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Las nuevas tecnologías y la proliferación de cámaras de seguridad en las calles de las ciudades han convertido la muerte y la violencia en un espectáculo de masas. Es habitual que las grabaciones que captan un acto criminal acaben en las redes sociales casi al instante. Hay veces que es para bien, pero en otras ocasiones, demasiadas, perjudican una investigación y, lo que es aún peor, solo causan dolor a la familias de las víctimas. No existen barreras ni freno para su difusión. Tampoco para las reflexiones éticas. Solo importa el impacto.
Es lo que ha sucedido con el vídeo en el que se ve el salvaje asalto que sufrió José Miguel Castillo Higueras en el centro de Granada, una ataque que acabaría por costarle la vida. Apenas una par de horas después del suceso, que se produjo a las ocho de la mañana del pasado domingo, las imágenes, tomadas por las cámaras de un establecimiento de la zona, ya estaban en Internet, es decir, al alcance de cualquiera.
La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, que es el que ha asumido la investigación para tratar de atrapar al agresor del exedil, quiere saber cómo se filtró la grabación del robo con violencia que dejó en estado crítico a Castillo Higueras. De hecho, expiró poco después en el Hospital de Neurotraumatología de la capital.
En este sentido, la magistrada ha pedido a la Policía Nacional, que es el cuerpo encargado de las pesquisas, que le informe sobre las circunstancias que rodearon a la difusión pública de una prueba clave, según confirmaron a IDEAL fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Al parecer, la grabación fue subida en primer lugar a la red social Instagram, pero fue retirada el mismo domingo de los hechos. Sin embargo, eso no evitó que siguiera compartiéndose en la red a todo velocidad.
Por lo demás, los grupos de Robos y Homicidios de la Policía Nacional siguen acumulando información e indicios para posibilitar la detención del agresor de Castillo Higueras, que propinó un escalofriante puñetazo a la víctima para robarle sus pertenencias. El exconcejal quedó inconsciente en el suelo de la calle Padre Alcover, que está muy próxima a San Antón.
Por el momento, no hay detenciones, pero la Policía está cada vez más cerca del objetivo.
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