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José Gómez, en acción sobre un escenario.
Todas las noches veraniegas 'bailando' con José Gómez

Todas las noches veraniegas 'bailando' con José Gómez

El éxito estival de Enrique Iglesias acompañará a este músico de la Orquesta Prohibida de verbena en verbena

J. J. PÉREZ

Lunes, 11 de agosto 2014, 01:23

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Este verano, José Gómez, músico de la Orquesta Prohibida, tendrá que repetir noche tras noche 'Bailando' de Enrique Iglesias. Es la canción del verano «desde ya», dice este experimentado músico que lleva más de 17 años vinculado a las orquestas, aunque en el mundo de la música lleva desde 1988.

Para las orquestas de verano el mes de agosto se adelanta a la segunda quincena de julio. Es entonces cuando comienza el vértigo de las fiestas locales y cada día se hace realidad aquello de con la música a otra parte. «La gente cree que es un trabajo nocturno, pero no es así, es un trabajo continuo», comenta José.

Un día típico para una de las orquestas que visitan cualquiera de las verbenas de nuestras fiestas puede comenzar a las ocho de la mañana. Es el comienzo del viaje con destino al pueblo que tenga marcado su almanaque con esos días en rojo. Una vez en el lugar, comienzan los montajes. No se para de trabajar, «de montar, montar y montar, porque hoy en día tienes que llevar mucho espectáculo para no quedarte atrás». Sobre las seis de la tarde de un día de fiesta comienzan las pruebas de sonido hasta llegar a la verbena que, como norma general, suele comenzar a las diez de la noche y el final lo marca la ley de verbena: 'hasta que el cuerpo aguante'.

Conciliación familiar

En este trabajo lo de la conciliación familiar es algo difícil. «Si tienes familia te las tienes que ingeniar con los abuelos, los tíos y si tu pareja además trabaja resulta completamente imposible», comenta José. «En verano la historia familiar se queda al margen, aunque algunos tienen la suerte de que sus parejas les acompañan», aclara.

Los viajes se multiplican año tras año porque si antes era frecuente que un ayuntamiento o una comisión de fiestas contratase a una orquesta para varios días, hoy cada vez es más usual que los desplazamientos se hagan por un solo día. Y es que «los organizadores de las fiestas cada vez quieren más variedad», así que llegadas estas fiestas no queda más remedio que carretera y manta.

José esta convencido de que han cambiado mucho las orquestas en las dos pasadas décadas. Las razones son varias, aunque la principal es que «hace quince años los músicos eran valorados como artistas, hoy el tema económico está muy mal, hay mucha competencia, leal y desleal».

En los últimos tiempos la orquesta ha dejado de ser el centro de atención de las fiestas. «Si hace unos años la diversión se concentraba delante del escenario, hoy se dispersa por carpas, dj's, disco-móviles o gente que simplemente le da al play».

Cambio de gustos

Y si las orquestas cambian, también lo hacen los gustos. Si hace unos años 'Paquito el Chocolatero' era el rey de la pista, hoy por increíble que parezca, la pieza clásica para calentar cualquier verbena está cediendo terreno. «En unos sitios la piden, pero haces lo posible para evitarla y en otros ya directamente no te la piden, eso que decían de que no iba a dejar de sonar nunca no era verdad», reconoce José.

A la verbena de ahora se incorpora la gente más joven y los ochenteros que tiran de nostalgia en sus gustos. Mientras que el pop nacional más actual no termina de cuajar en la verbena, grupos como Reincidentes, Celtas Cortos o Danza Invisible ganan posiciones porque al nuevo público de la verbena les recuerda su juventud.

Después de horas de trabajo en los ensayos, que suelen comenzar en el mes de abril, horas de montaje, cada vez más complicados, y muchos kilómetros, los músicos de verbena sólo quieren cumplir su función, la de divertir al personal, crear buen ambiente. Las horas de verbena alguna vez se tuercen con algún comentario desagradable, aunque las horas sobre el escenario también dan lugar a muy buenos momentos y sonrisas entre los integrantes de la orquesta.

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