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Agujero en una de las ventanas.

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Agujero en una de las ventanas. IDEAL

Las maderas de la Huerta de San Vicente se agrietan tres meses después

Dos ventanas presentan fisuras tras un arreglo que obligó a cerrar durante medio año, hasta el pasado mes de abril, la que fue casa de verano de la familia Lorca

Javier Morales

Granada

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Viernes, 13 de julio 2018, 01:30

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Las ventanas de la Huerta de San Vicente vuelven a agrietarse. La casa de verano de la familia Lorca cerró sus puertas a los visitantes en septiembre del pasado año para una reforma que debió durar un mes, pero se extendió hasta abril. Un lavado de cara que obligó a sacar del cortijo algunos de los enseres de la familia, como el piano o el escritorio en el que el poeta escribió obras como 'Bodas de sangre' o 'Yerma'. Entre los objetivos de la remodelación estaba sustituir las ajadas ventanas por otras más modernas que protegieran el patrimonio que guardan estas paredes declaradas como Bien de Interés Cultural (BIC). Y algunas de ellas no han resistido a los primeros días de calor.

Como pudo comprobar IDEAL, el caso más llamativo es el de la ventana del dormitorio en el que escribía Federico García Lorca. El sol se cuela por unas finas rendijas que se han abierto en vertical en la zona más próxima al suelo. La más ancha sólo ronda los dos milímetros, pero alcanza una altura de cinco centímetros, aproximadamente. Otra de las ventanas en la que las grietas se aprecian a simple vista es la que inunda de luz la escalera del cortijo. En este caso, los rayos de sol se deslizan por la junta entre el marco y la pared.

La visita, mejor con abanico

El museo es una nevera en invierno y una sauna en verano, de ahí el 'sufrimiento' de las maderas. Las ventanas han de permanecer cerradas a cal y canto, y en las visitas guiadas a mediodía, cuando en las estrechas habitaciones llegan a coincidir hasta 15 personas, el bochorno se hace insoportable. El calor obligó a cerrar la casa tres días durante el verano del año pasado, cuando media docena de visitantes se marearon en el interior del inmueble. El proyecto de climatización de la Huerta de San Vicente sigue paralizado a la espera de presupuesto. Agua fría y abanico –a la venta en la tienda del museo– son los únicos aliados contra el calor en la visita.

Los técnicos han puesto el problema en conocimiento del Ayuntamiento. Desde el equipo de gobierno trasladan que se ha dado parte a Urbanismo y Mantenimiento para que estudien las correcciones necesarias, que se afrontarían cuando acabe la época de calor. No obstante, el Ayuntamiento no ofrece plazos ni actuaciones concretas. La causa de los desperfectos es la sensibilidad del material a la humedad y la temperatura. El Ayuntamiento ya ha recepcionado la obra, pero hay dos años de garantía que cubriría esta reparación. La rehabilitación de las maderas tuvo un presupuesto de 24.646 euros.

Son muchas las críticas que rodearon al proceso. «Lamentamos que no se haya hecho la rehabilitación integral, se ha hecho un parcheo con una actuación discutible», señala el edil de IU, FranciscoPuentedura, quien recuerda que se sustituyeron «elementos históricos importantes» como las ventanas y «no se ha conseguido un buen aislamiento».

En su opinión, era «necesario» climatizar la casa para compensar la oscilación térmica y reducir la humedad. Las condiciones han afectado a elementos como el piano, cuya tapa se ha combado. Puentedura responsabiliza a la responsable del área de Cultura, María de Leyva de lo que considera una «chapuza», y asegura que disponía de informes que advertían de que la reforma «no se estaba haciendo bien».

El carpintero que rehabilitó la Huerta en 1990 opinó en IDEAL tras la reforma que «es práctica, pero no parece la casa de Federico». Estas ventanas, que respetaban en un 75% la madera de aquellas por las que Lorca se asomaba a Sierra Nevada mientras escribía sus obras, están guardadas en condiciones especiales por su valor. Las nuevas, pieza clave para la protección del patrimonio en el interior, no han resistido a los primeros días de calor en la capital.

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