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El aula de formación teórica de la autoescuela Luna contaba ayer por la tarde con solo cuatro alumnos. Alfredo Aguilar

La huelga de examinadores dejó sin prueba del carnet de coche a más de 6.000 alumnos en 2017

El paro de los evaluadores entre junio y diciembre, unido a una caída de la natalidad a finales del siglo XX, provocó un descenso del 21% del número de presentados

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Martes, 23 de enero 2018, 01:28

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El número de alumnos presentados al carnet de conducir a lo largo del pasado año se redujo en un 21% a causa del descenso de la natalidad a finales del siglo XX -y la consecuente caída de jóvenes que hoy optan a sacarse el permiso- y la huelga de examinadores de la Dirección General de Tráfico, que se prolongó entre junio y diciembre y actualmente se encuentra suspendida a la espera de que el Gobierno dé una solución al conflicto. En total, en 2017 la cifra de examinandos que trataron de sacarse el carnet de conducir B -el permiso más común- cayó en más de seis mil personas, con un consecuente descenso en la facturación de las autoescuelas de la provincia, que actualmente cuentan con un personal de trabajadores muy reducido con respecto al que tenía hace una década.

Los datos con los que cuenta la Dirección General de Tráfico exponen que la cifra de permisos del carnet B que se han expedido en la provincia se ha reducido casi a la mitad a lo largo de la crisis, pasando de las 24.145 'titulaciones' que se completaron en 2008 a las 12.601 que se firmaron en 2016, el último año del que la DGT tiene datos cerrados. No obstante, los examinadores calculan que la cifra de aprobados en 2017 habrá sido bastante inferior, a causa de la caída del número de presentados.

A este descenso se une la importante oferta que existe en la provincia y en todo el país. El presidente de las autoescuelas granadinas, José Blas Valero, insiste en que sobran autoescuelas en España y para ello remite a un estudio elaborado por Luis Rodero, diplomado Tráfico y Seguridad Vial, y Cristóbal Rojas, profesor de la Universidad de Salamanca. En el informe, ambos concluyen que las autoescuelas «también sufren las consecuencias de la crisis económica y la disminución del consumo. Esto se traduce en una bajada significativa de las inscripciones respecto a ciclos anteriores porque la necesidad de aprender a conducir queda relegada en la escala de prioridades de cualquier familia. Pero un factor fundamental es la terrible disminución en la población que reside en España por debajo de los treinta años, añadido al aumento del número de 'puertas abiertas al público' en las autoescuelas. El resultado es un número insuficiente de clientes potenciales que permita mantener este negocio económicamente viable, si se mantiene con la actual estructura». En el caso concreto de Granada, el número de alumnos al año con los que contaría cada autoescuela, si los alumnos se repartieran de forma homogénea, sería de 43. Esto implica que cada centro de formación contaría con menos de cuatro alumnos al mes.

Con este escenario de una amplia oferta para una demanda limitada llegó la huelga de examinadores, que se inició en junio del pasado año y se prolongó hasta mediados de diciembre. Durante estos meses -salvo unas semanas de agosto- el paro se repitió cada lunes, martes y miércoles, con una consecuente pérdida de exámenes, que ha provocado que las autoescuelas sólo puedan presentar a sus alumnos dos veces al trimestre en Granada, cuando lo habitual hasta hace unos años era hacerlo cada semana.

El resultado directo de esta situación es un descenso del número de alumnos que opta a sacarse el carnet de conducir u otros permisos, ya que los profesores de las autoescuelas no pueden precisar una fecha aproximada a los examinandos para obtener su permiso. El caso se agrava si lo que se desea obtener es un permiso especial, como el que se requiere para conducir una motocicleta o un camión. Para estos carnets es necesario examinarse además de una prueba de destreza y de otro examen específico, lo que implica que la obtención del permiso se alargue varios meses, aunque se aprueben las evaluaciones prácticas a la primera.

José Blas Valero no es optimista al respecto. «Mientras que en otras provincias en cuanto se ha terminado la huelga las pruebas se han normalizado, en Granada no ha ocurrido lo mismo porque no hay banquillo. El problema lo vamos a seguir teniendo. No hay dotación de examinadores para que nos puedan dar el servicio que la sociedad está demandando y el problema es de fondo, estructural», expone el presidente de la patronal provincial. La plantilla actual de examinadores en Granada es de 22 efectivos pero en las últimas semanas la participación de estos en las pruebas ha sido inferior, debido a días pendientes de vacaciones que no se tomaron durante la huelga y a los que ha habido que dar salida tras la conclusión del paro de los evaluadores.

Asextra recuerda que el conflicto con la DGT «sigue abierto»

El pasado 13 de diciembre, el comité de huelga de Asextra –la asociación que representa a los examinadores de Tráfico en este conflicto laboral con la DGT– anunció la desconvocatoria del paro «en atención al acuerdo político y como gesto a los ciudadanos».

Tras alcanzar un acuerdo con todos los grupos de la oposición en el Congreso de los Diputados, los evaluadores de Tráfico optaron por poner fin a sus paros, con el compromiso de que en los Presupuestos Generales de 2018 se incluyera una partida destinada al complemento económico que los examinadores reclaman a la DGT, que argumenta que no tienen competencias para acometer la subida salarial solicitada.

«El conflicto solo será definitivo cuando este compromiso del aumento del complemento específico quede reflejado en nuestras nóminas, y por tanto, este colectivo estará muy expectante a todos los movimientos que se produzcan a todos los niveles», recordó Asextra el mismo día que se desconvocó la huelga y recordó ayer Javier Silva, responsable provincial de Asextra.

«La DGT no ha tomado las riendas en un conflicto tan largo y el problema continua. No han hecho nada por solucionarlo», explica Silva. El incremento salarial de los examinadores de Tráfico está, por tanto, pendiente de una aprobación presupuestaria para este año que todavía no se ha producido, y que no está previsto que se materialice a corto plazo.

Como consecuencia de esta incertidumbre, Asextra abordará en su encuentro anual, que se celebrará en el mes de marzo, esta cuestión y se valorará si se producen nuevas movilizaciones o se espera a que haya un acuerdo político en el Congreso de los Diputados y la oposición nacional fuerce al PPa ceder en este conflicto, que dura ya varios años.

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