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Los operarios se afanaban ayer en el arreglo de los desperfectos

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Los operarios se afanaban ayer en el arreglo de los desperfectos J.J. PÉREZ

La operación Rumba sigue abierta y podría haber más detenciones relacionadas con la banda del tractor

Fueron arrestados en una operación 'jaula' montada tras cometer el último asalto al cajero automático de Dehesas de Guadix

José Ramón Villalba y Jesús Javier Pérez

Guadix

Jueves, 16 de enero 2020, 00:49

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La Guardia Civil ha logrado detener a once personas, todos de nacionalidad rumana, acusados de la presunta comisión de, al menos, cinco delitos de robo con fuerza y cuatro de hurto de un vehículo a motor perpetrados entre los meses de diciembre de 2019 y enero de 2020. Se trata de los miembros de la banda del tractor que la madrugada del miércoles robaron el cajero automático de la sucursal de Caja Rural en Dehesas de Guadix.

Los presuntos ladrones fueron arrestados poco después de ejecutar el último robo con violencia en Dehesas de Guadix. El dispositivo montado en la operación 'jaula' permitió dar con ellos y arrestarlos. Los agentes encontraron el dinero robado previamente, según ha informado la propia Guardia Civil, así como pasamontañas, caretas y sierras radiales, estos últimos son utensilios utilizados en los últimos golpes.

Este grupo no estaba asentado en la zona, según ha podido saber este periódico, aunque todos los golpes los ejecutaban en las localidades del Altiplano. Todo hace suponer que se trata de una banda itinerante que se movía por distintas localidades para ejecutar sus robos. La Guardia Civil no descarta nuevas detenciones en las próximas horas porque la operación, bautizada como Rumba, sigue abierta.

«En este pueblo nunca pasa nada»

Un mal presentimiento sobrevolaba la población de Dehesas de Guadix desde el pasado mes de diciembre. Los poco más de 400 habitantes del pueblo habían observado con temor la sucesión de robos en localidades cercanas. Primero fue una gasolinera en Villanueva de las Torres, a pocos kilómetros, después Freila y más recientemente Moreda, también en la comarca de Los Montes. Los vecinos sospechaban que Dehesas de Guadix sería la siguiente ficha del dominó en caer.

La tranquilidad del pueblo era un buen reclamo para los ladrones, porque «en este pueblo nunca pasa nada», dijo ayer Antonio Valero, mientras contemplaba la puerta de la sucursal y el remolino de lugareños como si fuese una escena de película, de esas que sólo se ven en la televisión. «A esas horas no pasan por aquí ni las águilas», redundaba otro de los vecinos para referirse a la calma que altas horas de la madrugada se vive en la calle Granada, la vía principal de la población. Menos en estas fechas del año en las que los termómetros marcaban varios grados bajo cero.

Dehesas está situada a 45 kilómetros de Guadix, donde se encuentra el cuartel de la Guardia Civil más cercano. El pueblo no dispone de Policía Local y tiene una de las pocas sucursales bancarias que hay en la zona, la que resultó forzada la madrugada del miércoles. Juan Raya, vecino de Alicún de las Torres, lamentaba que la seguridad es escasa en la zona.

Los vecinos estaban convencidos de que la banda del tractor había estudiado bien el golpe. La maquinaria empleada se había encontrado en caminos y carriles forestales que no son de fácil acceso. Los ladrones huyeron por los caminos menos frecuentados. «Habían estudiado muy bien las vías de escape», comentó ayer uno vecino en las puertas del Ayuntamiento de Dehesas de Guadix. Algunos de los caminos no son de uso frecuente ni para los propios vecinos si no tienen que ir a una finca concreta. Por tanto, la sensación es que todo había sido muy bien planificado.

La tertulia entre los parroquianos del bar situado a pocos metros no podía ser otra que la del robo y sus circunstancias. Entre alguno de los clientes se escapaba un comentario a mitad de camino entre la perplejidad y la ironía, y es que según los testimonios el grupo asaltante estaba compuesto por entre quince y veinte personas.

Los vecinos de Dehesas de Guadix consultados por IDEAL comentaron ayer que no había sido un «robo improvisado». La maquinaria empleada para el asalto se había sustraído, a su vez, de cortijos cercanos y, según los comentarios, se habían neutralizado la medidas de seguridad o eludido la vigilancia de los perros de las fincas en las que se encontraban. «Sabían el terreno que pisaban y por dónde tenían que entrar», concluía uno de los vecinos.

Pese a que el asalto a la entidad crediticia arroja señales de haber tenido muchos preparativos y a los precedentes en pueblos cercanos, los vecinos no habían observado «nada anormal» en los últimos días. No habían visto a nadie merodeando por la zona en los últimos días. En cualquier caso, la campaña de la aceituna en la zona y la presencia de jornaleros procedentes de otras localidades hizo que los vecinos no estuviesen especialmente atentos en este particular. Sólo uno de los vecinos se aventuraba a decir que días antes había visto una furgoneta sospechosa en un pueblo vecino.

La Guardia Civil mantiene abierta la operación Rumba, aunque este tipo de robos, en principio, son una asignatura superada.

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