«El día que mi partido decida quién es el candidato en Andalucía, si es mi nombre, daré un paso al frente»

–[Ríe]. Haría mía la expresión de Margaret Thatcher: no soy una política de consensos pero sí de fuertes convicciones. Cuando se nos califica de ultras, o de machistas, cuando se nos deshumaniza, esas son las tenencias de la Alemania nazi. No hay base objetiva para situarnos fuera del tablero democrático. Cuando los españoles nos escuchan de manera clara y directa la voz que oyen es la del sentido común. No somos racistas cuando decimos que una política de inmigración ilegal e irresponsable supone un problema; no para los políticos, que no tienen los centros de alojamiento o los albergues en sus barrios. No están en Galapagar con la Guardia Civil custodiándolos. He estado en Víznar con el alcalde de IU y me dio las gracias por ser la primera política que fue a conocer la problemática del albergue de la Junta reconvertido en un centro para que sean distribuidos los inmigrantes ilegales que estuvieran contagiados o en riesgo de contagio. ¿Limitarme? Bajo ningún concepto. Si pierdo mis convicciones los españoles tendrán que decirme que vuelva al sitio de donde he venido.

–A Vox se le critica que recurra a fuegos de artificios. Por ejemplo, la rueda de prensa en Sevilla de Santiago Abascal esta semana que acabó convertida en un mitin. ¿Fue una provocación?

–Santiago Abascal dio ¡una rueda de prensa!, que es un derecho fundamental. Lo que lamento es que se limitaron ilegal y delictivamente los derechos de los sevillanos y su libertad de circulación. Hay puesta una querella.

–¿Puede ser la candidata de Vox a la Junta?

–Hay que tener muy presente que fue en Andalucía donde empezó el cambio, la reconquista. Estoy orgullosa por la labor de Alejandro Hernández como portavoz y de que hayamos conseguido que se levante hasta la última alfombra y se estén investigando 40 años de tiranía roja. Es una auténtica vergüenza que en plena negociación entre el PP y el PSOE por las siglas políticas en el CGPJ, lo que haya hecho el PP sea dejar pasar los plazos de los recursos de casación en el Tribunal Supremo de los condenados Griñán y Chaves. Cuando estuve en Sevilla me sentí tremendamente querida. Y fue un honor levantar la voz para decir que no consideramos el 28F un día digno de conmemoración, porque cuando se sometió a referéndum el inicio del proceso autonómico no se les dijo a los andaluces lo que finalmente ha sucedido, que esa autonomía acabaría en un estado del bienestar de los políticos y en corrupción. Hay una forma de amar a Andalucía diferente a una Andalucía regionalista o nacionalista. Es entender una Andalucía bajo la bandera que nos une a todos los españoles. Me preguntaron y comenzaron a elucubrar sobre la posible candidatura a la Junta, pero no tiene ningún fundamento porque no estamos en esa clave. Nos encantaría estar en clave de elecciones autonómicas.

–Y, ¿llegado el momento sería descabellado pensar que fuera su nombre?

–Tengo que contestar de la misma forma que si me hiciera esa pregunta sobre un ministerio en el Gobierno. ¿Sería descabellado hablar de mí como ministra? Lo desconozco, pero aplicaré la misma máxima. No eludiré ninguna responsabilidad que se me demande. El día que llegue el momento de considerar por mi partido quién es el candidato en Andalucía o donde sea, si es mi nombre, daré un paso al frente.

–Entonces, ¿si Vox considera que sea dará el paso al frente?

–En ese momento será cuando todo se tenga que considerar. Antes de designar lo que sea mejor para España habrá conversaciones con las personas.

–¿Y nadie aún le ha dicho nada?

–En mi partido nadie me ha trasladado información alguna que avale eso. Puedo decir abiertamente que es totalmente infundada cualquier información que me coloque como candidata a la Junta. Hasta a María Jesús Montero, que no me cabe la menor duda que será la candidata de Sánchez, la vi muy nerviosa, cuando me mencionó en una interpelación de Vox. ¡Me estaba poniendo en campaña andaluza! [Ríe].

–Se le ha visto esta semana preguntar a Bárcenas en la comisión de investigación en el Congreso. Visitó en la cárcel al comisario Villarejo, ¿qué le dijo?

–No apoyamos la comisión Kitchen, es un circo. Pero una vez que estamos dentro intervine como abogada del Estado. La declaración del señor Villarejo es fundamental. Celebrar una comisión sin la comparencia de Villarejo es como un partido de fútbol sin pelota. Tuvimos clarísimo que teníamos que hacer lo necesario para que el testimonio de Villarejo saliera a la luz. Conseguimos torcer el brazo al PSOE y Podemos y que Villarejo comparezca en la Kitchen pero dejaron el testimonio para el final, que puede ser dentro de dos años. De ahí que anunciara que nos íbamos a la prisión. Lo siguiente fue ver al indigno Marlaska impidiéndonos grabar las comparecencias de Villarejo para aportar esas grabaciones. Después de tener esa comparecencia en la cárcel, tras tres años y cuatro meses en prisión preventiva, se produjo la liberación del señor Villarejo. Algunos dijeron que se le apareció la Macarena y salió de prisión [ríe]. Me habló sobre los 50 millones de euros de Bárcenas en Suiza. La información que nos proporcionó cuando pregunté si eran fondos desviados de la financiación ilegal del PP y si únicamente estaba el señor Bárcenas detrás, fue que había otras personas y el único nombre que me proporcionó fue el de Arenas.

–¿Cree en las coincidencias?

Me repugna el olor a pasteleo político con la justicia que desprende este caso. Casualmente, el 2 de febrero el señor Bárcenas envía un escrito a la Fiscalía Anticorrupción bajo su firma donde dice que va a colaborar con la justicia y pone unos hechos gravísimos negro sobre blanco, entre ellos, que el PP le había ofrecido un pacto que implicaría una absoluta corrupción político judicial, por cuya virtud, si Bárcenas callaba su mujer no entraría en prisión. El 6 de febrero ratifica esas declaraciones, vincula a la actual dirección del PP y fija el nombre de Enrique López, cuando era magistrado en activo, como mediador de esas conversaciones. Días después, casualmente, se produce un cambio de actitud de Bárcenas y su abogado para desmentir las informaciones y el miércoles se le concede un permiso de 12 días de libertad.

–¿Ha hecho algún amigo de Podemos?

–No. [ríe]. Bajo ningún concepto. Lo que sí te tengo que decir es que tenemos otro granadino con una importante responsabilidad, que es el señor José Antonio Montilla (PSOE), secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, y tengo que poner en valor el extraordinario trabajo que realiza en esa función.