Patente granadina
El motor granadino arranca una ronda de financiación millonariaInnegine amplia sus instalaciones, se asocia con una empresa india de aerotaxis y cierra una campaña de mecenazgo con 1.200.000 euros
La huella del pie se dibuja en el suelo de la nave industrial, en Armilla. El espacio, alto y diáfano, sirve para visualizar el crecimiento de la empresa: «Tiene mil metros cuadrados. La anterior, doscientos». Juan Garrido es uno de los fundadores de Innengine, empresa tecnológica creada en 2011 a partir de la patente de un motor de combustión interna en cuatro tiempos. Un motor innovador, considerablemente más ligero, eficiente y limpio que uno convencional, llamado a revolucionar el mercado internacional. «Ha ido poco a poco, paso a paso, pero esto ha reventado».
En las últimas semanas, Innengine ha firmado un acuerdo por un millón de euros con Evron, una compañía con sede en Inglaterra y Singapur que utilizará el motor para crear aerotaxis de cinco plazas. Y, por otro lado, la empresa granadina ha abierto una campaña de mecenazgo para nuevos inversores que, en teoría, estaría disponible hasta el próximo 20 de junio. Pero se cerró el viernes 9. Fijaron un objetivo inicial de 560.000 euros, que superaron ampliamente en cuatro días y, tras alcanzar la cifra de 1.199.987,65 euros, con 904 inversores internacionales, cerraron la ronda.
«Nos escribía mucha gente interesada en participar. Tenemos inversores de Estados Unidos, China, Europa… de todo el mundo», indica Rubén Garrido, director de marketing de Innegine. «No queríamos que los seguidores se enterasen dentro de unos años, cuando Innegine saliera a Bolsa, sea un unicornio y digan contra, que esto estaba pasando en la puerta de mi casa». La inversión mínima eran 16,20 euros, que equivale al precio de una participación en la empresa.
La base del motor es la misma que en sus inicios, pero el desarrollo ha ido «muy, muy lejos». «En comparación con lo que teníamos al principio es un salto tremendo –explica Juan Garrido–. Ahora tenemos dos patentes. La nueva es un motor de 125, el Rex-B, más pensado para drones y aviación que sustituye a motores de dos tiempos, contaminando menos y mucho más eficiente. La otra patente, la joya de la corona, es el motor Rex, que ha evolucionado y ahora es de 700 cc, en vez de 500. Nada que ver».
Veleros para dar la vuelta al mundo, el ejército americano o robots forestales, entre los proyectos interesados
¿Quién está interesado en el motor granadino? Aunque en un principio se imaginó para el sector de la automoción, lo cierto es que la tecnología ha llamado la atención de todo tipo de sectores. «Tenemos un velero que quiere dar la vuelta al mundo; proyectos forestales para robots bomberos; dos empresas que trabajan directamente con el ejército americano, una que quiere reemplazar todos los generadores del US Army y otra para mejora de vehículos», relata el director de marketing.
En proceso
La nueva nave, recién estrenada, cuenta ya con un segundo centro mecanizado similar al que ya tenían, valorado en 700.000 euros. «El Rolls Royce de los centros mecanizados». Aquí se va a montar un dron con seis motores B-Rex que serán capaces de levantar más de una tonelada, el futuro de los aerotaxis para la empresa Evron. En cualquier caso, la evolución del motor granadino no para. De hecho, están implicados en dos proyectos del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Cedeti). «Vamos a hacer funcionar el motor con hidrógeno, en el Instituto Universitario de Motores Térmicos de Valencia, y en el Centro Tecnológico Aeronáutico del País Vasco», indica Juan Garrido.
Hace unos meses, Innegine rediseñó su estrategia empresarial. «Muchos clientes nos pedían motores, así que pusimos orden. Fabricamos 15 motores de 125, buscamos proyectos de gente pionera, vendimos 10 y nos quedamos 5 para nuestros proyectos. Y ahora estamos repitiendo el proceso con el de 700», analiza Ana Martín-Moreno, fundadora y Consejera Delegada de Innengine. «Hemos recibido muchísimas ofertas de gente interesándose y ha llegado el momento en que nosotros podemos decidir. Ya no vamos a tocar a la puerta de nadie, como en 2013, ahora vienen y somos nosotros los que ponemos condiciones».
Martín-Moreno, orgullosa del crecimiento e innovación del motor, lamenta sin embargo «lo difícil que es hacer aquí cualquier cosa». «Es algo que me gustaría denunciar públicamente. La Agencia Idea nos concedió una subvención en 2017 y solo ponen inconvenientes y trabas para no terminar de pagarnos. Es una pérdida de tiempo. Ayer me reuní con ellos y nos dijeron que iban a ayudar, acto seguido mandaron 190 sugerencias más. No compensa el esfuerzo».
Juan y Rubén Garrido –hermanos, por cierto– transportan una caja al centro de la nueva nave. Dentro viajan dos motores que parecen sacados de una película de ciencia-ficción. Pero son reales: «Comparado con uno tradicional –arranca Juan, señalando al más grande– es un 22% más eficiente, tienen un 400% más de potencia específica, es un 70% más pequeño y ligero, no contamina y no produce vibraciones –coge aire y resopla–. Ya hemos llegado y estamos preparados», sonríe, dejando una nueva huella en la nave industrial.
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