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Presbicia o vista cansada, un problema que nos llega a todos: ¿qué es y cómo se trata?

Presbicia o vista cansada, un problema que nos llega a todos: ¿qué es y cómo se trata?

La vista cansada es una anomalía visual que afecta al 85% de personas a partir de los 45 años y que se soluciona mediante una operación láser con excelentes resultados

R. I.

GRANADA

Jueves, 1 de enero 1970

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El 100% de la población padecerá en algún momento de su vida un defecto visual conocido como presbicia o vista cansada. Se trata de una anomalía refractiva que disminuye la acomodación del cristalino o lente natural del ojo, responsable de realizar de manera automática el enfoque del ojo a cualquier distancia. Según distintos estudios, entre el 85% y el 95% de la población sufre presbicia a partir de los 45 años; más de 17 millones de españoles tienen dificultades para leer y para enfocar las imágenes.

Con el paso de los años, el cristalino sufre una pérdida de elasticidad que se intensifica hasta el punto de necesitar usar gafas de cerca para compensar el defecto. Así, podemos decir que la presbicia es resultado del envejecimiento natural de nuestro cristalino. Su aparición, por tanto, está estrechamente ligada con la edad, a diferencia de lo que ocurre con los pacientes que padecen miopía, hipermetropía o astigmatismo. Cabe incidir, de igual forma, en que la presbicia no es una enfermedad, sino un proceso natural que afecta a toda la población.

Síntomas de la presbicia

Uno de los principales síntomas que suelen manifestarse en pacientes con presbicia es que notan que tienen que alejar, o colocar a mayor distancia cualquier material de lectura para poder enfocar correctamente ya que se ralentiza el proceso de cambio de enfoque.

En las siguientes situaciones cotidianas también podemos sospechar que tenemos principio de vista cansada cuando vemos borroso:

Las letras de la pantalla de cualquier dispositivo electrónico: móvil, ordenador o iPad.

Un libro, la carta de un restaurante, la etiqueta de un envase de comida.

Al enhebrar una aguja.

Dolor de cabeza o fatiga visual si realizamos un excesivo esfuerzo de enfoque para intentar ver con mayor nitidez, principalmente, a última hora del día.

Asociado a la dificultad progresiva de enfocar objetos cercanos, el cristalino también pierde la capacidad de compensar defectos ópticos antiguos (por ejemplo: hipermetropías y astigmatismos), de forma que simultáneamente se puede producir un empeoramiento de la visión lejana.

El fallo de enfoque de cerca va aumentando progresivamente hasta los 60 años de edad cuando se estabiliza en un tope. Hasta entonces, cada dos o tres años hay que ir ajustando la graduación de unas gafas progresivas de cerca para un correcto enfoque.

Con los años, a partir de los 60, puede que el paciente deje de necesitar sus gafas de cerca para las citadas actividades como leer o coser, es lo que se denomina segunda visión, un síntoma muy común que precede a la aparición de las cataratas.

¿Cómo se trata la presbicia?

Como ya hemos citado, al ser un proceso natural, la vista cansada, como las cataratas, no se puede prevenir. La solución actual es exclusivamente quirúrgica; para ello, la mejor opción, más cómoda y con menos efectos secundarios es la operación de presbiciaExcellence. Esta gira en torno a las lentes intraoculares trifocales de última generación con las que cuenta Oftalvist, grupo oftalmológico nacional, que realiza más de 5.000 cirugías de este tipo al año.

Actualmente, la tecnología empleada en la operación de presbicia ha avanzado mucho y las lentes artificiales cada vez son más sofisticadas y producen menos efectos secundarios. «Años atrás estas operaciones producían halos alrededor de la luz artificial y necesitaban un periodo de adaptación más largo, pero ahora se consigue ver bastante bien en muy poco tiempo«, aclara el doctor Carlos Gálvez, oftalmólogo en Granadade Oftalvist, servicio oftalmológico del Hospital HLA Inmaculada.

Operación de presbicia 'Excellence'

Para el implante de estas lentes en esta cirugía ocular, además del tratamiento manual por ultrasonidos, actualmente también se pueden aplicar los llamados láseres de femtosegundo que ayudan a mejorar el centrado en el implante de la lente.

Según reconoce Enrique Iboleón, uno de sus doctores especialistas de Oftalvist Granada, gracias a este técnica «mejoramos la calidad de vida de nuestros pacientes puesto que se elimina la dependencia de las gafas para los quehaceres diarios y «tiene unos resultados espectaculares».

Eva Delgado, doctora de la entidad, por su parte puntualiza: «El paciente se va a casa el mismo día de la operación y puede volver a su rutina habitual pasadas muy pocas horas después de la intervención. La cirugía dura entre 15 y 20 minutos y, tras la misma, como mucho puede existir una pequeña molestia, pero no se siente dolor, «es como una sensación de cuerpo extraño y arenilla en el ojo«.

El grupo oftalmológico Oftalvist fue pionero en la incorporación , actualmente el más avanzado. «Somos de los pocos que disponemos de esta tecnología láser», explica la doctora Delgado.

«El láser de femtosegundo –continúa- nos permite hacer una cirugía más exacta y segura; al emplear estas tecnologías, se logra máxima precisión en el procedimiento quirúrgico gracias al láser, que ha sustituido por completo al bisturí. Además, el traumatismo ocular se reduce, ya que se aplica menor energía en el ojo y el centrado de la lente multifocal es más preciso «.

Los especialistas en oftalmología valoran esta intervención a partir de los 50 y 55 años, «hay que esperar a que la presbicia evolucione», indican. Además, en este sentido, desde Oftalvist Granada advierten que, una vez operado de presbicia «ya no hace falta operarse de cataratas porque se ha sustituido el cristalino por una lente», lo cual ejerce como una importante ventaja extra.

No obstante, los tres oftalmólogos apuntan la importancia de la primera visita en la que, junto con un equipo de optometristas, se realiza un «completo estudio preoperatorio para valorar el tipo de lente y las necesidades visuales de cada paciente. Además, aunque la mayoría de pacientes son aptos para esta intervención, a un pequeño porcentaje se les puede aconsejar posponer la cirugía, como por ejemplo aquellos con patologías oculares previas o susceptibles de poder desarrollarlas»

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