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La sequía hace estragos y se sitúa en nivel 'excepcional' en comarcas como el Norte

Granada es la provincia andaluza con menos lluvia: tan sólo 238 litros en lo que llevamos de año hidrológico

Jorge Pastor

Viernes, 14 de abril 2017, 04:20

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Aunque la primavera siempre suele ser una época propicia, los niveles pluviométricos de lo que llevamos de año hidrológico son realmente preocupantes para las 65.000 familias de Granada cuyos ingresos dependen del campo de forma principal o secundaria. Los datos que aportan fuentes como la Agencia Estatal de Meteorología y la Consejería de Medio Ambiente constatan que, a expensas de lo que ocurra desde ahora hasta el verano, seguimos viviendo un periodo de sequía que alcanza el grado de severa o extraordinaria en comarcas como la Vega de Granada o el Poniente y que está catalogada como excepcional en el norte provincial, según la información que maneja la Junta de Andalucía. Una situación que, según los propios agricultores, tiene más de estructural que de coyuntural y que condiciona el presente y el futuro de un sector básico para la economía granadina.

La fotografía, tomando como referencia los promedios de veinticinco estaciones meteorológicas repartidas por todo el territorio andaluz, es la siguiente.Desde el 1 de septiembre hasta el 22 de marzo se contabilizaba una media de 237,6 litros por metro cuadrado. Granada es la provincia donde menos ha llovido en el conjunto de la comunidad autónoma. Por delante, muy cerca, se encuentra Almería, con 261,1 litros, y Jaén, con 288,7 litros. El escenario es completamente distinto en la parte occidental de la región. En Cádiz suman 572,9 litros y en Huelva, 566,9 litros. Nada nuevo. Es una constante climática al tratarse de los territorios por los que penetran buena parte de las borrascas atlánticas que traen la humedad hasta Andalucía. Mención especial merece Málaga, donde se han computado ya 472,455 litros por metro cuadrado. Aún están muy presentes las inundaciones de hace unas semanas también en Motril que se saldaron con fuertes daños materiales, infraestructuras marítimas afectadas y con playas anegadas.

La precipitación media anual, medida desde 1981 hasta 2010, se sitúa en 467,6 litros por metro cuadrado. Ahora estamos en 237,6 litros. La botella se ha llenado hasta el 51%. Para estar dentro de la normalidad, desde aquí hasta finales de agosto tendrían que registrarse 230 litros. Es decir, un cuarenta y ocho por ciento más de lo que suele llover en el periodo comprendido entre marzo y agosto (155 litros). De ahí la desconfianza por parte de los campesinos. Llevamos ya cinco años con el pie cambiado. O, volviendo la oración por pasiva, llevamos cinco años en un ciclo seco que se está notando perfectamente, por ejemplo, el nivel de los pantanos.

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Granada, Nicolás Chica, comenta que hay puntos de Granada, como el norte, donde están lejísimos de ese promedio de 237,6 litros. «Donde no ha caído nada de nada», explica Nicolás Chica, quien advierte de la situación alarmante de la ganadería en el Norte. «Si no hay agua, no hay pastos, y si no hay pastos, los costes de explotación se disparan porque hace falta comprar el alimento para las reses», explica Chica. «Si a todo esto sumamos el problema de los precios, la coyuntura es realmente preocupante», agrega.Por este motivo, desde esta organización agraria se insiste en que el aseguramiento es la única forma de afrontar este tipo de contingencias tan perjudiciales, y pide al Gobierno que incremente los presupuestos que propicien un aumento del número de pólizas, ahora mismo en tasas mínimas en Granada.

Costes energéticos

Nicolás Chica señala que la sequía también está incrementado el gasto en otros inputs que tienen un fuerte impacto en la actividad agraria como la energía. Los acuíferos están muy mermados y hace falta bombear el caudal desde muy abajo, lo que también repercute de forma muy notable en la factura eléctrica.

Respecto a la incidencia sobre los cultivos, la previsión es que la producción de espárrago verde se vea afectada en terrenos donde prevalece el secano, fundamentalmente en el Poniente.Se está notando en las partidas que están entrando en las cooperativas. La cepa no se ha desarrollado lo suficiente en muchos casos, lo que se traduce en un calibre inferior. La situación de los herbáceos es parecida, en términos generales, a la que se dio en la campaña anterior. Leñosos como los almendros, superada ya la floración en muchos puntos de Granada, también están sometidos a un estrés hídrico que se notará el momento de la recolección.

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