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El MADOC descubre su cúpula al rey
Visita real al acuartelamientode la Merced ·
Don Felipe regresa a las instalaciones militares del Mando de Adiestramiento y Doctrina, que visitó en 2004 siendo aún príncipeCon una puntualidad militar, el rey don Felipe VI entraba en el acuartelamiento de la Merced ayer. Lo hacía subido en un coche oscuro y ... acompañado de mandos a las 16.05. Esa era la hora prevista en el 'plannig' de la regia visita a estas instalaciones de Granada, donde la última vez que estuvo, en 2004, tenía aún el tratamiento de príncipe. El monarca, vistiendo uniforme de campaña, se bajó rápido del vehículo y se situó en alto en el patio, donde llevó a cabo los protocolarios saludos militares, con la mirada clavada en el piquete de honores que le dio la bienvenida a estas instalaciones pertenecientes al Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) del Ejército de Tierra.
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Los periodistas comenzaban a captar su imagen a cubierto. Fueron situados en una zona techada de aparcamientos, donde momentos antes fueron olfateadas, siguiendo las directrices lógicas de seguridad, todas sus pertenencias. Un pastor alemán hizo el trabajo y, una vez confirmado que estaba todo en orden, el séquito informativo accedió al edificio tras su majestad.
Al rey se le condujo de inmediato al Salón del Artesonado, una estancia con un impresionante techo de madera que cobijó una hora al soberano mientras asistía atento a una impecable exposición teórica sobre las funciones y la organización del MADOC. Lo siguiente que hizo su majestad, tras conocer a fondo todas las actuaciones de la unidad, fue bajar al atrio del recinto, donde la enseña nacional colgaba de las primeras columnas. Allí saludó a las autoridades civiles presentes. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), Lorenzo Del Río, o la fiscal superior de Andalucía, Ana Tárrago, estaban entre ellas. La ronda de saludos se llevó a cabo respetando escrupulosamente las medidas anticovid que ya se han convertido en costumbre: todos llevaban –también la prensa– mascarilla FPP2, se guardaron distancias de seguridad y se establecieron grupos para efectuar de forma escalonada el recorrido por la interesante exposición estática organizada 'ex profeso' en uno de los pasillos del patio. La muestra, dividida en varios estands, constituía un exhaustivo repaso por la labor que realiza el MADOC a través de sus dos direcciones.
Los coroneles De Carlos, Juan Gamboa y Francisco Fernández fueron los encargados de dar las explicaciones pertinentes sobre cada una de las secciones de este órgano de apoyo a la fuerza responsable. La primera mesa estaba centrada en la labor de la dirección de enseñanza, instrucción, adiestramiento, materiales y evaluación, mientras que la segunda abordaba los entresijos de la dirección de investigación, doctrina, orgánica y materiales, que se ocupa de los procedimientos para el combate. La tecera mesa abría la puerta del conocimiento del MADOC: desvelaba todas las claves del 'Google' militar a través de una pantalla conectada a la red interna del Ministerio de Defensa. El coronel interviniente en este caso hizo una demostración con el buscador militar de cómo se recaba información sobre el clima frío si, por ejemplo, se fuera a llevar a cabo una operación en Letonia.
La exposición culminaba con un rincón que demuestra la buena sintonía existente entre la Universidad de Granada (UGR) y el MADOC. El coronel Luis Arévalo, secretario de Relaciones con las Universidades del MADOC, fue quien desgranó esa alianza con la institución académica granadina y con otras, como la de Zaragoza, que es donde está el Centro Universitario de la Defensa, del que depende la Academia General Militar, que expide un título de ingenieros a los alumnos que salen como tenientes. Los lazos se extienden también a las universidades de Jaén y Almería. La colaboración con la UGR se gestiona a través del centro mixto, mediante el que se canalizan esas relaciones. Fruto de ellas es por ejemplo el Máster Universitario en Pensamiento Estratégico y Seguridad Global, que arranca en octubre.
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La visita de don Felipe, perfectamente organizada, acabó por todo lo alto. Textualmente. El monarca pudo contemplar una hermosa cúpula que existe en el edificio y que fue restaurada en 2019 por la empresa Chapitel y bajo la supervisión de María José Luis, jefa del equipo de restauración. Esta cúpula, como comentó a los medios el coronel Rojas, es una de las obras más nobles que se han conservado 'in situ' del antiguo convento mecedario donde se halla el cuartel. Construida entre los años 1625 y 1640, es una obra señera entre las del Barroco granadino. Ovalada y de casco tabicado, acaparó la mirada del rey mientras un guía le descubría su historia.
La contemplación de sus figuras, molduras y adornos tallados con gran virtuosismo fueron la última parada en el recorrido de su majestad, que pudo disfrutar de todo su esplendor tras los trabajos realizados en sus frutas y angelitos. Aunque no existe documentación que lo certifique, el tratamiento y estilo de sus figuras hace que se relacione esta cúpula, que contiene una alegoría de la Orden de la Merced, con el taller de Alonso de Mena. Una vez completada la visita, el rey se marchó al aeropuerto. La misión estaba cumplida.
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«Hemos consultado la agenda de la Casa Real»
¡Hola, Policía!», dice un niño a uno de los agentes del dispositivo especial montado en los alrededores del acuartelamiento de la Merced. El pequeño se llama Joaquín, tiene 6 años . Con una mano coge la de su mamá y con la otra sostiene un paraguas de 'The Cars'. Está lloviznando. Son las 14.40 horas y cruza frente al recinto militar. El menor no sabe quién es el Rey y abre mucho sus ojos mientras alguien le explica que es el Jefe del Estado.
El crío se marcha sonriente y ajeno a lo que sucede, mientras una pareja se sitúa estratégicamente en un extremo de la misma acera, cerca del acceso a las instalaciones. Se resguardan bajo un paraguas rosa y confirman IDEAL que han acudido para ver llegar al rey. «Estamos aquí por que hemos consultado la agenda de la Casa Real», desvelan.
Hay en la zona más curiosos. No demasiados, probablemente porque el cielo está gris. A la hora en la que finaliza la regia visita, un rato después de las 18.00 horas, solo media docena de personas aguarda la salida del monarca. La lluvia es ya muy intensa. Las inclemencias meteorológicas y las restricciones del tráfico motivadas por la presencia de su majestad han aguado aparte el día a algunos de los hosteleros del Triunfo. «No ha entrado casi nadie porque no se puede aparcar. Ya me han dicho que es que venía el rey», admite Khalid, el dueño del bar Rincón del Arco, que pese a todo pone al mal tiempo buena cara.
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