La pandemia no logra apagar la Navidad en los pueblos de Granada

LLa Covid arrebató a Granada la Semana Santa, el Corpus y la Feria. Le quitó la salida procesional de la virgen de las Angustias, pero no se quedará también con la Navidad. Los principales municipios de la provincia han decidido retar al virus y mantener el alumbrado especial durante las fiestas. La decisión, como reconocen los regidores consultados por este periódico, no ha sido fácil dada la corriente de opinión existente en una parte de la sociedad de dirigir las partidas destinadas a la iluminación a contrarrestar los efectos económicos de la pandemia. Sin embargo, como han hecho la propia capital granadina y otras ciudades importantes del país, la visión de las luces como un foco de atracción de la población para impulsar las compras en comercios tradicionales y, no menos importante, como una ayuda para mantener la llama de la esperanza ha hecho que la inmensa mayoría de las localidades se decanten por esta opción.

Loja es una de ellas. La cabecera de la comarca del Poniente se afanaba en los últimos días por instalar las luces en calles y plazas del municipio. Invertirá 150.000 euros a este fin, prácticamente la mitad de lo que otros años después de que el equipo de gobierno, que lidera el popular Joaquín Camacho, decidiera destinar la cantidad recortada a un plan de empleo para aquellas personas que están en peor situación por la crisis. «Es una perspectiva económica, social y humana la que hemos buscado esta Navidad, viendo la iluminación como una fórmula de apoyar al comercio para que pueda hacer frente a una campaña muy complicada», asegura el alcalde lojeño.

Es la misma concepción de las luces que tienen en Almuñécar, otra de las grandes poblaciones que va a iluminar sus calles en los próximos días. El municipio va a invertir 60.000 euros, una cantidad similar a la de años anteriores. El operativo, como apunta la regidora, la popular Trinidad Herrera, aún no ha comenzado, pero hay vecinos que aguardan el encendido con ilusión. «Llevamos un año de una tristeza insostenible y hay que dinamizar el comercio, que la gente, de una manera razonable y sin olvidar las medidas de seguridad, salga y compre; pero no podemos olvidar a los niños, que llevan desde marzo haciendo un gran esfuerzo para adaptarse a una situación muy compleja», afirma la alcaldesa.

Santa Fe, en el Área Metropolitana, va también en una línea similar. Aquí, el Consistorio, que encabeza el socialista Manuel Gil, va a instalar las luces navideñas en los tres núcleos que conforman la población. «Todos sabemos que la actividad normal no va a existir, pero pensamos que, a pesar de las restricciones, hay que apoyar a los comercios y la iluminación es una buena herramienta», asegura el primer edil. En este caso, la partida destinada a este fin es de unos 20.000 euros, una cifra ligeramente inferior a la de otros años. El regidor, que reconoce que se valoraron todas las opciones, sabe que «hay gente que quiere que se destine este dinero a otras cosas», pero llama a ver la iniciativa «más que como un gasto, como una inversión».

En Armilla también va a mantenerse la iluminación navideña, una iniciativa que forma parte del programa de fomento del comercio local impulsado por el consistorio que preside la socialista Loli Cañavate. La regidora recuerda que el Ayuntamiento ha sido consciente en todo momento de la situación, por lo que procedió a eliminar todas las partidas dedicadas a las fiestas salvo esta. Esos recursos, así como otros del municipio, los destinaron a un plan de recuperación económica y social y a ayudas directas a pymes y autonómos. Pero la alcaldesa lo tiene claro. «Había que mantener la ilusión y colocar las luces era una demanda de los comerciantes», subraya.

Baza es otra de las localidades importantes de la provincia que va a tener iluminación festiva. Como informó el consistorio que preside el socialista Pedro Fernández hace unos días, «este ayuntamiento entiende el alumbrado de Navidad como un elemento en apoyo del comercio local, que añade ambiente a las calles más comerciales e invita a realizar las compras de Navidad en los establecimientos de proximidad. De ahí que este se haya entendido más necesaria que ningún otro año esta iluminación como medida para contribuir a la recuperación de los comercios». Por este motivo, el municipio es uno de los pocos que va a aumentar el número de calles encendidas hasta alcanzar un total de 25 localizaciones. Sobre la cantidad destinada, desde el municipio reconocen que es «difícil de cuantificar porque se integra en un contrato de dos años para cubrir la iluminación de las navidades y ferias de 2019 y 2020 por un importe total de 60.000 euros». No obstante, apuntan que la ampliación de este año ha costado cerca de 6.000 euros.

Guadix, gobernada por el popular Jesús Lorente, también va a apostar por la iluminación. Como informa el propio alcalde, «en el equipo de gobierno estamos sentándonos con la asociación de Comercio para diversificar el alumbrarlo, llevar a todos los sitios posibles y poner una bolas para que los críos se acerquen». En los últimos días, la operativa ha comenzado para intentar tener un encendido en el Puente de la Inmaculada. El coste total, según el regidor, es de unos 26.000 euros.

Alhama de Granada es otro de los municipios que ha recortado la partida de fiestas, pero ha decidido mantener la iluminación. El consistorio que encabeza el popular Jesús Ubiña va a hacer una inversión que ronda los 12.000 euros, un coste similar al de otros años. «Lo vamos a hacer para incentivar el comercio», informa el primer edil, que aclara que están intentando colaborar con los negocios para impulsar la digitalización y organizar un sistema de reparto a domicilio. Donde el Ayuntamiento sí va a recortar es en las actividades navideñas que organiza y que, dadas las circunstancias, se van a suspender.

En Órgiva también se va a mantener la inversión. La cabecera de la Alpujarra, en la que gobierna el popular Raúl Orellana, considera que las luces «incentivan a que la gente salga, gaste y la economía se mueva». Es uno de los motivos por los que han preferido desoír las propuestas que reclamaban destinar los fondos a los comercios. El otro es el tamaño de la propia partida de luces, a la que se destinan alrededor de 6.000 euros. «Hacer un reparto entre los locales de esa cantidad es un error, toca a nada y menos», apuntan desde el consistorio.

Dúrcal, en la comarca del valle de Lecrín, ha sido rápido a la hora de colocar la iluminación, que se encuentra ya instalada. El primer edil de la localidad, el socialista Julio Prieto, reconoce que no fue una decisión fácil. «Hubo debate», admite antes de aclarar que al final se apostó por poner la luces «porque trabajamos con una empresa local especializada y, sin fiestas de los pueblos, necesitaban ayuda para superar el trance». La medida, según aclara, sirve también a los comercios, «que aprovechan el atractivo que generan y pueden impulsar las ventas». Como en Órgiva, algunos reclamaron que el dinero se destinara a ayudas directas. Sin embargo, el volumen de la partida, inferior a los 5.000 euros, hacía que el reparto a empresas y autónomos «no llega a los 50 euros ni en el mejor de los casos». A esos fines, recuerda, el Ayuntamiento ha dedicado otras partidas, con 40.000 euros para una partida de emergencia social y bonificaciones en las tasas de mercadillo, basuras y ocupación de vía pública. El regidor, por otra parte, defiende que las luces «aportan alegría e ilusión» al pueblo, «que también es muy necesario». «Es el momento de ponerle un poco de luz a la situación», sentencia.

Iznalloz, dirigida por el socialista Mariano Lorente, es la excepción a la norma. El Ayuntamiento, como aclara el primer edil, no tiene alumbrado, sino que lo alquila. Así que este año lo que se ha propuesto es «hacer un alumbrado simbólico y dejar de iluminar el resto de calles», lo que supone un ahorro de unos 4.000 euros. El alcalde defiende la medida. «En la situación en la que estamos, no debemos hacer un gasto en cosas que no son de primera necesidad», asegura. El consistorio va a destinar el dinero a una promoción de incentivo del comercio local, con campañas y obsequios, y a contratos de trabajo para personas en situación de vulnerabilidad. Es la otra cara de la moneda en una provincia, que, sea de una forma u otra, planta cara a una Navidad más complicada que de costumbre.