Los drones del Infoca sobrevuelan el incendio de Los Guájares para ofrecer datos precisos para acometer la extinción. IDEAL

La Junta utiliza imágenes por satélite y drones para la reforestación de Los Guájares

Activa un grupo de trabajo con expertos locales y UGR para estudiar la regeneración de las 5.100 hectáreas quemadas en el incendio

Sábado, 24 de septiembre 2022, 00:43

El incendio de Los Guájares sigue vivo. En coma, eso sí, pero aún late levemente. «Precisamente, esta mañana, por ayer viernes, de madrugada, se ha ... volado el perímetro con drones con cámaras térmicas para detectar puntos calientes. Muchas veces no sale ni humo, pero están en combustión. Yhay que estar pendientes», explica David Rodríguez, director provincial del Infoca.

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Respecto al trabajo de los drones, aporta que su misión es detectar de madrugada los puntos calientes y a las horas, ya por la mañana, los operarios van a las coordenadas y trabajan sobre el terreno. Añade que aunque el incendio se dio por controlado el pasado día 15, «todavía estamos en la fase de las acciones de liquidación y remate, hasta que podamos declararlo por extinguido completamente».

Esta especial atención responde a las dimensiones del incendio de Los Guájares. «Decimos que son grandes incendios cuando queman más de 500 hectáreas, y Los Guájares son 5.100 hectáreas a falta de medición final, con más de sesenta kilómetros de perímetro». «Con estas dimensiones hay muchos puntos calientes que atender».

–¿Cuántos días tardarán en liquidar el incendio?

–No podemos decirlo. En grandes incendios, por ejemplo en Sierra Bermeja, nos fuimos a cuarenta días. Depende del combustible. Hay tocones y troncos que tardan más tiempo en consumirse. Si es fino, el pasto, en el momento en que arde tiene menos probabilidad de reproducción. Así que estaremos varios días más y nos obliga atener retenes, agentes de Medio Ambiente y autobombas para estar al quite.

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Por esta razón todavía no hay un informe definitivo. «Todavía no hemos dado el incendio por extinguido, así que necesitamos tiempo para terminar las conclusiones y hacerlas públicas».

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La necesidad de reforestar

La necesidad de reforestar está encima de la mesa. Aunque se espera a la extinción total del incendio, desde el día que se dio por controlado ya hay personal que trabaja sobre el terreno para ver dónde es más necesaria la intervención. Se trata de fases simultáneas muchas veces donde el primer objetivo es el suelo. «Es el que más nos preocupa. Sobre todo las primeras capas, que es donde está la materia orgánica. Hay que fijarlo en una primera etapa para que el banco de semillas natural pueda germinar, arraigar y crecer. Asimismo hay que paliar el efecto de las lluvias de otoño. Ahora mismo estamos en la fase de estudio y evaluación para ver dónde son más necesarias las actuaciones».

En esta fase entra de forma determinante la tecnología. «Partimos de teledetección de imágenes por satélite, por la reflectancia de la vegetación, la actividad fotosintética, que ha permitido ver el estado de la vegetación saludable antes y cómo ha quedado después del incendio». Entonces establecen el índice NBR –Índice Normalizado de Área Quemada–. Sacan planos de severidad, de zonas afectadas, de más a menos. Hay zonas carbonizadas y otras no tanto con ejemplares con viabilidad y que probablemente prosperen.

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«Esto es lo que ahora mismo estamos evaluando y estudiando. El objetivo es retener suelo». Hay varias herramientas. Los diques, las albarradas y las fajinas a lo largo de las laderas con el objetivo de disminuir la velocidad y la fuerza con la que el agua arrastra el suelo».

La segunda actuación de emergencia es preservar los caminos rurales y de servicio. «Caerán árboles y ramas y habrá desprendimientos de tierra que cortarán los caminos. Hay que conseguir que estén expeditos para ofrecer servicio y evitar accidentes»

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Hay una segunda fase en paralelo. Se trata de evaluar el grado de afectación a la vegetación. Ahora viene una lección sobre el bosque mediterráneo. Hay que saber que convive con los incendios forestales desde tiempos inmemoriales y que la vegetación tiene sus propias estrategias de respuesta ante el fuego. Hay buenos ejemplos, desde las encinas que son especies rebrotadoras del propio tronco quemado a los enebros. Olas germinadoras, como el pino carrasco con sus piñas serotinas. «Pueden estar cerradas años en las copas de los árboles y cuando pasa el fuego se abren y sueltan las semillas que serán los futuros árboles como generación natural».

Todo esto hay que evaluarlo junto al efecto de las lluvias de otoño. «Y ver la germinación natural. Ver la respuesta de la vegetación y tomar decisiones. Pero es muy pronto para la acción». De igual modo, tienen que estudiar si es necesario extraer la madera quemada en algunos puntos. Ytambién, en otra fase más, ayudar a la reforestación de la zona quemada en Los Guájares con plantaciones y repoblaciones. «Hay que analizar caso a caso y ver cuál es la mejor medida para las distintas zonas, que denominamos rodales. Hay que diseñar un traje a medida». Para ello, se activará un grupo de trabajo con expertos locales y de la UGR para estudiar la regeneración de las 5.100 hectáreas quemadas.

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