Obras en Granada
La nueva 'puerta' de la Alpujarra empieza a cobrar formaEl nuevo trazado de la carretera entre Lecrín y Lanjarón pondrá fin a los problemas que el viario presentaba desde hace décadas
Hace justo noventa años, como parte de las Misiones Pedagógicas, un grupo de intelectuales se adentró en la entonces remota Alpujarra para mejorar las condiciones ... de los habitantes. De aquel viaje, gracias al cual muchos vecinos descubrieron por primera vez los principios del cine, quedaron testimonios escritos y fotográficos que revelan las dificultades de acceso a la zona. Desde entonces, la situación ha cambiado y, desde hace décadas, localidades como Órgiva, Bubión o Trevélez reciben a miles de visitantes cada fin de semana.
Aún así, acceder a la comarca sigue siendo complicado. La carretera que une el valle de Lecrín con Lanjarón serpea durante kilómetros entre desfiladeros y restos de sistemas defensivos antiguos afectando a la movilidad, algo crucial en un acceso transitado por camiones o que muchos vecinos emplean en caso de requerir asistencia sanitaria. Salvar esta situación es una demanda histórica de la comarca, que lleva dos décadas reclamando una mejora que por fin empieza a ver la luz.
166
metros tendrá el viaducto que se construirá para salvar uno de los desfiladeros
1,3
kilómetros menos tendrá el nuevo trazado respecto al anterior
Todo se originó hace dos años, cuando la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, entonces dirigida por Marifrán Carazo, avanzó el interés de la administración autonómica por responder a las necesidades de los alpujarreños e impulsar otro acceso a la comarca. El proyecto fraguó meses después, cuando se anunció la licitación del nuevo trazado de la A-348 entre la autovía de Sierra Nevada y Lanjarón. Según indicó el Gobierno andaluz entonces, el objetivo era dar solución a una carretera que es empleada a diario por más de 3.600 vehículos.
En mayo del año pasado, la variante obtuvo la autorización ambiental unificada, un trámite imprescindible para que pudieran arrancar las obras en un paraje considerado de altor valor. Precisamente el impacto en el medio natural del entorno era una de las preocupaciones para los promotores. En las inmediaciones de la carretera, cerca de las charcas que rodean la planta embotelladora que Lanjarón tiene en la zona, se localiza el gallipato, un anfibio de pequeño tamaño que juega un papel clave en el ecosistema alpujarreño.
Como contó este periódico en aquel momento, el proyecto se modificó para incluir las pautas necesarias para la ejecución de drenajes transversales, viaductos, túneles y puentes para fomentar la permeabilidad de la carretera y reducir el impacto de esta vía sobre la fauna existentes. Asimismo, se propuso la instalación de unas barreras guía permanentes con el fin de dirigir a las especies hacia estos pasos específicos. Además, se abogó por respetar la vegetación propia de los ecosistemas de ribera y evitar a toda costa la eliminación ejemplares de especies que estuvieran incluidas en el listado andaluz de especies silvestres en régimen de protección especial.
«La nueva carretera será un revulsivo para los municipios de la zona y acercará esta comarca a la capital»
Rocío Díaz
Consejera de Fomento
Las obras arrancaron a comienzos de este año, con Rocío Díaz ya al frente de Fomento. Las huellas de las labores pueden verse ya. Como ha podido comprobar este periódico, las trazas de la nueva 'puerta' de la Alpujarra pueden verse ya entre los altos cerros que cierran el valle de Lecrín por levante después de que los operarios culminaran los trabajos de desbroce realizado en los últimos meses.
La actividad, como apuntan desde Fomento y puede verse en el entorno, es frenética. En las últimas semanas, se ha concluido la instalación de la señalización horizontal y vertical de las obras, así como las tareas de drenaje transveral. También ha finalizado ya la campaña geotécnica necesaria y los desvíos de los servicios de luz, telefonía y agua afectados por la vía. Ahora llega el turno de los movimientos de tierra que afianzarán el nuevo trazado de la carretera.
«Se trata de una obra no exenta de complejidad», reconoce la consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz. La responsable, que sigue con gran interés el avance de los trabajos, resalta el impacto de una carretera que «tendrá como resultado un trazado más seguro que pondrá fin a dos décadas de espera de toda una comarca».
Trazado «más seguro»
Esta primera fase proporcionará un trazado más seguro y directo de los vecinos de la comarca con la A-44 y, por tanto, de la capital, gracias a que se ampliará el ancho de calzada y se eliminarán curvas. La vía actual, con un ancho de tan sólo cinco metros y sin apenas arcenes, se sustituirá por una carretera más amplia de dos carriles de 3,5 metros, arcenes de un metro y bermas de 60 centímetros. Además, se conservará el trazado antiguo, así como acceso a fincas y servicios.
El tramo en cuestión comienza poco después de atravesar el puente de Tablate, en las proximidades de la ermita de la Virgen de las Angustias, y finaliza en la planta embotelladora de Aguas de Lanjarón, en una zona con una topografía abrupta al estar a la falda de Sierra Nevada. La carretera seguirá un trazado menos sinuoso, con curvas suaves a izquierda y derecha, y menor longitud, que se reduce en 1,3 kilómetros. De inicio, el camino se separará ligeramente de la vía actual para realizar el cruce con la carretera Bailen-Motril con una semiglorieta que facilite los giros. Tras ello, se aprovechará el trazado actual hasta llegar a un segundo cruce a la nueva vía y, de paso, permitir el acceso a la carretera actual, que quedará como ruta paisajística.
El trazado de la nueva vía se separará de su traza original y contará con un carril para vehículos lentos, dado que la vía tendrá en este punto una pendiente máxima del 8,3%; un falso túnel de 70 metros y un viaducto de cinco vanos y 166 metros de longitud para salvar la vaguada existente. Una vez pasado el viaducto, se incorporará a una tercera intersección a la carretera actual, que llegará hasta la zona industrial, donde está prevista una glorieta de 46 metros de diámetro exterior que facilite el acceso a la planta embotelladora de Aguas de Lanjarón y al polígono El Tejar.
Es, como recuerda la consejera, el proyecto concebido hace dos décadas con el extinto Plan Cerca, pero que nunca llegó a ejecutarse. «Fue a finales de 2020, ya con el Gobierno de Juanma Moreno, cuando se retomó el proyecto de acceso para lo que se ha partido de cero, ya que ni había proyecto actualizado ni fondos para su ejecución», explica.
Con una inversión cercana a los 10 millones de euros cofinanciados a través del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural, se espera que la autovía sea una realidad tangible en unos meses. «La Alpujarra empezará a ver cómo poco a poco acabaremos con ese trazado sinuoso que lastraba no sólo sus comunicaciones, sino su potencial económico», insiste Díaz, quien se muestra segura de que «la nueva carretera por el Cerro de los Cañones será un revulsivo para los municipios de la zona y acercará esta comarca a la capital en todos los aspectos, tanto turístico, social como económico».
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