Paciente que recibe hospitalización domiciliaria en Alfacar Pepe Marín

La hospitalización domiciliaria debe ser voluntaria y necesita apoyo familiar

Enfermedades crónicas o vivir a unos 20 o 30 minutos de la atención médica son algunos de los requisitos que deben cumplir los pacientes

Sábado, 9 de diciembre 2023, 23:19

Un total de tres médicos y cinco enfermeras componen la unidad de Hospitalización domiciliaria de Medicina Interna, Urgencias y Servicio de Enfermedades Infecciosas. A ellos ... se le suman dos pediatras, una enfermera y una fisioterapeuta de la misma unidad en cuidados paliativos pediátricos y crónicos, operativa desde 2018 y con más de 300 pacientes. La selección acerca de las personas que reciben esta atención es otra de sus tareas clave, ya que no está disponible para cualquier enfermo. «Los pacientes que se encuentran dentro de la hospitalización domiciliaria son aquellos que requieren un tratamiento prolongado que se puede dar en casa puesto que presentan una estabilidad dentro de su diagnostico que lo permite», señala el director de Médicos, Manuel Liñán. Dolencias crónicas o ingresos extensos en los que los usuarios necesitan de la administración de un antibiótico, así como insuficiencias cardíacas, bronquitis o infecciones son el principal diagnóstico para este tipo de tratamiento en el que es esencial contar con el apoyo familiar, ya son un eslabón muy importante en su desarrollo de forma óptima. Además de todos estos requisitos, debe haber «una atención voluntaria» con la que el paciente tiene que estar completamente de acuerdo y que él mismo tiene que aceptar. La instalación de una cama en el salón y algunos medicamentos a su alcance forman así una habitación de hospital que debe ubicarse a una distancia de entre 20 y 30 minutos del hospital por si surge alguna complicación.

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El cuidado de los padres y otros familiares complementa cada una de las atenciones que los usuarios necesitan. Por ello, los profesionales explican y enseñan a los miembros del entorno tareas como dispensar una comida por sonda o qué hacer ante un ataque epiléptico. «Esto nos permite tener una vida medio normal y no vivir en salas de hospital», declara María, madre de Aitana, niña que recibe esta atención desde que tenía meses.

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