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Ángeles Peñalver
Lunes, 23 de abril 2018, 04:00
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Cristina Rodríguez, de Huétor Tájar, tenía 17 años cuando murió de leucemia hace cinco meses. Se acababa de leer 'La novicia asesina', un relato medieval de suspense. Antes le había enseñado a toda la décima planta del hospital Virgen de las Nieves lo importante que es la lectura para refugiarse en los momentos malditos. También le había explicado a la doctora María José Salmerón quién es el escritor sevillano Blue Jeans. Le pirraban las novelas románticas. Ayer sus padres, Carmen Arenas y Manuel Rodríguez, aparecieron en el hospital con un batallón de cajas y rodeados de vecinos. La huella de Cristina estaba sus rostros.
Dentro de las cajas se escondían cientos de libros y de historias para rendir homenaje a la joven luchadora, quien disfrutó de la pasión por la lectura, tal y como se la inculcó su madre. Hasta el final. En los ojos de los individuos de la expedición -llegada desde Huétor Tájar- asomaba la emoción y la solidaridad.
En una discreta esquina de las consultas externas crearon el rincón de Cristina, con mesas, sillitas y algunos libros infantiles presididos por una placa en honor a la joven, que también pasaba largas horas dibujando y haciendo mandalas en su cama hospitalaria.
Juan Zívico, responsable de la Biblioteca del Paciente y del Carrito de la Cultura, también estaba ayer allí porque compartió muchas lecturas con la adolescente. Carmen y Manuel no pararon de darle las gracias tanto a él como al personal del hospital por la nueva «familia» creada alrededor de su hija. «Nos ayudaron en todo momento y con Cristina tuvieron un trato excelente», apostilló el progenitor, impulsor de una colecta de libros en Huétor Tájar para destinarlos a otros pacientes.
Dos enfermeras de turno corrieron escaleras abajo para abrazarse a la madre de Cristina cuando supieron que estaba allí con el ejército de publicaciones y vecinos. «Todo esto es por ella, yo sé que está conmigo», dijo Carmen, ya con las lágrimas corriéndole por las mejillas.
Juan Zívico, autor de la iniciativa para llevar lectura y compañía a las habitaciones de los pacientes, contaba la historia de otros pacientes 'enganchados' a un libro, como aquel presidiario que nunca se había leído un título y que se zampó una novela policíaca en un periodo de hospitalización. «En los momentos más tremendos también surgen historias bellas».
Pilar Espejo, gerente del Virgen de las Nieves, dijo a los padres de la fallecida: «Gracias a vuestro esfuerzo, entrega y generosidad conseguimos que la humanización del hospital vaya más allá». La responsable del centro aprovechó la jornada para inaugurar el nuevo Hospital de Día Oncohematológico, que ha supuesto una inversión de 650.000 euros. A partir del próximo lunes, 23 de abril, los pacientes que reciben tratamientos ambulatorios -oncológicos y hematológicos - serán atendidos en estas nuevas instalaciones que cuentan con mil metros cuadrados. Se prevé que atiendan a unos 7.300 pacientes al año. Ese Hospital de Día está ubicado en la primera planta del Edificio de Gobierno con amplias ventanas al exterior, para aportar la máxima luz natural a los espacios. A través de sus cristales se atisba el mismo cielo que veía Cristina.
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