Precampaña (electoral) de Navidad

Crónica política ·

PSOE y PP cerrarán en diciembre sus candidatos a las municipales en Granada con la Diputación también en juego. La tensión política se dispara

Quico Chirino

Granada

Sábado, 26 de noviembre 2022, 23:53

El miércoles por la noche comenzó a circular una fotografía donde se apreciaba un Congreso semivacío; los diputados también tienen otras cosas menos importantes que ... hacer. El foco se dirige a Irene Montero, aparentemente sola en una de las bancadas del Gobierno –si se ampliara el encuadre se contarían siete asientos libres y, en una esquina, el titular de Universidades, Joan Subirats–. La ministra señala con el dedo índice a los diputados de Vox aún presentes y una diagonal exacta lleva al granadino Onofre Miralles, que en la imagen esboza media sonrisa socarrona y se pasa la mano por la barbilla. Esta vez, sin embargo, Onofre no había dicho nada. Fue su compañera Carla Toscano la que, en un zafio intento de resultar ingeniosa, resumió el currículum de Montero en el «estudio en profundidad» de Pablo Iglesias.

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Al día siguiente, jueves, el Congreso estalló y se convirtió en un charco de adjetivos. En esta ocasión, sí estaba Onofre de por medio. Y eso que si se compara con el resto de intervenciones de Vox fue el más moderado. Ni siquiera eran suyos los argumentos. Miralles repitió las proclamas que el argentino Javier Milei lanzó en el cónclave Viva 22 –ese en el que Los Meconios cantaron «vamos a volver al 36»–. «Somos superiores moralmente». Para redondear le añadió también «cualitativamente» –Milei dijo «productivamente»–. Sucede que unas elecciones son, a la postre, una cuestión más cuantitativa que cualitativa.

Ese arranque del diputado granadino se hizo viral y pasó de soslayo que, en su intervención, reivindicó también las conducciones de Rules.

El relato nacional lo contamina todo. También el jueves, el PP llevó a la Diputación una moción para forzar al PSOE a pronunciarse sobre la reforma del delito de sedición. Y el viernes, la unanimidad del pleno de la capital se rompió en el intento de aprobar una declaración institucional contra la violencia machista. Ya se ha abierto una larga precampaña hasta las municipales de mayo, que serán la primera vuelta de las generales. A efectos provinciales tiene el capítulo añadido de la Diputación, en reñida disputa. Una institución tan ansiada por el control territorial que aporta y porque, a diferencia de los ayuntamientos, dispone de un presupuesto saneado.

GOTEO EN EL PP

El presidente provincial del PP tiene la Diputación marcada como objetivo. Al partido no le fue mal con esta estrategia. Sebastián Pérez –cuando todavía era un referente a imitar entre los populares– se impuso la misma hoja de ruta y aquel fue el momento de mayor esplendor de los populares en la provincia. Para lograr gobernar esta institución, el PP necesita mejorar sustancialmente los resultados de las municipales de 2019. Actualmente, en sesenta pueblos tienen entre un concejal y ninguno. La dirección provincial sostiene que cuenta ya con 155 candidatos. El goteo de presentaciones es incesante, casi a diario. Esta semana tocó, entre otras, la de Francisco Maldonado, el exalcalde de Gójar que vuelve a los carteles. Cualquier voto en el Área Metropolitana puede resultar determinante.

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El PP hará un gran acto en la comarca de Guadix para presentar a los 33 números uno el 10 de diciembre. Le seguirá la Alpujarra y el último turno será para el distrito de Granada, que abarca 61 municipios. La propuesta de la capital estará resuelta en cuestión de un mes, aunque la oficialidad total no se espera hasta enero. Tampoco hay margen para esperar mucho más.

Las listas conjuntas con Ciudadanos son algo con lo que en estos momentos ni se especula. Pero sí habrá integración de concejales naranjas en candidaturas populares. De hecho, en algunos pueblos ya existe de facto esa convivencia. En la Costa la sintonía entre los gobiernos locales del PP y lo que queda de Cs es buena. Esto lo asume hasta el PSOE. Y este también puede ser un factor decisivo en el resultado final.

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EL PSOE Y VOLVER A GANAR

El clima nacional no ha minado la moral de los socialistas en Andalucía –o lo disimulan–. Están confiados en que la suya volverá a ser la lista más votada en las próximas municipales. El pasado 19 de junio, el PP obtuvo 175.535 votos en Granada por 105.652 del PSOE. Mucho margen que recortar en menos de un año. En mayo de 2019, la proporción fue prácticamente igual pero a la inversa: 167.426 (PSOE) por 114.202 (PP).

Los socialistas creen que el ruido actual llegará diluido y que, salvo en entornos muy urbanos, las elecciones municipales tienen otro comportamiento. También tendrán resueltos todos sus candidatos antes de las Navidades sin apenas contratiempos. En pueblos relevantes, únicamente hay debate en Salobreña, donde el secretario local plantea disputa a la actual alcaldesa.

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Pero el PSOE tampoco puede obviar condicionantes que juegan en su contra. Internamente admiten que es preocupante que no haya entendimiento a su izquierda. La falta de unidad en las candidaturas de confluencia es un factor que resta en la configuración posterior de la Diputación, que –prevén– se va a jugar en el Área Metropolitana y en la Costa. También es un handicap para la capital, donde confían en el «efecto Paco», pero con eso solo no basta.

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