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Los vecinos de Ferreira están muy orgullosos de su piscina climatizada.
Ferreira, un mirador acuático

Ferreira, un mirador acuático

Un recorrido agosteño por las 'playas' interiores de la provincia

Jesús Javier Pérez

Lunes, 8 de agosto 2016, 00:59

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La piscina municipal de Ferreira es mucho más que una piscina. Es en realidad un mirador al Marquesado. Imagine un lugar donde disfrutar de un agradable baño mientras contempla el imponente Castillo de La Calahorra. Sería una de esos lugares que la publicidad diría «que no tiene precio». Si además añadimos que se trata de una pileta de aguas salinas y climatizada, esta instalación se queda prácticamente sin rival para un buen descanso. Sí, descansar. Por ejemplo, en ella se puede reposar de la rutina diaria o tras hacer uno de los múltiples senderos que nos llevan hasta el corazón de la sierra. Desde esta instalación de ocio se puede ir hasta el área recreativa de El Castañar y continuar la subida hasta río Hondo, donde comienza un sendero con vistas impresionantes del GR7 que lleva hasta el Puerto de la Ragua.

El socorrista de esta instalación, Alejandro Buendía, de la empresa Azimur, asegura que el ambiente de esta piscina es fundamentalmente familiar, aunque «hay de todo». Según pasan las horas, el público va cambiando. A primeras horas del día es de las personas mayores y, a medida que se adelantan las manecillas del reloj, va llegando un público más joven.

Las instalaciones permiten disfrutar de toda una jornada con chapuzón incluido y sin sobresaltos. Según Alejandro, las aguas siempre están a 28 grados, una temperatura que esquiva el fresquito de esta localidad serrana y que se ha convertido en una de las claves del éxito de esta piscina. La cubierta móvil impide que las frías madrugadas de aquellos lares disipen el calor y al día siguiente siga siendo tan agradable darse un chapuzón.

José Reyes es uno de los usuarios habituales de la pileta. No hay día de verano que Reyes no aproveche para darse una zambullida en esta piscina. «Todo el mundo coincide que es una de las mejores piscina de la comarca», dice Reyes con cierto orgullo, pues él es vecino del pueblo. La piscina cuenta con amplias zonas de césped que permiten relajarse entre baño y baño. Una pequeña barra hace las veces de bar y de kiosco, que sirve para refrescarse con algún heladillo o un refresco. En esto no se diferencia de otras, pero el ambiente que se respira en esta piscina hace que ese ritual del refresco sea aún más agradable.

El socorrista, Alejandro, además de estar pendiente de los bañistas también se encarga de los cursillos de natación y de animar algunos días, dos por semana, con las clases de aquagym, que hacen las delicias, principalmente, de las vecinas del pueblo que aprovechan el verano para ponerse en forma con esta actividad.

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