Los ingresos permanecen estables desde el 1 de abril y baja el ritmo de nuevos contagios

El punto de inflexión comenzó a verse el 1 de abril. En concreto, y siempre de acuerdo con los datos sobre la epidemia que se han venido haciendo públicos, el mejor indicador lo proporcionan los ingresos, que en ese lapso de tiempo se han reducido en un 7,6%. El primero de este mes había ingresadas 590 en los centros hospitalarios de la provincia granadina. Desde ese momento, la cifra se ha logrado reducir en 45 pacientes, hasta quedarse en los 545 que figuran en los registros relativos al día 6.

La evolución de nuevos positivos por contagio de SARS-CoV-2 ha sido algo más desfavorable en ese mismo lapso de tiempo. Siempre según los datos oficiales, entre el 1 y el 6 la cifra pasó de 1.121 a 1.501, lo que supone un incremento del 33% en sólo cinco días. Las señales más alentadoras se han visto durante el fin de semana, cuando los porcentajes de crecimiento día sobre día se han mantenido comedidos, aunque en cualquier caso habrá que estar pendientes de cómo continúan variando durante esta semana.

Pese a todo, la buena noticia que se puede extraer de estos números tiene que ver con la capacidad del sistema de salud público de hacer frente a las necesidades que va requiriendo el desarrollo de la pandemia. Que el número de ingresos permanezca estable quiere decir que el personal sanitario continúa contando con recursos para atender a los nuevos pacientes que lo requieran, lejos de llegar a los niveles de saturación que se han registrado en semanas anteriores en otros puntos de España.

Si, como todo parece indicar, la fase más dura de esta epidemia ya ha pasado, Granada puede comenzar a anhelar ver la luz al final del túnel. Pese a que el número de contagiados no da señales de comenzar a descender de manera acusada por el momento, el sistema sanitario podrá continuar haciéndole frente.