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Fotofrafías antiguas de Francisco Cruz, el protagonista de una historia que se ha hecho viral a través de Twitter. ALEJANDRO SÁNCHEZ MORENO

Tras la pista de un amigo de la familia perdido tras la Guerra Civil

El historiador Alejandro Sánchez Moreno solicita colaboración para dar con Francisco Cruz siguiendo varias pistas que pasan por Granada, Sevilla y Cataluña

Diego Callejón

GRANADA

Martes, 9 de abril 2019, 19:44

La Guerra Civil española y los consecuentes años de posguerra dejaron cientos de historias de desaparecidos, lazos rotos y familias deshechas en nuestro país. En ... los últimos días, una de estas narraciones se ha vuelto viral en redes sociales al tener un origen llamativamente opuesto, el de dos desconocidos que entablaron una relación familiar en este duro ambiente posbélico. El historiador andaluz Alejandro Sánchez Moreno ha cosechado más de 3.000 interacciones en menos de una semana con un hilo de Twitter en el que solicita ayuda para «recuperar la historia de su familia» encontrando a Francisco Cruz, un niño huérfano a quien su bisabuela acogió «como a un hijo» hace ahora casi ochenta años.

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Esta historia comienza en Granada, donde el bisabuelo de Alejandro Sánchez Moreno fue encarcelado «por comunista» cuando la Guerra Civil llegaba a su fin. Tal y como ha relatado el propio historiador a IDEAL, su bisabuelo era «un cargo importante dentro del Partido Comunista en Sevilla» al que acabaron deteniendo en Alcalá la Real como consecuencia del golpe de Casado, en 1939. Tras su detención, el reo fue enviado a una cárcel de Granada donde terminó falleciendo de tuberculosis antes de que llegara la fecha de su juicio. «Mi bisabuela se trasladó a Granada para despedirse de él. Cuando fue a la cárcel, mi bisabuelo estaba tan mal que tuvieron que levantarlo entre dos compañeros, porque no se tenía en pie», relata Alejandro.

Tras aquella amarga despedida en Granada, Carmen Barrera, la bisabuela del historiador, regresó a Sevilla, donde comenzó a trabajar como cocinera en un hospicio de Auxilio Social, una organización vinculada a la Falange. En aquel lugar conoció a Francisco Cruz, un huérfano de la guerra con quien entabló una relación muy especial y al que ahora, ocho décadas después, busca Alejandro a través de Twitter.

«Era como un hijo para mi abuela»

Desde que comenzara a trabajar en el hospicio de la barriada sevillana de San Jerónimo, Carmen Barrera entabló «una relación muy cercana» con el joven Francisco Cruz, quien solía llamarle 'mamá'. «Mi bisabuela fue quien me crió, y siempre me hablaba de Francisco. En aquel orfanato los niños sufrían abandono y maltrato, por lo que buscaban el acercamiento con algunos trabajadores que los protegieran. Francisco y mi bisabuela eran como madre e hijo», relata Alejandro.

«Mi bisabuela llegó a arriesgar su trabajo y el pan de sus hijos por ayudar a un exiliado granadino»

ALEJANDRO SÁNCHEZ MORENO

Tal y como cuenta el historiador, la relación de Francisco con su familia fue tan cercana que también llamaba 'hermana' a la hija de su bisabuela. «Cuando mi abuela entró a trabajar en el mismo hospicio que su madre, conoció a Francisco y tuvieron una relación de hermandad. Al cumplir los dieciocho años, el muchacho fue expulsado del orfanato, pero durante mucho tiempo mantuvo contacto con mi abuela por carta», explica Sánchez Moreno.

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Fue a principios de los años setenta cuando la familia de Alejandro perdió el contacto con Francisco. Las últimas noticias que tienen de él es que se fue a trabajar de Sevilla a Cataluña, donde ahora le siguen la pista. En la actualidad, Francisco Cruz debe tener unos ochenta años y, según explica el historiador, «por la información que ha llegado por Twitter a raíz de las fotos publicadas parece que jugó en un equipo de fútbol de Tarragona».

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Imagen. Foto del equipo en el que jugaba Francisco Cruz, destacado en el detalle de la imagen. F. S. M.

Desde que Alejandro publicara su hilo en Twitter, han sido numerosas las respuestas que le han llegado, tratando de aportar detalles y ayuda a su búsqueda. Aunque el historiador reconoce la dificultad de su empresa, dado lo común que es el nombre de Francisco Cruz y los pocos datos que tiene, confía en que alguien en las redes sociales pueda reconocer al hombre en las fotografías que se conservan de él. «Como historiador, sé las puertas que tengo que tocar para encontrar a alguien, y me encuentro ante un callejón sin salida. Por eso he recurrido a las redes sociales, porque es el único sitio en el que puede obrarse el milagro», sentencia.

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Sevilla y Granada, hermanadas

Para Alejandro, resulta fundamental encontrar a Francisco Cruz para recopilar más datos sobre la vida de su bisabuela y terminar de construir la historia de su familia, un relato que 'hermana' a Sevilla y Granada a pesar de las heridas de guerra. Y es que, como narra el propio historiador, la ciudad nazarí tiene un peso importante en su linaje por ser el lugar en el que falleció su bisabuelo y comenzó esta crónica. Aunque Carmen Barrera nunca quiso volver a Granada porque «le traía muy malos recuerdos», sí que sentía una conexión con lo que ocurrió en esta tierra, lo que le llevó a «arriesgar su trabajo y el pan de sus hijos por ayudar a un exiliado granadino».

«Mi bisabuela siempre pensó que su marido había enfermado por no comer nada en la cárcel. Años más tarde, un exiliado de Granada pasó por su hospicio pidiendo comida. Al ser una institución falangista, tenían prohibido ayudar a los antiguos miembros del bando republicano, pero mi bisabuela quedó prendada de aquel hombre por recordarle a la situación de su marido. Durante meses, le estuvo dando de comer a escondidas, poniendo en riesgo su trabajo y su futuro. Al final, ambos se hicieron amigos y lo siguieron siendo hasta el final de sus vidas», explica Alejandro.

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Ahora, el historiador sevillano lucha por terminar de contar la historia de Carmen Barrera, una mujer «obligada a trabajar para quienes habían apresado a su marido hasta la muerte a cambio de dar de comer a su familia». Para ello, pide la colaboración de todos los ciudadanos, confiando en que compartan esta historia para que «se obre el milagro» de hallar a Francisco Cruz y termine de aportar los detalles que faltan.

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