en él, se encaramaron a la valla que rodea el instituto y saltaron a la calle, «faltando por completo a las normas» de convivencia, según el relato de los acontecimientos elaborado por la Fiscalía de Menores de Granada.

Instantes más tarde, y a pesar de que los profesores les conminaron a que no volviesen a entrar al centro hasta que viniesen sus padres, los muchachos escalaron de nuevo la verja y regresaron al interior del instituto.

Los docentes trataron de impedir que entrasen en el inmueble y fue cuando uno de los menores empujó a uno de ellos y le dio un fuerte pisotón. Acto seguido, los adolescentes volvieron a saltar la valla y se descolgaron otra vez hasta la calle.

A partir de ahí, la situación se desbocó. Llegaron familiares de los alumnos en cuestión y cuestionaron la actuación de los profesores, al tiempo que un grupo de una docena de alumnos se rebeló en el patio y hostigó a sus compañeros. Lo siguiente fue que varios estudiantes se enzarzaron en una pelea, que fue sofocada por agentes de la Guardia Civil que habían sido alertados por los responsables del centro educativo. También intervino la Policía Local de Guadahortuna.

Los miembros de las fuerzas de seguridad tuvieron que volver poco después al instituto porque un individuo ajeno a él estaba amenazando con quemar los coches de los profesores.

También al día siguiente hubo vigilancia policial, mientras buena parte de los alumnos se negaron a entrar a clase.

Cinco meses después, los dos chicos implicados en la agresión a los maestros han sido condenados por un delito de atentado y otro leve de lesiones. En realidad, los acusados -que estaban encerrados desde que ocurrieron los hechos- asumieron su culpa y no fue necesario celebrar la vista oral. La pena: nueve meses de internamiento en un correccional y seis más de libertad vigilada.