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PILAR GARCÍA-TREVIJANO
GRANADA.
Jueves, 1 de enero 1970
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«Nos enteramos por un aviso de la central. Los tres carriles estaban cortados, pero en cinco minutos mis compañeros y yo logramos abrirnos paso en el lugar del accidente», explica Francisco Javier Martín Zurita, el agente de tráfico de la Guardia Civil que rescató y cuidó a Yasmín, la pequeña de un año que viajaba junto a su familia en uno de los vehículos siniestrados en la colisión múltiple que tuvo lugar el miércoles en la A-44, a la altura de la Chana.
A su llegada al kilómetro 125, Zurita, como lo conocen sus compañeros, encontró cuatro coches «destrozados» de los siete vehículos implicados en el accidente. Junto a la furgoneta siniestrada, la madre y la hermana de la menor esperaban a ser atendidas por los servicios médicos. El agente se acercó al vehículo y descubrió a Yasmín en su sillita del coche.
La menor, con un año recién cumplido, lloraba desconsoladamente en el asiento. Sus abuelos, su madre y su hermana quedaron heridos en el accidente sin poder atenderla. El vehículo en el que ellos viajaban recibió el mayor impacto y todos sus ocupantes estaban malheridos. Tres de ellos continúan hospitalizados.
Zurita no lo dudó, la examinó y tras comprobar que sólo tenía una pequeña abrasión en la cabeza y era seguro movilizarla, liberó a Yasmín de su sujeción y la retuvo en sus brazos para calmarla. En un primer momento la niña estaba histérica, apunta el guardia, pero una vez superado el susto, se calmó y sucumbió al sueño: «La acuné entre mis brazos y cayó rendida». Esperó a la ambulancia y se subió en el vehículo que trasladaba al abuelo y a otro de los heridos del accidente.
No quedaban más ambulancias medicalizadas disponibles para llevar a la niña al materno y, antes de que dejaran al resto de los heridos, pararon en el Virgen de las Nieves. El guardia no quiso dejar a la menor sola hasta que no tuviera constancia de que la dejaba sana y en «buenas manos».
Acompañó a Yasmín en sus pruebas médicas y permanecieron juntos el resto de la tarde. A última hora del día, no pudieron localizar a ningún familiar, estaban todos siendo intervenidos y Zurita dejó a la menor a cargo de los servicios médicos hasta que alguno de sus allegados pudieran recogerla.
Al día siguiente se presentó en el hospital para comprobar cómo se encontraba la pequeña pero descubrió que le habían dado el alta a las tres de la mañana. «Los accidentes de tráfico son mi pan de cada día y no me he acostumbrado a ver a un niño», manifiesta. «Siempre que veo una sillita de niño se me parte el alma. Soy padre de dos niñas, de tres y siete años, no soy de piedra», narra. «Para las personas implicadas en un accidente de tráfico, todo se magnifica y nuestra responsabilidad como guardias civiles es transmitir tranquilidad a los heridos». «Quizás sea lo más difícil de mi trabajo», aclara.
Veinte años en el cuerpo y 10 en la unidad de tráfico de la capital, ha tenido tiempo de sobra para ver mucho: «Soy motorista de tráfico y los ciudadanos se creen que solo somos 'pone multas'». «Los que no le ponen el cinturón a la sillita no pueden imaginar lo que hemos visto, por eso incidimos mucho». «Mis compañeros y yo estamos acostumbrados a ver niños sueltos o en brazos de alguien con el helicóptero y en un frenazo o lo que sea... Es la cosa que tenemos más interiorizada», concluye. Zurita es conocido y querido por sus compañeros por su faceta reivindicativa y en las mejoras que espera conseguir para el cuerpo, entre ellas la equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los agentes autonómicos.
Dos mujeres que resultaron heridas en la colisión múltiple permanecen hospitalizadas, una de ellas en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de las Nieves, mientras que una menor de edad también está en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Cecilio, en el Parque Tecnológico de la Salud (PTS), estable dentro de la gravedad. Son tres de las siete personas heridas, tanto leves como de gravedad, en el accidente en el que se vieron implicados hasta siete vehículos y que provocó también importantes retenciones de tráfico tanto en la circunvalación y en varias arterias de la capital granadina, entre ellas Camino de Ronda.
El accidente provocó incluso que un vehículo saltara a la mediana y los tres carriles quedaran cortados. La rápida actuación de la Guardia Civil de Tráfico, los Bomberos de Granada y efectivos de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), hizo que no hubiera que lamentar daños mayores. Los servicios de emergencias trasladaron inmediatamente a los heridos del choque a distintos centros sanitarios.
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