Homenaje y entrega de distinciones a los Veteranos de las Fuerzas Armadas

La Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se creó en Granada en el año 1958, con el objetivo claro «de evitar el desamparo en el que quedaban al pasar a la situación de retirado y porque no querían desligarse de la institución militar. José Moreno fue la persona galardonada y el presidente, Ángel Yuste, el encargado de dirigir unas palabras a los presentes.

Habló de «la vida con vocación de soldado» y recordó que «tras estas figuras, ya no tan atléticas –frase que hizo sonreír a los asistentes– estamos personas que nos imbuimos de los valores de las Fuerzas Armadas». También se dirigió a la tropa formada con el capitán Raúl García al mando y agradeció a los dos tenientes coroneles su colaboración en el acto: Julio Suárez y Roberto Martínez.

Integradas en la Real Hermandad están también la Federación de Asociaciones de Veteranos Boinas Verdes, que distinguió a Alfredo Capote; los antiguos Caballeros Legionarios de Granada Gran Capitán, del que es miembro Agustín Atanasio Lorente; y los veteranos de la Hermandad del Regimiento de Infantería Córdoba nº10 y Acuartelamiento Cervantes, que nació en 2017, fundada por personal con una larguísima tradición (algunos sirvieron en la década de los 40 del pasado siglo). El reconocimiento en este caso fue para Antonio García; y también lo tuvo Rafael Salmerón, como componente de la Asociación de Amigos de la Base Aérea de Armilla. Estuve charlando con su presidente, Francisco Cardenete; con su antecesor, Eduardo García, y también pude saludar a Martha Mora y Agustín Lasserrot. Luis Roldán y José García portaban, respectivamente el guión y la bandera de los conocidos como Volantones.

Y conocido, y no es de extrañar, el cariño que siempre recoge el coronel del cuerpo eclesiástico del Ejército y párroco personal del Madoc y Acuartelamiento Cervantes, José Francisco Nistal, el 'páter', «por su cercanía y continuo apoyo a las hermandades y asociaciones». El teniente general se lo entregaba entre el aplauso de los asistentes, que ya me gustaría nombrarles a todos; incluido el resto de autoridades militares que, por esta vez me perdonarán. Era el día de los veteranos, y bien merecido.