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Un ciclista se aproxima a la Puerta de las Granadas en la Vuelta a Andalucía de 1985. González Molero
Pedaladas sin freno por la Alhambra

Pedaladas sin freno por la Alhambra

La Vuelta a Andalucía pasará el próximo sábado por la colina roja, escenario de tres emocionantes contrarreloj hace más de tres décadas

Manuel Pedreira

Granada

Sábado, 15 de febrero 2020, 00:56

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Si en París tienen el Arco del Triunfo y los Campos Elíseos, en Granada tenemos la cuesta Gomérez y la Alhambra como el paisaje perfecto para darle lustre al final de una carrera ciclista por etapas. Y así debieron pensarlo los organizadores de la Vuelta ciclista a Andalucía hace 35 años, cuando Granada fue a esta prueba lo mismo que París al Tour o, en menor medida, Milán al Giro y Madrid a la Vuelta a España: el lugar donde había que llegar con el maillot de líder, la ciudad donde terminaba la que aún sigue siendo la primera gran prueba por etapas del calendario ciclista europeo.

Una mente avispada ideó que los corredores no tenían que limitarse a entrar en la meta en la Gran Vía o en el paseo del Salón, sino que debían tocar con los dedos, acariciar con sus tubulares, la colina de la Alhambra. El colofón perfecto.

Dentro de una semana, el sábado, la Vuelta a Andalucía tiene meta en la capital granadina y, en un momento de su recorrido, los ciclistas volverán a pedalear protegidos por la umbría de los bosques alhambrinos. En esta ocasión, será un paso fugaz y mucho antes de cruzar la línea de meta, pese a que esta se sitúe en el paseo de la Bomba. El truco es que tras deslizarse por la Antequeruela y transitar por el paseo del Generalife, podrán rumbo hacia Monachil para ascender el Purche antes de regresar a la capital.

Ese paso por las cercanías de la Alhambra, de apenas dos kilómetros, es la excusa perfecta para recordar aquel trienio de mediados de los 80 en que la Vuelta a Andalucía le concedía a la Alhambra un protagonismo singular. Las ediciones de 1985, 86 y 87 terminaron en Granada con la misma fórmula de dos etapas en un día. Un primer sector matutino, que llevaba a los ciclistas hasta Granada tras salir desde una localidad de otra provincia, y un segundo sector que consistía en una contrarreloj individual muy corta, de 6-7 kilómetros, con el atractivo de incluir la subida por la cuesta Gomérez.

Un corredor afronta la zona más dura de la cuesta Gomérez.
Un corredor afronta la zona más dura de la cuesta Gomérez. G. Molero

Así, bajo la Puerta de las Granadas iban desfilando de uno en uno todos los participantes de la carrera. Y la nómina solía ser ilustre. Basta decir que Miguel Induráin hizo sus pinitos en esa contrarreloj, rozando la victoria en 1985. La cuesta Gomérez, que entonces estaba abierta al tráfico rodado sin ninguna restricción, se atestaba de público deseoso de ver a los ciclistas. La afición a este deporte empezaba a despertarse de nuevo en España gracias a las buenas actuaciones del Reynolds en el Tour, que sacaban poco a poco del bache al ciclismo nacional, falto de referentes desde la retirada de Luis Ocaña.

Las fotografías de la época muestran imágenes añejas de ciclistas sin casco y con bicicletas que ahora serían un bien codiciado por cualquier coleccionista. El ganador de aquella primera subida a la Alhambra en contrarreloj fue Rolf Golz, un 'pistard' alemán que también se impuso en la clasificación general. Un prometedor Miguel Indurain hizo segundo. Con los años, Golz llegaría a ganar dos etapas en el Tour. Al año siguiente, el belga Peter Hilse demostró su condición de cazaetapas marcando el mejor tiempo en la 'crono' de 6,6 kilómetros. Jean Luc Vandenborucke sumó también para Bélgica la victoria en 1987, la última ocasión en que la Vuelta a Andalucía dejó la estampa de los ciclistas trepando por la cuesta Gomérez.

El próximo sábado, la penúltima etapa de la ronda andaluza saldrá de Villanueva Mesía y 125 kilómetros después tendrá su meta en el paseo de la Bomba. Entre medias, los corredores deberán superar los puertos de Nívar y Huétor Santillán (ambos de 3ª categoría) antes de adentrarse en Granada desde la carretera de la Sierra. Al llegar al paseo de la Bomba -primer paso por meta- girarán a la derecha para subir por la cuesta del Caidero, dejarán atrás el hotel Palace y recorrerán el paseo del Generalife (donde habrá una meta volante) para salir de la colina de la Alhambra por el 'nuevo' (lleva abierto la tira de años) acceso al monumento. Atravesarán el túnel del Serrallo y pondrán rumbo a Monachil para subir el Purche y regresar a la meta de Granada.

El primer paso capitalino se producirá alrededor de las tres y media de la tarde. El final de la etapa está previsto para una hora después. Mientras, la cuesta Gomérez sigue añorando aquellos ciclistas ochenteros. ¿Volverán algún día?

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