Macarena Olona (Vox): «No queremos que nuestros hombres tengan complejos por decir un piropo bonito»
La abogada del Estado y candidata al Congreso por Granada habla de su paso por Euskadi: «El Gobierno de Rajoy cedió al PNV mi cabeza por investigar casos de corrupción»
Macarena Olona se quita el abrigo blanco –podría decirse níveo– para la entrevista y la sesión de fotos. No quiere parecer Frozen, justifica con una ... comparación que comprende cualquier padre de una niña de pocos años; como es el caso. Sobre la mesa hay un bolígrafo verde caqui como el uniforme de la Guardia Civil, atravesado con un franja rojigualda. En la muñeca derecha lleva una pulsera de la asociación policial Jusapol, con otra banderita española y la leyenda:'Prohibido rendirse'. La ex abogada jefe del Estado en el País Vasco –látigo del PNV– debuta en política como paracaidista –no le gusta lo de 'cunera'– en la lista de Vox al Congreso por Granada. «Podría ser por cualquier lugar porque llevo a toda España en mi corazón», precisa. De momento, le rezará a las Angustias para que le acompañe en la campaña.
–¿Por qué el salto a la política?
–Porque España me dolía demasiado. Lo único que pido es que se me dé la oportunidad de escucharme. He estado en puestos que me han permitido tener un conocimiento muy directo de cómo se ha gobernado. Siempre se decidía por mí y he tenido experiencias profesionales muy dolorosas por cumplir con mi trabajo. Creo que es el tiempo de la España valiente.
–Supongo que se refiere a su experiencia en el País Vasco, donde denunció casos de corrupción. ¿Cómo fue su salida de Euskadi?
–Mi salida del País Vasco fue dolorosa. Hay partes que tengo que mantener en la reserva por secreto profesional, pero sí puedo decir que no fue voluntaria, y puedo añadir que vino motivada por un acuerdo del Gobierno de Rajoy, que cedió al PNV mi cabeza, que venía siendo reclamada por ser proactiva en la investigación de casos de corrupción. No he visto un partido político en ninguna investigación que he llevado, pero sí he visto a personas muy vinculadas a determinados partidos.
–Dice que no fue voluntaria, ¿quién intervino? ¿Fue la entonces vicepresidenta del Gobierno?
–Coincidí con ella en la toma de posesión del delegado del Gobierno en el País Vasco en diciembre de 2016. Tuvimos el típico saludo de cortesía. No la conozco personalmente pero es cierto que la 'operación diálogo' con Cataluña y el País Vasco estuvo bajo su dominio. Y cuando digo que no fue una salida voluntaria lo digo porque cuando se iba a producir mi marcha se señaló uno de los juicios más importantes en el que yo había llevado a cabo la investigación y presentado el escrito que apuntaba a muy altos cargos como presuntos culpables. Y lo que hice fue amotinarme y decir que no me marchaba. Lo siguiente que recibí fue una llamada diciendo que quedarme no era una opción. Lo tomé como un deber de Estado, soy una persona muy disciplinada y aquello no trascendió en absoluto.
–¿Quedarte no es una opción suena a amenaza?
–Lo entendí como una realidad incontestable. Un buen amigo siempre me dice una frase que he hecho mía: 'Al Gobierno no lo puedes poner contra la pared nunca porque el Gobierno no tiene pared'. Mantenerme en esa posición de resistencia era una batalla perdida.
–¿Cómo ha visto que se gestiona el dinero público?
–Con un gran descontrol. Asumí la coordinación nacional del derecho concursal. Mi principal cliente era la Agencia Tributaria estatal. Encontré algunas subvenciones nominativas de 2009 y 2010 para recabar el apoyo del PNV en los presupuestos generales. Subvenciones nominativas de casi 100 millones de euros. Se habían concedido a empresas de reciente constitución o sin haberse constituido y con unas personas detrás coincidentes.
–¿Qué solución tiene el conflicto en Cataluña?
–Hemos asistido a una absoluta dejación de los poderes por parte del Estado que ha permitido que se abandone a los catalanes españoles. Se achaca a la sentencia del Estatut el origen de la radicalización y el grave problema de convivencia. Y eso es falso. Sostengo que lo que ha ocurrido es que CiU, históricamente, fue amamantado y engordado por los dirigentes del Gobierno de España para conseguir su apoyo y en un momento determinado nos atrevimos a investigarle y levantamos alfombras. Y tenemos esa imagen de Pujol en 2014 amenazando a España y diciendo, cuidado, porque si se poda una rama caerán todas. Cuando nos atrevimos a investigar la corrupción en Cataluña es cuando CiU dio su verdadera cara y se arrojó a los brazos del independentismo.
–Una pregunta obligada, ¿qué piensa cuando se define de extrema derecha? Arguméntelo.
–A mí ya ni me duele. Cuando lo escuchaba antes de dar un paso al frente me dolía. Vox no es un partido de extrema derecha ni ultra, yo formo parte del mismo y no soy una ultra. Por desgracia, ya estoy muy acostumbrada a que me llamen facha, es algo de lo que se me ha tildado en el País Vasco, cuando con la ley en la mano defendía la bandera española, la igualdad de todos los españoles en el País Vasco. Si se me lo siguen llamando es señal de que estoy en el lugar oportuno y correcto.
–Es una de las 13 cabezas de lista de Vox al Congreso frente a 39 hombres. ¿Cuál es la representación de la mujer en Vox? ¿Está satisfecha?
–Nuestra representación es idéntica absolutamente, sin distinción de sexo, a la de los compañeros. A mí nadie me ha honrado permitiéndome encabezar la lista de Granada por ser mujer. Que por cierto, en Granada soy la única mujer cabeza de lista. Me cuesta que me digan a la cara que somos un partido machista. En nuestro partido defendemos una política de igualdad del individuo, no se marca a nadie por ser mujer o varón. No queremos que nuestros hombres tengan complejos por decir un piropo bonito, nosotros no somos los ofendiditos. No queremos un partido y una nación donde se discriminen al varón o a la mujer.
–¿Cree que hay una utilización por parte de la izquierda de la mujer?
–Lo que tenemos es un 'feminacismo' y unas mujeres muy guerreras en España que, valientemente, decimos no en mi nombre. El discurso del odio hacia el hombre no lo compro. No me puedo quedar impasible cuando Carmena dice que la violencia está en el ADN del hombre. Lo que me pregunto es quién defiende a los españoles en España, que los están dejando arrinconados y pretenden que estén llenos de complejos. Se acaba de aprobar un nuevo modelo en materia de violencia machista que permite declarar maltratador al varón sin necesidad de intervención judicial. Cada mujer que han asesinado es un fracaso del sistema. Pero me niego a establecer una presunción de culpabilidad del varón, y soy mujer.
«Estoy acostumbrada a que me llamen facha»
–Encabeza una lista en Granada, donde acaba de producirse la salida del presidente del partido tras conocerse una sentencia en su actividad anterior a la política. ¿Cómo está Vox en Granada?
–Es cierto que se han producido algunas circunstancias que han pretendido enturbiar nuestro proyecto común. Aquí tienen cabida todos los que quieran luchar por nuestra nación y que no pongan los intereses particulares por encima de los intereses generales que defendemos. En este partido no se prometen sillas. Nadie me ha prometido ninguna prebenda por dar un paso la frente.
–¿Sigue la acción del gobierno andaluz? ¿Qué opina de sus primeras medidas?
–Vox ya demostró que su visión es de cambio. A partir de ahí, no hemos concedido un cheque en blanco. No apoyaremos los presupuestos si se mantienen determinadas medidas y subvenciones a lo que en Vox consideramos que debe ser erradicado, y hablo de la desmemoria histórica. Va en contra de nuestro ADN, no queremos que se nos imponga un relato de la historia por determinados sectores.
–Como jurista, ¿qué opina de la supresión del Consultivo como jurista?
–No puede ser que los consejos consultivos se conviertan en la salida de oro de determinados políticos a los que por distintas razones se les dé una salida honrosa con unos sueldos estratosféricos. ¿Qué sentido tiene que tengamos uno en cada comunidad? ¿Alimentar estómagos?
–¿Qué opina de la fiesta de la Toma? Vox planteó trasladar el día de Andalucía al 2 de enero.
–Nosotros simbólicamente nos postraremos ante la Santina para pedirle su apoyo. Y desde aquí pediré a nuestra Virgen de las Angustias que me dé fuerza en esta batalla que estamos emprendiendo en defensa de nuestra patria. Cómo no va a ser un día simbólico el día de la Toma. En Granada se culminó la reconquista y aquí se inició. Lo que aventuro es que el cambio será imparable.
–Otra de las propuestas atañe directamente a Granada y, en particular, a Motril. ¿Comparte la necesidad de construir un muro en Ceuta y Melilla?
–Lo comparto, como no puede ser de otra manera. Propugnamos que la defensa de nuestra frontera debe ser real y efectiva, para salvaguardar la vida de los extranjeros y de las personas de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Queremos establecer un muro que suponga una defensa real de nuestras fronteras porque es nuestra obligación. Un muro que tendrán ayudarnos a sufragar las instituciones europeas y Marruecos.
Una propuesta para el AVE de Granada
¿Por qué Granada se ha quedado olvidada en las infraestructuras ferroviarias? Una de las propuestas que haré será que la estación de tren se denomine fiscal Luis Portero. La vida me puso en el camino a las víctimas del terrorismo. Fue tal honor que hice su causa mía. El 9 de octubre del año 2000 fue vilmente asesinado el fiscal jefe del TSJA, a quien no tuve el honor de conocer personalmente. Puedo decir que conocí a su familia, que hoy considero mía. Hay muchas personalidades relevantes vinculadas con Granada pero hay una que especialmente dio su vida, no sólo por Granada sino por toda España. Hice mías unas palabras suyas con motivo de su ingreso en la Real Academia de Jurisprudencia: 'No hay ni puede haber una justicia socialista o conservadora, solo hay una justicia constitucional'. Desde Vox lucharemos para reforzar la independencia de la que no disfruta el poder judicial.
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