La Policía intensifica los controles en el fin de semana de la desescalada navideña en Granada
Más de una veintena de agentes locales por turno vigilan que se cumplan los horarios para meriendas y cenas
Los agentes de la Policía Local y Nacional intensifican este fin de semana su presencia en las calles de la capital para vigilar el cumplimiento ... de los horarios que ayer entraron en vigor. En este segundo 'escalón' de alivio de las restricciones, las cafeterías pueden abrir un par de horas más que el resto de establecimientos, entre las seis y las ocho de la tarde, siempre que no ofrezcan bebidas alcohólicas. Además, los bares y restaurantes recuperaron anoche las cenas, con servicio entre las ocho y las diez y media, treinta minutos antes del toque de queda. Más de una veintena de agentes locales por turno –hasta 58, el domingo– controlarán los puntos clave de la capital.
En concreto, el Ayuntamiento desplegó en la tarde de ayer a 49 agentes en el turno de tarde, y una treintena por la noche. Para esté sábado, habrá más de 30 en mañana y tarde, y 27 durante la noche. El dispositivo del domingo contará con 58 policías por la mañana y otra treintena en horario vespertino y nocturno. Se trata, según el concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad, César Díaz, de un fin de semana clave, por la apertura de bares para las cenas, de cafeterías para la merienda, y con varios eventos programados en la ciudad: desde fútbol hasta manifestaciones. Todo ello en jornadas previas a la Navidad.
La proximidad de las fiestas se dejó notar ayer en las calles del Centro. Hubo ambiente, sí, pero incomparable al de años anteriores, cuando incluso se hizo necesario cortar alguna calle para evitar aglomeraciones. En torno a las seis de la tarde, minutos antes del encendido del alumbrado navideño, Mesones, Recogidas y Puerta Real empezaban a nutrirse de gente. Hasta el jueves, justo a esa hora las cafeterías cerraban sus puertas. Ayer, sin embargo, el Café Fútbol o el Gran Café BibRambla pudieron seguir operativos, con las terrazas prácticamente llenas.
En ambos espacios, sin embargo, coincidieron en que la reapertura fue tibia. Para ellos es un alivio volver a la actividad en una hora que es clave, lo mismo que el almuerzo lo es para bares y restaurantes, y más en Navidad, cuando el frío invita a concluir cualquier paseo con un chocolate caliente. Los hosteleros hablaban ayer de que quizá hay gente despistada «con tanto cambio», miedo a los contagios y menos dinero en el bolsillo. En el Gran Café, por ejemplo, el año pasado había 15 trabajadores en esta época, y ayer eran 8 los empleados.
Bares y tiendas
En la propia plaza se notaba menos brillo que otros años, sin mercadillo ni colas frente al árbol de luces. El bajón se nota también en las tiendas, según Ángel Rodríguez, presidente de Centro Comercial Abierto. El movimiento en uno y otro sector va de la mano. Siguen reclamando ayudas, y anuncian movilizaciones en las próximas semanas si no llegan las compensaciones.
Mientras las cafeterías aprovecharon el reclamado momento de la merienda, los pubs sin licencia para esta actividad echaron a sus clientes para bajar la persiana. Otros pudieron hacer un 'puente' sin alcohol entre el turno que finalizó a las seis de la tarde y el que comenzó a las ocho. Durante los últimos meses, muchos han adaptado sus permisos –el trámite es sencillo– y han empezado a ofrecer cafés y comidas para poder abrir.
Es el caso de Perragorda, en la calle Moras, donde en la tarde de ayer olía a gofre y palomitas. A las seis dejaron de servir copas. La Policía Local pasó por allí para comprobar la licencia, al igual que en el resto de pubs de la calle Ganivet que se mantuvieron abiertos.
Instrucción
Allí todo estaba en orden. En otros espacios, los agentes sí elevaron propuestas de sanción al carecer de la licencia adecuada. Hubo dos desalojos. El Ayuntamiento ha consensuado con la Federación Provincial de Hostelería el texto de una instrucción que aclara qué tipo de empresas –según el epígrafe de actividad económica en el que estén inscritas– pueden abrir entre las seis y las ocho sin servir alcohol: cafeterías, servicios en teatros y espectáculos, chocolaterías, heladerías y horchaterías.
El presidente de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo, Gregorio García, considera «un logro» la apertura de las cafeterías en horario de tarde: «Es un acierto, porque parecía absurdo salir a ver las luces y no poder parar a tomar un café o un chocolate con churros». Raúl López, portavoz en Granada de Andalucía Noche, cree que abrir dos horas y media más que antes «es mejor», pero las medidas «no tienen sentido». Los empresarios de la noche insisten en que el turno partido va a propiciar que las reuniones sociales se den en entornos no regulados. «El 'boom' que hubo de contagios se produjo porque la gente se reunió en espacios no controlados», subrayó.
Pasados diez minutos de las seis, en los pubs solo quedaron los trabajadores, y en los que seguían abiertos, los camareros negaron las copas a los clientes. Así hasta las ocho, cuando volvieron a levantar la persiana y vender alcohol.
El primer turno de cenas tampoco fue masivo. En la calle Navas, por ejemplo, fueron tantos los bares en servicio como los cerrados. A las nueve de la noche, hora y media antes del cierre, no era difícil encontrar una mesa. En Rincón del Carmen confiaban en un sábado más animado, como ha sucedido en fines de semana anteriores. Lo mismo en La Chicotá, que decidió no abrir a mediodía porque apenas había clientela a las cuatro de la tarde. Los ciudadanos, explicaban, aún no se han acostumbrado a los nuevos horarios.
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