«Se movió el tórax y grité: ¡Está vivo!»
Policía Nacional ·
Los dos agentes que salvaron la vida a un hombre al que dieron por fallecido en su vivienda recuerdan cómo actuaron en una situación límitelaura gálvez
Sábado, 14 de agosto 2021, 00:25
Pese al susto, todo acabó en final feliz. El pasado miércoles, dos agentes de la Policía Nacional realizaron un acto heroico al salvar la vida de un hombre que carecía de pulso y respiración, y por lo tanto, daban por muerto. IDEAL ha hablado con ellos, los «salvadores», en la Jefatura de Policía Nacional de Granada y aún se muestran nerviosos por la situación.
Cuentan que mientras estaban de servicio, como cada día, recibieron una llamada de la Central para acudir a un piso del Zaidín a comprobar que un hombre de 56 años se encontraba bien, puesto que el hermano alertó de que llevaba varios días sin tener noticias. Un camión de bomberos y los agentes F.J.T y J.C.P se dirigieron a la vivienda y consiguieron franquear el acceso tras forzar la cerradura con bastante dificultad. Justo en la primera habitación hallaron a un varón sin pulso ni respiración, con los ojos abiertos y aparentemente fallecido por un fuerte golpe en la nuca. «Le tomé el pulso y comprobé que no tenía, por lo que salí a activar el protocolo judicial, como suele hacerse en estos casos ante un cadáver», explica F.J.T.
Justo en ese momento, J.C.P, que llevaba tan solo cinco días en el puesto, decidió realizar una segunda comprobación del cuerpo porque «debido a los nervios y la rapidez de las circunstancias se pueden escapar detalles». «Cuando me acerqué al hombre note una leve hinchazón del tórax y un ligero movimiento en el párpado. En ese momento grité a mi compañero: ¡Está vivo!, ¡venid rápido!» explica J.C.P emocionado.
Acto seguido, el policía en prácticas procedió a realizar la reanimación cardio-pulmonar (RCP) al sujeto para abrir las vías respiratorias y, mientras efectuaba el masaje, en cuestión de cinco minutos llegaron los bomberos con la botella de oxígeno y el material sanitario y procedieron a rescatar al varón.
«Comprobé que el sujeto no tenía pulso y procedí a activar el protocolo judicial que se lleva a cabo cuando hay un cadáver»
F.J.T
Agente de Policía
Los agentes desconocen las circunstancias que rodearon el suceso, pero aseguran que tras revisar el domicilio no observaron ningún tipo de señales de violencia ni otra clase de delitos. «Seguramente se resbaló y cayó de espaldas, de ahí el golpe en la parte trasera de la cabeza. Pero ese es un tema del que se encargan los médicos, que son los que realmente saben», añade F.J.T.
Días después de la actuación, uno de los agentes se quiso interesar por la evolución del hombre y decidió llamar por teléfono a la familia, que le comentó que el afectado se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en el PTS, sin que aún le haya sido posible hablar con él.
La trayectoria de los agentes
Antes de entrar en el Cuerpo de Policía Nacional, J.C.P. trabajó como especialista en incendios forestales, por lo que «el tema de la adrenalina y las situaciones de alto riesgo», asegura, las tiene controladas.
Por su parte, el policía F. J. T. lleva 29 años en la profesión y cuenta que en el año 1993 también se encontraba de prácticas, al igual que su actual compañero, cuando tuvo que asistir un parto en un portal, por lo que se había enfrentado ya a alguna que otra situación límite a lo largo de su carrera. «Por suerte, salimos muy preparados de la escuela y recibimos muy buena formación, por lo que actuar no fue un trabajo complicado».
El policía en prácticas nunca había realizado una RCP a una persona real, pero en la escuela destinaron mucho tiempo a explicar este tema y «han dado siempre mucha caña», asegura.
«Todo pasó muy rápido, es una situación muy tensa y hay que intentar mantener la cabeza fría. En ese momento solo piensas en actuar y no eres consciente de nada más», confiesa uno de los agentes. «Es como vivir dentro de una película antigua, muda, en la que la gente anda muy rápido y las acciones transcurren muy seguidas, una detrás de otra», indica el otro policía.
Los «rescatadores» fueron conscientes de los hechos tras llegar a la comisaría y hacer «todo el papeleo». Todos sus compañeros y amigos expresaron alegría y orgullo ante el heroico acto de ambos. «Al fin y al cabo, creo que hemos contribuido a salvar la vida de una persona y a ayudarla, y es un hecho que genera una gran satisfacción, porque esa es nuestra principal labor en este trabajo», sostiene J.C.P.
Cuando el estado de salud del afectado mejore, podrá asegurar que sigue vivo gracias a la rápida y eficaz ayuda de estos dos agentes policiales.
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