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Luchar contra el coronavirus renunciando a volver a casa. N. JIMÉNEZ

Trabajadores de las residencias de Montefrío convivirán con los mayores para evitar contagios por coronavirus

«Llevábamos tiempo pensándolo pero no sabíamos cuánto iba a durar esto. Hablamos con el centro de Salud y nos recomendó que lo hiciéramos», comenta, Nati Pimentel, directora y trabajadora de la residencia San Sebastián

Lunes, 30 de marzo 2020

Terminar la jornada de trabajo y volver a casa. A eso han renunciado los más de 40 trabajadores de las dos residencias de mayores de ... Montefrío, dos centros que, aunque completamente independientes, han tomado idéntica decisión; confinarse con los mayores a los que atienden precisamente ahora, en las semanas críticas de la pandemia. «Llevábamos tiempo pensándolo pero no sabíamos cuánto iba a durar esto. Hablamos con el centro de Salud y nos recomendó que lo hiciéramos», comenta, Nati Pimentel, directora y trabajadora de la residencia San Sebastián, donde por el momento no ha habido ninguna persona contagiada por el coronavirus.

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Aunque hay personal del centro que no puede colaborar por sus circunstancias personales, la mayoría se ha prestado a trabajar de esta forma, renunciando a volver a casa. Lo harán en turnos compuestos por nueve o diez personas, que convivirán con los mayores durante diez días seguidos sin entrar ni salir del centro, en una forma de minimizar el riesgo de infección.

Auxiliares como Pilar Liñán -con dos hijos, uno de corta edad-, la psicóloga Eva López -con un pequeño de cinco años- o la enfermera Marta Matas, que dejará a un bebé de apenas un año en casa, han decidido ayudar aún más a esos mayores a los que tanta atención prestan en la residencia. «Ahora estamos adaptando la enfermería, el vestuario... porque, claro, ¿dónde vamos a dormir?», explican. Con 24 trabajadores, la residencia San Sebastián dispondrá en el primer turno con el trabajo de las auxiliares Belén, Pili, Raquel, Expectación y Paqui; la limpiadora Eva; Paco, el cocinero: la enfermera Vanesa, la trabajadora social Rebeca y la propia directora, Nati. Casi todos ellos tienen niños de 10 años o menos a su cargo.

Durante esos días, las residencias montefrieñas se cierra a cal y canto. «Incluso hemos hecho un pedido doble; en vez de quincenal es mensual, para que los proveedores que nos suministran comida y bienes no vengan a la residencia en este tiempo», indican desde el centro San Sebastián, que atiende a 42 mayores. La idea es recurrir a esos turnos de nueve personas, de manera que se rote y se garantice la atención de estos residentes sin poner en riesgo su salud.

En la residencia San Antonio, gestionada por la asociación sin ánimo de lucro 'Amigos de los ancianos', la decisión es similar, afirma la directora Lourdes Márquez. Se harán turnos de varios días seguidos en un ejercicio de responsabilidad con las personas que atienden, especialmente vulnerables estos días. «Desde el día 14 de marzo, en la residencia sólo entramos los trabajadores. Decidimos hacer el confinamiento el viernes pasado», cuenta Márquez. En este centro se han organizado con tres grupos de profesionales que conviven con los 56 residentes tres días completos. Cada grupo está compuestos por cuatro auxiliares, una enfermera y dos técnicos, de entre el terapeuta ocupacional, el fisioterapeuta, la directora y la recepcionista. «Para que salga el trabajo, todo el personal hace de todo: levantar a los mayores, asearlos y vestirlos, montar comedores, colocar ropa, vigilar las salas, etcétera», comenta la directora, que precisa que el personal de limpieza y cocina, como no tienen trato directo con los mayores, tienen turnos más largos pero duermen en casa.

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Difícil decisión

Son muchos trabajadores los que van a dejar de estar con su familia, con sus hijos, en muchos casos niños de tres a cinco años. O menos, como le ocurre a Marta, que tiene un bebé de pocos meses. «La hemos dejado para el segundo turno con la esperanza de que no haga falta, pero por desgracia tiene toda la pinta de que sí», dice la directora de la residencia San Sebastián. «Es duro pero la mayoría hemos dicho que sí», aseguran desde este equipo profesional ante una difícil pero responsable decisión.

De momento no les han hecho pruebas de COVID-19, pero desde el centro de salud les han asegurado que se las harán cuando lleguen los tests rápidos. «No sabemos cuándo, porque desde el distrito también nos pidieron un listado de material que necesitamos, pero de momento nada», afirman desde las residencias. «Menos mal que teníamos bastantes mascarillas, guantes e hidrogel», apuntan.

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También en San Antonio la mayoría tiene hijos pequeños y bebés. «E incluso hay una auxiliar que tiene 4 hijos y un marido enfermo», destacan desde esta residencia montefrieña, cuyos trabajadores, por supuesto, hacen esto de forma voluntaria, por la salud y el bienestar de sus mayores. «Estoy muy orgullosa de la implicación y compañerismo que los trabajadores han demostrado ante esta adversidad que nos ha tocado vivir», subraya Lourdes, la directora.

Para la alcaldesa de Montefrío, Remedios Gámez, la decisión de estos más de 40 trabajadores es digna de elogio, «porque hay muchas familias que están preocupadas por sus familiares y así, minimizando al máximo las entradas y salidas, están reduciendo notablemente las posibilidades de contagio». Precisamente esta semana, la Unidad Militar de Emergencia (UME) ha realizado labores de limpieza y desinfección en ambas residencias, donde el coronavirus tendrá más complicado entrar a partir de ahora gracias a la generosidad de sus profesionales.

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