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La cara y la cruz del cinturón industrial

La cara y la cruz del cinturón industrial

Mientras Juncaril supera el 80% de ocupación, en Marchalhendín sólo hay maleza. IDEAL radiografía los cuatro grandes polígonos del área metropolitana

Jorge Pastor

Sábado, 13 de mayo 2017, 02:03

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Más allá del debate sobre la calidad del empleo, la evolución del mercado laboral de Granada en magnitudes cuantitativas invita cuanto menos a la esperanza. Los últimos datos sobre paro, publicados por el Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), son más que favorables. ¿Ha quedado la crisis definitivamente atrás? Granada suma ahora mismo 88.898 inscritos en el SEPE. El año pasado por estas mismas fechas estábamos hablando de 100.126. Un descenso superior al once por ciento. Hay varias motivos coyunturales que pueden contribuir a ello. Impacto del mundial de esquí, el retraso de la campaña de la aceituna... pero lo que no se puede cuestionar es esa 'regla de tres' económica que dice cuanto mayor sea la actividad productiva, mayor es la demanda de mano de obra. Y en este momento es cuando merece la pena volver la mirada hacia las empresas. Hacia los principales polígonos metropolitanos, por ejemplo. Aún estamos lejos de aquellos 'años de vino y rosas', pero dejando al margen sonados fiascos como Marchalhendín, los niveles de ocupación aumentan de forma notable en Juncaril (Albolote y Peligros) y también suben en Asegra (Peligros). El Parque Metropolitano Industrial y Tecnológico de Granada (Escúzar) sigue con el motor al ralentí. Son la cara y la cruz del cinturón industrial de Granada.

Juncaril, el recinto empresarial más grande de la provincia con unas novecientas naves construidas, se halla en estos instantes al 80-85% de su capacidad, según las estimaciones que realiza su Asociación de Empresarios de Juncaril. Hace cinco años este porcentaje se situaba entre el 60-65%. Leandro Galdón, presidente de esta organización, explica que «uno de los mejores indicadores para constatar que, en efecto, hay más movimiento que hace un año es los tapones que se forman para entrar o salir, o que ahora es más complicado aparcar en la puerta y hay que dar unas cuantas vueltas para encontrar un hueco donde dejar el coche». «Los establecimientos hosteleros también están más llenos», añade Leandro Galdón, quien asegura que sí, que «es indudable que estamos en un contexto de mejora y que se están registrando más alquileres». «Esto es positivo, según Galdón, porque Juncaril es unos de los principales motores de Granada y una fuente de ingresos de primer nivel para Albolote -dos terceras partes de Juncaril se localizan en su término- y para Peligros.

Leandro Galdón considera que las principales fortaleza de Juncaril son las sinergias que se generan entre los empresarios, de diferentes sectores, y la posición estratégica a apenas cinco minutos de Granada. «También ofrecemos una serie de servicios comunes a todos los asociados, como el de vigilancia», dice. El metropolitano, que en teoría iniciará su explotación comercial el próximo quince de mayo, también plantea unas expectativas más que interesantes para Juncaril. En horas punta la frecuencia de paso oscilará entre los ocho y los diez minutos. Es decir, llegarán y se marcharán pasajeros cada ocho minutos o, volviendo la oración por pasiva, llegarán y se marcharán clientes cada ocho minutos. Respecto a las debilidades, el propio Leandro Galdón señala que urge una mejora de los accesos, que desembocan además en una circunvalación, la A-44, que está prácticamente colapsada durante todo el día. En este sentido, aboga por la recuperación de aquel enlace que se planteó en 1989 y que poco después cayó en el cajón del olvido. Estaba prevista la construcción de una carretera que uniría lo que hoy día es Poligrán con el puente de los Vados, situado en la Carretera de Málaga (A92-G).

El resurgir de Asegra

Asegra parece que también está resurgiendo poco a poco. Las estadísticas que proporciona la Asociación de Empresarios de Asegra así lo corroboran. En los últimos nueve meses se han implantado nueve negocios -cuatro de ellos en el primer trimestre de 2017-. El Ayuntamiento de Peligros también maneja cifras relevantes. Entre Asegra y el tercio de Juncaril ubicado en este municipio se computaron diecinueve nuevas licencias de actividad y catorce cambios de titularidad el año pasado. El secretario de esta Asociación, Antonio Espigares, asegura que esta tendencia a la recuperación también se está notando en Asegra, que está asumiendo iniciativas empresariales no tan comerciales como las que se han puesto en marcha en los últimos años en otros puntos del área metropolitana. «Asegra es muy atractivo porque está únicamente a cinco kilómetros de Granada, a cuatro kilómetros de la A-92 y a quinientos metros de la A-44», indica. A pesar de cumplir medio siglo de vida en 2017, Antonio Espigares subraya que poco a poco se ha acometido una renovación de los viales para adaptar Asegra a las necesidades actuales y al trasiego de camiones de gran tonelaje que necesitan espacio para maniobrar. Entre las intervenciones llevadas a cabo, se han ajustado las medianas y se han ampliado las avenidas. «Otro de los puntos fuertes -refiere- es que la mayor parte de las firmas radicadas en Asegra están muy consolidadas y están saneadas».

Según Espigares, Asegra requiere del esfuerzo inversor por parte de las administraciones para ejecutar ciertas infraestructuras y mejoras en medidas de prevención como la habilitación de bocas para incendios para facilitar la labor de los efectivos de extinción en caso de siniestro y aumentar la presión del agua.

El Parque Metropolitano Industrial y Tecnológico, que abarca casi cuatro millones de metros cuadrados en Escúzar, se concibió en 2003, cuando empezó a construirse, como uno de los principales catalizadores del desarrollo industrial de Granada. De hecho, salvo un espacio de 263.300 metros cuadrados, todo el área disponible se oferta para fábricas y grandes distribuidoras en parcelas de una superficie mínima que no puede ser inferior a los diez mil metros cuadrados. Sergio González, gerente de Parque Metropolitano (denominación abreviada que utilizan los propios promotores), señala que actualmente hay 28 empresas que ocupan el quince por ciento de los 2,5 millones de metros cuadrados edificables. Entre ellas, firmas tan señeras como Aceites Maeva, una de las principales envasadoras de aceite de oliva de España. Hay otras seis obras en marcha. Una de ellas albergará el 'túnel del viento' de Oritia y Boreas, un proyecto de alta tecnología que permite comprobar la resistencia de materiales como el acero, el hierro y el hormigón a las corrientes de aire. El Parque Metropolitano también albergará uno de los grandes emblemas empresariales de Granada, Industrias Espadafor, que traslada hasta allí las dependencias que tiene en la carretera de Málaga. Por lo demás, muchos carteles de 'se vende'.

Pero la esperanza blanca del Parque Metropolitano se llama 'acelerador de partículas'. Granada es el candidato de España. Y el Parque Metropolitano es el candidato de Granada. Todo indica que no será el único aspirante. Croacia y Polonia también han levantado la mano. Dentro del tubo de cien metros se investigarán los materiales adecuados para cobijar los reactores de fusión. En caso de que España y Granada fueran las elegidas, su coste sería de 400 millones de euros. Este tipo de instalaciones llevan asociadas potentes compañías auxiliares que ya trabajan, directa o indirectamente, en este campo. Muchas de ellas de carácter internacional.

El gran fracaso, por el momento, es Marchalhendín, en Alhendín. Pocos en el pueblo saben de él. Tampoco está identificado en los navegadores. En sus calles kilométricas sólo crece la maleza. No hay nada ni nadie. Sólo asfalto, aceras y farolas. Habrá que esperar. Una sentencia del juzgado de lo mercantil, fechada el 21 de abril de 2015, aprobaba el convenio de Parque Empresarial Alhendín S. L., que desde ese momento dejaba de estar en concurso de acreedores y sus responsables retomaban plenamente el control. Desde la fecha de la resolución, el deudor tiene que informar al juez cada seis meses acerca del cumplimiento del acuerdo, puesto que una actuación no conforme derivaría en un responsabilidad civil. No se planteaba quita alguna y un periodo de espera de tres años.

En esas estamos. Aún habrá que esperar un año para que algo suceda. La Asociación de Empresarios de Marchalhendín está a la espera. «Les dieron treinta y cinco meses para terminar el polígono que cumplen en abril o mayo de 2018», manifiesta el presidente de esta organización patronal Carlos Dueñas. «Se supone que antes de que finalice el plazo deben hacer todo lo que falta», subraya. Y según Dueñas faltan equipamientos básicos como la subestación eléctrica, la conexión de telefonía, la licencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para la utilización de la depuradora, el suministro eléctrico... «Visualmente no se aprecia que allí estén haciendo nada; en caso contrario lo lógico sería que saliera el promotor diciendo que vamos hacia delante, algo que no está sucediendo», indica Dueñas.

«Todos los asociados están a la expectativa. Intentaron obligarnos a que les entregáramos el dinero de las escrituras sin tener Marchalhendín acabado. Nos demandaron. Perdieron todos los juicios», explica Carlos Dueñas.

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