El pujante sector del espárrago da empleo ya a 1.800 mujeres
La cifra de productores crece más de un 10% cada año debido a la rentabilidad de un cultivo que precisa mucha mano de obra
Jorge Pastor
Lunes, 23 de mayo 2016, 01:10
Los últimos resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) dejan poco lugar a las dudas: la agricultura es la actividad donde más crece el ... empleo en Granada. El incremento de la ocupación roza el 25%. Según la EPA, el campo daba de comer a 26.300 granadinos en el primer trimestre frente a los 21.100 que se contabilizaban un año antes. Cifras para el análisis e historias que en muchos casos dan para unos cuantos reportajes como éste.
Historias como las de Lorena y María Belén, 18 años la primera y 46 la segunda, que gracias al espárrago, el cultivo más pujante del agro de Granada, han logrado la 'quimera' de un contrato que durante unos tres meses les permite salir de las listas del Inem y percibir un salario para tapar agujeros más o menos profundos -el jornal se paga a unos 45 euros-.
Según estimaciones realizadas por la Asociación de Cooperativas de Granada, unas 1.800 mujeres están ocupadas en labores de manipulado y envasado de las catorce cooperativas esparragueras de la provincia, empresas que el año pasado alcanzaron una facturación de cuarenta millones de euros tras la venta de treinta y ocho millones de kilogramos tanto dentro como fuera de España.
Lorena ya tiene 18 años. Puede votar y trabajar. Dejó los estudios porque, según dice, no le daba la nota. Fue al Ayuntamiento de Fuente Vaqueros y se enteró de que en la SCA Espalorquiana necesitaban gente. Echó los papeles y al mes se pusieron en contacto con ella. «Me hizo mucha ilusión», comenta. «Era mi primera experiencia laboral». Treinta y cinco compañeras también recibieron la llamada. Treinta y cinco alegrías. Y treinta y cinco desempleadas menos.
«El sueldo está bien; la pena es que la campaña sólo dure tres meses», refiere Lorena, quien ahora, a punto de finalizar la recolección, ya se plantea 'echar' currículo para ver si ahora encuentra tajo en los ajos. Es optimista. El dinero le permite alimentar la esperanza de forjarse un futuro sin necesidad de emigrar, como han tenido que hacer algunos de sus amigos, pero también permite ayudar en una casa donde todos están en paro.
«Estoy muy contenta»
María Belén tiene 46 años. En la cadena de empaquetado se encarga de los tallos de menor calibre y también de las puntas, «que se venden y están muy ricas». «Estoy muy contenta; me encanta lo que hago y el ambiente que se respira aquí, donde reina el compañerismo», explica María Belén, quien no oculta su preocupación por la eventualidad de una tarea que se vincula a los tres meses de cosecha, entre marzo y mayo.
«La situación es difícil; tengo dos críos, mi marido lleva mucho tiempo sin trabajo y ya estamos agotando el subsidio de los 420 euros», manifiesta María Belén, quien advierte de las enormes dificultades que tienen para colocarse los mayores de cuarenta y cinco años. «Hay mucha gente joven que lo está pasando mal, pero las administraciones públicas deberían prestar más atención a este colectivo», afirma.
Y es que las explotaciones de espárrago están creciendo de forma exponencial en los últimos cinco años tanto en la Vega de Granada como en otras zonas donde ya se cultivaba, como en Huétor Vega o el Poniente. La superficie plantada rebasa ya las cinco mil hectáreas. Cooperativas Agroalimentarias de Granada calcula que la cifra de esparragueros sube anualmente entre un diez y un quince por ciento. ¿Por qué? Pues la razón se llama 'rentabilidad'. Las cuentas salen. Los dos euros que reciben los cosecheros por un kilogramo son suficientes para cubrir los 1,2 euros que cuesta producir ese kilogramo -incluida la amortización de los dos primeros años que precisan las fincas para ser productivas-.
Entre setenta y ochenta céntimos de beneficio para los 3.520 agricultores de Granada que ya tienen alguna parcela en explotación destinada a esta planta y que se integran en catorce sociedades cooperativas. Y es que el espárrago es interesante porque reporta ganancias y porque tiene un carácter muy social debido al escaso grado de mecanización de la corta. Se necesitan muchas manos para recogerlos. Familias enteras se dedican a ello, que normalmente también precisan de una cuadrilla auxiliar. Unos tres millones de jornales entre recogida y manejo. Unos 135 millones de euros que entran en los hogares de muchos pueblos de Granada y que contribuyen, por ejemplo, a que municipios muy castigados por la crisis no pierdan población.
El factor precio, clave
Víctor Sánchez es presidente de la SCA Espalorquiana, que cuenta con diecinueve asociados y que abrió sus puertas hace apenas unas semanas. Considera que los precios son claves para entender esta coyuntura tan favorable, «a lo que también contribuye que el terreno es bueno y fresco». «Es fácil encontrar agua a metro y medio».
A pesar de ello, las necesidades hídricas de esta hortícola se consideran bajas, un aspecto crucial si tenemos en cuenta donde está Granada y el régimen de precipitaciones. «Tenemos que estar muy atentos todo el año, especialmente durante la época del verano, ya que el rocío de agosto, por ejemplo, facilita la aparición de ciertas enfermedades», dice Víctor Sánchez. Bajo su punto de vista, uno de los grandes retos de entidades como Espalorquiana es la diversificación, de tal forma que entre el espárrago, los ajos y las alcachofas haya faena durante los doce meses. «Estamos en ello y estamos dando pasos en este sentido, de tal forma que no nos limitemos a estos tres meses», indica Víctor Sánchez.
Planes para el mañana y también exigencias para el presente. Y es que sólo desde la excelencia se pueden conquistar nuevos mercados y consolidar la presencia en otros más maduros. La mercancía llega por la mañana a la cooperativa y en pocas horas se inicia el proceso de comercialización dentro y fuera de España. Estamos hablando de un producto que debe consumirse fresco, no más de cinco días desde que sale de la tierra.
La distribución se realiza por los canales convencionales. También en el extranjero, donde se trata de un alimento cada vez más demandado en países como Alemania o Noruega. También en otros continentes como el norteamericano. Hasta Canadá llega género 'made in Granada'. Una expansión internacional que contribuye a la viabilidad del sector, a lo que se suma este año una menor oferta tras constatarse un descenso de la producción del treinta y cinco por ciento respecto al año pasado.
Sólo un 3,5% de mujeres en consejos rectores
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La presencia de las mujeres en el mundo cooperativo está aún muy lejos de ser verdaderamente importante. Representan tan sólo una cuarta parte de los asociados a estas entidades de economía social. Muy poco. La participación en los órganos directivos es prácticamente simbólica. Ocupan únicamente el 3,5% de las representaciones en los consejos. Cooperativas Agroalimentarias está desarrollando algunas acciones para acabar con este desequilibrio y para que haya una mayor presencia femenina donde se toman las grandes decisiones. El año pasado desarrollaron dos jornadas de sensibilización y dos talleres formativos en varios municipios de Granada en virtud de un convenio suscrito con el Ministerio de Igualdad.
«Las máximas en estos tres meses no deben rebasar el umbral de los veintiséis grados y las mínimas no deben bajar de los doce, una circunstancia que no se ha dado y que ha tenido un impacto negativo en el desarrollo de las plantaciones», señala Víctor Sánchez, quien manifiesta también que todo ello ha repercutido de forma negativa en los requerimientos de mano de obra, que se han reducido en unos parámetros similares.
Gustavo Ródenas, director de Cooperativas Agroalimentarias en Granada, comenta que las jornaleras del espárrago tienen un doble perfil, uno menos habitual y el otro más frecuente. El menos habitual se corresponde con titulares de explotaciones que trabajan en el campo junto al resto de miembros de su familia, pero que también asumen el día a día en sus casas. Y el más frecuente, las manipuladoras, que representan el noventa por ciento de los operarios que se ubican en las líneas.
Ródenas también insiste en el respaldo que se presta desde Cooperativas y que redunda en un mejor posicionamiento del espárrago de Granada. La Federación participa en las principales ferias y también en misiones promovidas por las Consejería de Agricultura y por la Agencia Andaluz de Promoción Exterior (Extenda).
«El objetivo es presentar un género de primera y obtenido de una manera natural, recolectado en el día y preparado para que el consumidor lo deguste en su mesa con todo el sabor y conservando todas sus propiedades nutricionales», afirma Ródenas, quien recuerda la relevancia del sello Indicación Geográfica Protegida 'Espárrago de Huétor Tájar'.
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