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Un piloto de Granada de la Patrulla Águila se estrella en La Manga

Un piloto de Granada de la Patrulla Águila se estrella en La Manga

El comandante Eduardo Garvalena muere tras precipitarse en el Mediterráneo el C-101 con el que entrenaba

ALEXIA SALAS

San Javier (Murcia)

Viernes, 28 de febrero 2020, 01:41

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Una sensación de 'déjà vu' describieron haber vivido algunos de los presentes en las tareas de rescate del comandante granadino Eduardo Garvalena Crespo, cuyo reactor cayó a primera hora de la tarde al Mediterráneo a unos 300 metros de la costa de La Manga.

Con el mismo avión y aproximadamente en el mismo sitio donde se precipitó el pasado 26 de agosto el comandante Francisco Marín, quien también fue 'Solo' de la Patrulla Águila del Ejército del Aire, cuya misión consiste en llevar el avión a sus límites de forma segura, pero al servicio del espectáculo aéreo.

En un vuelo de entrenamiento previo al inicio de la temporada de exhibiciones, los pilotos de la patrulla acrobática habían salido a ejercitar ese 'calentamiento' que necesitan a los mandos de la máquina, igual que un deportista.

Aún se desconoce si el comandante no tuvo ocasión o decidió no optar por el recurso desesperado de eyectarse

El comandante Garvalena (Granada, 1981) era uno de los más hábiles pilotos del Ejército del Aire, con más de 2.300 horas de vuelo a sus espaldas en aviones de combate, pero por causas que se desconocen -y aún son un misterio en los casos de los dos accidentes anteriores-, su avión C-101 cayó al mar a gran velocidad. Algunos testigos relataron haber escuchado una explosión acompañada de una nube de humo justo cuando el avión se precipitó al agua. Otros aseguraron que vieron el avión hacer maniobras hacia arriba y después bajar en una trayectoria similar a la que el comandante Marín vivió el pasado verano.

El Ejército del Aire envió de forma inmediata su embarcación Avante, con los buzos especialistas en la búsqueda bajo el mar. Contaron con el apoyo de las embarcaciones Albufera, de Protección Civil de San Javier, y con las de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo.

Hasta las 19.40 horas el Ejército del Aire no confirmó la muerte del piloto , que poco después hizo oficial el Ministerio de Defensa, aunque las fuentes próximas al rescate ya anunciaban el peor de los resultados a media tarde, cuando comprobaron que el comandante no tuvo ocasión o decidió no optar por el recurso desesperado de eyectarse del avión pulsando el botón que permite propulsarse fuera del avión mediante el dispositivo instalado en el asiento.

Complejas tareas bajo el mar

Este sistema mecánico y la carga de material pirotécnico que llevan acoplados los aviones de la Patrulla Águila para hacer más vistosas sus exhibiciones, hicieron ayer más complejas las tareas de los buzos bajo el mar, que en cualquier caso solo podía realizar los submarinistas especializados del Ejército del Aire.

A medida que iba cayendo la noche sobre la playa de La Manga, los trabajos se hicieron más difíciles, hasta que se ordenó la retirada de los helicópteros, que apoyaban en la localización de los restos de la aeronave. A última hora de la tarde, los equipos de rescate aún no habían podido extraer ni la aeronave ni los restos del piloto, salvo algunas piezas metálicas. El Ayuntamiento de San Javier puso a disposición de los buzos una máquina de detección de metales bajo el mar. A favor tenían ayer la calma del mar, debido a la ausencia de viento durante estos días casi veraniegos en la costa murciana.

El comandante Daniel Zambrano, jefe de la Patrulla Águila, y la comandante Rosa María García Malea, quien en la temporada pasada fue compañera de Garvalena en la unidad acrobática, estuvieron ayer presentes en la orilla presenciando la búsqueda del joven militar.

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