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Isabel Nieto, en una de sus visitas a los juzgados de Caleta. Ramón L. Pérez
Juicio a Isabel Nieto por supuesto acoso laboral a un testigo clave de 'la Nazarí'

Juicio a Isabel Nieto por supuesto acoso laboral a un testigo clave de 'la Nazarí'

La exedil de Urbanismo y el exdirector de Obras de Torres Hurtado se sientan en el banquillo por un posible delito contra la integridad moral por el que se enfrentan a cuatro años de cárcel

Yenalia Huertas

Granada

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Martes, 20 de octubre 2020, 00:51

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El Juzgado de lo Penal 1 de Granada acoge a partir de este martes un juicio contra la exconcejala de Urbanismo Isabel Nieto y el exdirector de Obras durante el gobierno local de José Torres Hurtado (PP), Manuel Lorente, por presunto acoso laboral a un funcionario: el exdirector general de Urbanismo Jacobo de la Rosa.

Se da la circunstancia de que este empleado municipal ha sido luego el principal testigo en dos de las causas de presunta corrupción urbanística de Granada: el caso Serrallo (ya juzgado) y la macrocausa derivada de la Operación Nazarí (dividida en piezas separadas y aún en curso).

Según fuentes del caso, está previsto que la vista se desarrolle en tres sesiones (hasta el jueves) en el órgano que dirige el magistrado Manuel Pinar. Los dos acusados que compartirán banquillo se enfrentan a cuatro años de prisión, cuatro de inhabilitación y al pago de una indemnización de 60.000 euros a De la Rosa, que está representado en este proceso por el letrado Jorge Fernández Díaz.

IDEAL ha tenido a acceso al escrito de conclusiones provisionales del denunciante, que ejerce la acusación particular en este caso, en el que, según las fuentes consultadas, la fiscalía no ha formulado cargos. En su calificación, De la Rosa atribuye tanto a la exconcejala como al ex alto cargo de Urbanismo un posible delito contra la integridad moral en concurso ideal con otro de lesiones psíquicas.

En el documento, el funcionario supuestamente agraviado considera que, en caso de condena, debería ser declarada «la responsabilidad civil subsidiaria» del Ayuntamiento de Granada. Además, propone, cara al enjuiciamiento, los testimonios de una docena de testigos, entre los que figuran varios trabajadores del área de Urbanismo, como la subdirectora de Gestión Urbanística o un arquitecto técnico del Consistorio.

En su escrito de acusación, De la Rosa describe distintas acciones que, a su juicio, podrían integrar el supuesto ilícito, el cual rechaza tajantemente la defensa de los dos procesados.

De la Rosa habla de supuestas «presiones» y «enfrentamientos en su trabajo» por su postura e informes en distintas operaciones urbanísticas que han acabado siendo investigadas judicialmente. Menciona expresamente la de la construcción de la discoteca del Serrallo, la de las oficinas del registrador de la calle Tórtola de la capital o la del plan parcial del Palacio de Hielo.

Jacobo de la Rosa Herrera es licenciado en Arquitectura y funcionario de carrera del Ayuntamiento de Granada. Ostentó distintos cargos de responsabilidad hasta que ocupó el puesto de director general de Urbanismo desde la desaparición de la Gerencia y su integración en el Ayuntamiento como Área de Urbanismo en junio de 2012 hasta su salida del Ayuntamiento el 31 de enero de 2013. En esa fecha, al no presentarse al concurso convocado y renunciar voluntariamente al mismo, pasó a ocupar en comisión de servicios el puesto de director general de Fomento y Obras Públicas de la Diputación Provincial.

Primeros problemas

Los primeros problemas profesionales, «que –indica en su escrito– luego tornaron a personales», surgieron siendo director de Urbanismo con la entonces edil Isabel Nieto Pérez . Fue a raíz de sus actuaciones en el expediente urbanístico denominado 'Palacio de Hielo'. Esas asperezas motivaron en él un «estrés» que derivó en un problema ocular.

En abril de 2011, según detalla el escrito de De la Rosa, este «se vio forzado« a presentar su dimisión al puesto de director general de Urbanismo por motivos personales. Según su escrito, sufrió supuestas «presiones y críticas» de Nieto y hubo desencuentros por su postura en otros expedientes: entre ellos el del caso Serrallo, sobre el que emitió un informe demoledor advirtiendo de supuestas irregularidades urbanísticas en aquella actuación.

El denunciante estuvo de baja médica dos veces por ansiedad por la atmósfera enrarecida que asegura que le envolvió. Y llegó a verse relegado a una oficina del Albaicín, «solo, con una mesa, sin teléfono propio ni corporativo, con un solo ordenador, pero sin autorización para acceder a las direcciones generales de Urbanismo». Estuvo en ese puesto tres meses. Tuvo que ser tratado en el Servicio de Salud Mental por una «reacción depresiva prolongada».

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