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Almegíjar, un mosaico cultural a 813 metros de altura

Almegíjar, un mosaico cultural a 813 metros de altura

La localidad alpujarreña de Almegíjar ofrece al viajero un mosaico tan colorista y dispar que le obligará a realizar un verdadero ejercicio de voluntad para saber con qué quedarse

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Jueves, 19 de julio 2018, 16:55

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La localidad alpujarreña de Almegíjar ofrece al viajero un mosaico tan colorista y dispar que le obligará a realizar un verdadero ejercicio de voluntad para saber con qué quedarse. El municipio y su cercano y precioso anejo de Notáez se encuentran situados en la falda meridional de Sierra Nevada. Su origen data del neolítico, con la sucesiva presencia de romanos, visigodos, árabes y cristianos. A Almegíjar se le denomina popularmente 'La Bien Plantá'. La rebelión de los moriscos supuso la expulsión de estos y la posterior repoblación con agricultores cristianos castellanos.

La atrayente localidad de Almegíjar está encaramada en unas peñas a 813 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su iglesia, consagrada al milagroso Santo Cristo de la Salud, data del siglo XVI y es de estilo mudéjar. Este pueblo posee, entre otras muchas cosas, un molino de aceite, un museo, una tahona, un salón de usos múltiples, una casa de la cultura, una residencia para mayores, la Fuente de los Siete Caños o El Tajo de la Cruz. El célebre dibujante gráfico, Francisco Martín Morales, aunque nació en Almería se crió en este pueblo con su familia. Martín Morales, que es hijo adoptivo de Almegíjar, tiene un hermano fotógrafo muy famoso establecido en Madrid y llamado Ricardo. Este artista de la fotografía -siempre que el tiempo se lo permite- viaja a Almegíjar para descansar en su casa y visitar la Alpujarra.

Las fiestas patronales de Almegíjar, en honor al Santo Cristo de la Salud, se celebran a mediados del mes de septiembre. Pasear por las calles de Almegíjar y charlar sin prisas con algún lugareño es un bálsamo para los sentidos. En este lugar parece que se ha detenido el tiempo. Su término municipal se adentra por la Sierra de la Contraviesa, cruzando el galopante Río Guadalfeo.

Almegíjar goza desde 1902 del título de villa, concedido por Alfonso XIII por el aumento de la población y el desarrollo de la agricultura. Buena parte de su territorio forma parte del Sitio Histórico de la Alpujarra. Almegíjar posee cortijos y cortijadas, como, y por ejemplo, La Casería de Mercado, La Solana y La Umbría. Su plato más famoso es la fritaílla, que se consume en cualquier época del año y cuando se celebran las fiestas patronales. Muchas personas visitan Almegíjar a pasos perdidos, sin rumbo fijo, para dejarse sorprender en cada recodo, plaza, calle, mirador, museo, plazoleta… Desde este lugar se pueden realizar muchas rutas de corta y larga distancia.

Almegíjar linda con los términos municipales de La Taha, Busquístar, Cástaras y Torvizcón. Almegíjar es un pueblo muy agradable, tranquilo y recomendable; merece la pena conocer o vivir en él. Es una localidad singular dotada de varios accesos, un lugar ideal para el encuentro, donde las ventajas del progreso no han acarreado, como en otros lugares, otros inconvenientes. La naturaleza, la cultura y la agricultura, el hombre y el arte viven en este lugar en armonía.

Quien conoce Almegíjar por primera vez sueña con volver a este lugar. El turista y visitante queda admirado de la belleza de sus paisajes y del modo natural de sus gentes. Es interesante visitar también su tahona, porque elabora unos productos caseros y riquísimos. El anejo de Notáez es también una maravilla de lugar digno de visitar.

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