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destinado a menores de 26 años en empresas de más de 20 asalariados

Villepin asegura que la reforma del 'primer contrato' acabará con la precariedad laboral

Permitirá al empresario despedir al joven contratado sin tener que dar ninguna justificación durante los dos primeros años de contrato

EFE | PARÍS

Martes, 7 de febrero 2006, 01:00

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El primer ministro francés, Dominique de Villepin, ha asegurado hoy que escucha "a los que se manifiestan, pero también a los que no se manifiestan", mientras decenas de miles de trabajadores y estudiantes desfilaban en París y otras ciudades contra el nuevo contrato laboral que el Gobierno impulsa para los jóvenes.

Se trata del contrato de primera contratación (CPE), destinado a menores de 26 años en empresas de más de 20 asalariados, que permitirá al empresario despedir al joven contratado sin tener que dar ninguna justificación durante los dos primeros años. Para exigir "la retirada del CPE", en el que ven un aumento de la precariedad para los jóvenes y el principio del fin del contrato indefinido para todos, decenas de miles de personas se manifestaban en Francia, convocadas por los sindicatos y asociaciones de estudiantes con el apoyo de la oposición de izquierdas.

"Escucho a los que se manifiestan, pero también a los que no se manifiestan, a los que se desesperan por poder encontrar un empleo estable, a todos los que se preocupan por su futuro", declaraba Villepin en la sesión de control al Gobierno en la cámara de los diputados, que esta tarde debate el CPE. Al rechazar los ataques de los portavoces socialista y comunista en la cámara, el jefe del Ejecutivo conservador ha afirmado que unos pueden optar por "postergar de nuevo las decisiones, refugiarse en el inmovilismo" y "hacer creer" a los franceses que "la seguridad está en el statu quo". "Pero -agregaba a renglón seguido- la verdad es que la seguridad en el empleo para todos los franceses pasa por los cambios".

Unos cambios "justos, adaptados a las realidades del empleo de hoy, cambios que permiten responder concretamente a los problemas que los jóvenes afrontan todos los días", argumentaba el primer ministro, quien reiteraba su "determinación" de avanzar como hacen los otros países -citando a Alemania, España y a los países escandinavos- y concluía con una cerrada defensa del CPE, ya que, quiso manifestar "con gravedad" a sus detractores, "todos tenemos una cita con el empleo". El Gobierno ha conseguido "los primeros resultados. Queremos más", sentenciaba Villepin, según el cual nadie puede aceptar la "precariedad" en que hoy viven "cientos de miles" de jóvenes franceses.

La medida significa un "insulto a la juventud"

La sesión de control parlamentario al Ejecutivo, en un clima de enfrentamiento, empezó cuando avanzaba por el corazón de París la principal manifestación de trabajadores y estudiantes contra el CPE. Detrás de un cartel que exige "la retirada del CPE", desfilaban miles de personas, encabezadas por los líderes de los principales sindicatos y de las asociaciones estudiantiles. Según la Policía nacional, hubo 218.700 manifestantes, de los cuales 102.800 eran alumnos y estudiantes, en los 187 desfiles, mientras los sindicatos calculan en más de 400.000 los participantes en total.

Los jóvenes calificaban en sus carteles al CPE como un "insulto a la juventud", un contrato "basura" o "Kleenex" (conocida marca de pañuelos desechables de papel), la misma expresión que usaban figuras del Partido Socialista (PS) presentes en el desfile, incluido su líder, Francois Hollande, y varios aspirantes a las Presidenciales de 2007. Por la mañana, miles de manifestantes han desfilado por grandes ciudades como Toulouse, Marsella, Burdeos o Rennes.

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