Un oasis entre olivares
Aunque es un circuito técnico, es una buena opción para ir en familia
ALEJANDRO MOLINA
Domingo, 31 de agosto 2014, 01:06
Las aguas subterráneas no son extrañas en Granada. La provincia cuenta con un buen número de balnearios y aguas termales célebres. Aún así, existen algunas ... surgencias menos conocidas que pueden convertirse en una buena excusa para hacer una ruta en bicicleta de montaña. Este es el caso de las termas de Santa Fe.
Llama la atención la poca información que hay sobre estas aguas que brotan del subsuelo a más de 30 grados de temperatura. Más allá de las fuentes científicas, la información asequible al gran público es mínima. Se encuentran en las inmediaciones de la Dehesa de Santa Fe y, aunque están dentro de una finca privada, no existe ningún impedimento para acceder a ellas. En medio del paisaje de olivar, se muestran como un auténtico oasis que merece la pena visitar.
En varias ocasiones han sido noticia por la presencia masiva de hippies y la suciedad acumulada. En su día se celebró allí la famosa Fiesta del Dragón, con la que este colectivo da la bienvenida a la primavera y, en ocasiones, ha sobrevolado la idea de un macroproyecto urbanístico. Durante estos días, lo cierto es que no hay mucha gente y sus alrededores se encuentran mucho más limpios.
Si la ruta se hace desde Granada. Un buen punto de partida es el carril bici paralelo al Río Genil, que parte desde el puente que hay frente a la Clínica la Inmaculada y el Parque de la Ciencias. Sólo hay que pedalear paralelos al río y no abandonarlo hasta llegar a las alamedas de Santa Fe. Allí hay que llegar hasta el pueblo y, una vez dentro, buscar la carretera de la Malahá, que arranca en una rotonda junto a la autovía. Es necesario hacer un tramo de algo más de 2 kilómetros de carretera desde esta rotonda hasta encontrar el carril de tierra que lleva a las termas.
Fuera del asfalto
Una vez fuera del asfalto, se recorren escasos metros en sentido inverso (hacia a una alameda) y se ve el carril de tierra (dirección sur oeste). Justo al comienzo hay una bifurcación, las dos opciones corren paralelas y confluyen en el mismo punto. En esta ocasión se opta por la de la derecha (la de la izquierda recibe el nombre de 'el lindero'). Tras hacer un tramo de un kilómetro aproximadamente, el carril vuelve a dividirse en un punto en el que, de seguir recto, se llega a la Dehesa de Santa Fe. Hay un gran cartel marrón que lo indica. Aunque entraremos Dehesa más tarde, optamos por desviarnos a la derecha para acceder a las termas, que no cuentan con señalización.
De nuevo un tramo de un kilómetro entre olivares por el llamado Canal de Cacín hasta llegar a otro cruce. Hay que tomarlo a la izquierda, en sentido ascendente, y dejar el carril por que venimos. Desde ese punto hay un kilómetro escaso hasta las termas.
También merece la pena visitar la Dehesa de Santa Fe, un lugar boscoso plagado de senderos muy divertidos para hacer en bicicleta de montaña. Se accede siguiendo el camino por que se ha llegado a las termas. Una vez en la Dehesa, las opciones son variadas. Si se quiere volver a Granada por Santa Fe, se puede rodear toda la arboleda y regresar a la pista o bien atravesarla por los senderos. Esta última posibilidad es divertida pero a veces se convierte en un auténtico laberinto. También es posible dejar atrás la Dehesa y atravesar una gran zona de cultivos hasta encontrar la carretera que conduce a Chimeneas. Desde allí se puede ir a la Malahá en muy poco tiempo.
En la ruta presentada, se escogió la opción de Santa Fe. Si no se quiere regresar a la capital por la ribera del río, es fácil encontrar el carril bici que conecta con Vegas del Genil.
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