Medio Ambiente planea ampliar la sensorización de la calidad del aire al resto de Granada

Los estudios realizados en el mandato anterior señalaban el exceso de tráfico, la quema de rastrojos y la falta de renovación de las calderas como principales causas de la proliferación de partículas. Para contrarrestar el problema y hacer un mejor seguimiento de la situación, Medio Ambiente planea ampliar la sensorización de la calidad del aire al resto de la ciudad.

En la actualidad, Granada y el Área Metropolitana cuentan con tres dispositivos que miden la contaminación y que dependen de la Junta de Andalucía. Los dos instalados en la capital se encuentran en el Palacio de Congresos y en la zona Norte. El tercero se ubica en Armilla. En el Albaicín, durante el mandato del bipartito, se instalaron medidores en más de una decena de puntos que aún se encuentran en funcionamiento.

La intención de la concejalía, que dirige Jacobo Calvo, es instalar más. Según explica, los técnicos «están coordinándose con el área de Smart City para decidir la ubicación». El objetivo de la medida es «tener la información más precisa posible» con idea de adoptar medidas concretas ante episodios graves.

El concejal enmarca el plan en la estrategia de mejora de la calidad del aire impulsada por el equipo de gobierno, una hoja de ruta que incluye la ampliación del arbolado urbano.

En verano, el área presentó un proyecto para realizar mejoras en seis parques de la ciudad por el que recibió 4 millones de euros de fondos europeos. Según recuerda Calvo, esta iniciativa va a permitir aumentar el número de ejemplares en lugares como la Azulejera, el parque de la Cooperación, el parque de las Alquerías y en la antigua chatarrería del camino de las Vacas. La iniciativa va a reforzar también el cinturón verde con que cuenta ya la ciudad, que incluye el parque Miguel Ríos, el Tico Medina, el Lorca y el Ana Orantes.

No obstante, el proyecto estrella es la conformación de un lago inundable en la zona de El Florío. Esta actuación, en la que colabora también el área de Urbanismo que dirige Miguel Ángel Fernández Madrid, conlleva el desarrollo de un parque de 37.321 metros cuadrados y una laguna alimentada con aguas pluviales de escorrentía procedentes de las zonas norte y oeste de la ciudad.

En esta estrategia se enmarca también la renovación de las plazas duras pactada con Unidas Podemos. «Todo esto encaja con el modelo de ciudad amable y saludable que planteamos y tiene que ver con la mejora de la salud, algo clave en este contexto de emergencia climática», señala Calvo.