Un botín de color negro
Los puntos de recepción, objetivo fácil de los ladrones de aceitunas por sus escasas medidas de seguridad
Jorge Pastor
Jueves, 2 de febrero 2017, 02:22
Una cadena y un candado. Ésas son las únicas medidas de seguridad que tienen buena parte del centenar de los recintos de recepción de ... aceituna distribuidos por la provincia. Con la recolección ya en su recta final, estas instalaciones, ubicadas en la mayor parte de los casos en medio del campo y con caminos bien acondicionados para facilitar el acceso de los tractores, se han convertido en objetivo fácil para los ladrones, que se llevan decenas de miles de kilogramos cada vez que dan un golpe. Las alarmas están encendidas. Los olivareros aseguran que se trata de la campaña con mayor número de sustracciones que se recuerda, «que prácticamente todas las noches se registran dos o tres palos» en zonas como la Vega de Granada. En cooperativas como Agrolachar, por ejemplo, que dispone de uno de estos espacios donde los olivareros depositan su cosecha antes de que entre en el molino, se contabilizan hasta tres incidentes en menos de dos semanas. «Tenemos miedo, da la sensación de que nos están vigilando, de que saben cuando estamos y cuando no», comenta alguno de sus trabajadores, quien se pregunta «¿qué podría suceder en caso de que nos encontráramos con ellos frente a frente?»
Se consideran víctimas fáciles. Un porcentaje importante están al aire libre. Las parcelas están delimitadas por vallas metálicas fácilmente derrotables. Basta con la embestida de cualquier vehículo. Incluso una patada puede ser suficiente. A partir de ahí, la única oposición puede ser la de uno o dos perros. Después sólo hace falta cargar la mercancía y salir corriendo. Actúan normalmente por la noche, aprovechando que no hay nadie. La actividad se concentra entre las cinco y las ocho de la tarde, cuando acaba la faena en la explotaciones olivareras. El presidente de Agrolachar, Nicolás Chica, comenta que lo normal es que roben camiones o furgonetas ya que «en caso de que los pillen, pueden dejarlos abandonados en cualquier sitio y huir sin mayores preocupaciones».
¿Quién compra la aceituna robada?
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Éste es el quid de la cuestión ¿quién adquiere la aceituna robada?La Guardia Civil, que ha reforzado la vigilancia en los puntos de recepción tanto en la Vega de Granada como en la comarca del Poniente, mantiene abiertas varias líneas de investigación. Respecto a los ladrones, los focos están puestos sobre vecinos de la zona y también sobre grupos organizados, la mayoría de rumanos.
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Respecto a los compradores, todo apunta a que puede haber agricultores implicados en este negocio. Y es que, según la legislación, debe quedar acreditada la procedencia de las aceitunas la trazabilidad es clave en caso de que se produjera algún tipo de alerta alimentaria. Las almazaras y cooperativas son muy exigentes en este sentido. Se exponen a multas. Ahora bien, estas partidas ilegales sí son más fáciles de colar si las aporta un productor con todos papeles en regla.
¿Por qué se han incrementado tanto los hurtos esta temporada? Básicamente por dos motivos. El primero y principal se relaciona con el precio del aceite de oliva.Los vírgenes, la calidad con mayor salida en los mercados nacionales e internacionales, se están vendiendo en origen por encima de los 3,50 euros el kilogramo. Esto significa que un kilo de aceituna está saliendo por 0,90 euros. El latrocinio de diez mil kilogramos, por ejemplo, una cantidad que entra fácilmente en un remolque, reporta unos beneficios para los cacos de unos 9.000 euros, aunque lo habitual es que lo vendan por bastante menos. «Éste es el problema dice Chica, que hay gente dispuesta a comprar sin atender a ninguna garantía de procedencia, soslayando la obligación de certificar la procedencia de las partidas, tal y como exige la normativa sobre seguridad alimentaria».
Diego Quero y José Miguel Hidalgo son asesores de la empresa Prosegur. Durante estos días están visitando almazaras y cooperativas conscientes de que existe mucha preocupación. Según Quero, los sistemas de protección son deficientes o inexistentes. «Como mucho comenta una verja o un tapial que son muy sencillos de saltar». José Miguel Hidalgo considera que para alcanzar un grado de seguridad aceptable, basta con una inversión de unos dos mil euros entre instalaciones, sensores y videograbadoras con marcas de agua, «que son válidas para la justicia».
«Los ladrones son bandas de profesionales»
Miguel Gómez lleva tres años al frente del punto de recepción de aceituna situado en las afueras de Peñuelas. «Siento rabia e impotencia», comenta Miguel, que ha sido víctima de robos esta campaña. «Son profesionales, están perfectamente organizados», agrega. El propio Miguel Gómez reconoce que, a la vista de lo que está sucediendo, «las medidas de seguridad que tenemos en instalaciones como la mía son insuficientes». En su caso, los niveles de protección se adecuan a la baja conflictividad que había en temporadas anteriores. «Aquí nunca ha entrado nadie», resume.
Ahora se plantea acometer inversiones para detectar la presencia de personas dentro del recinto. Lo hará ya en la próxima cosecha, «puesto que ésta se encuentra ya casi finiquitada». Mientras tanto, Miguel Gómez ha tomado la decisión de guardar en naves toda la mercancía que le llega todos los días, un gasto añadido en transporte y personal que tendrá su incidencia en el momento de cuadrar la cuentas.Las almazaras también están apurando para molturar en el día la mayor parte del fruto recogido en la jornada. Miguel Gómez señala que la Guardia Civil «hace lo que puede en función de sus recursos», pero sí pide a la administración que destine más efectivos a la vigilancia de estos espacios donde se deposita la aceituna antes de su molienda.
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