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Los hijos del guardia civil fallecido, en el funeral. PEPE MARÍN
La hija del guardia civil fallecido: «Me han arrebatado a mi pedazo de padre»

La hija del guardia civil fallecido: «Me han arrebatado a mi pedazo de padre»

Lucía agradece todas las muestras de cariño recibidas y ensalza «con el corazón en mil pedazos» los valores que su progenitor le enseñó

Yenalia Huertas

Granada

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Jueves, 1 de enero 1970

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Lucía, la hija de José Manuel Arcos, el agente de la Guardia Civil fallecido en acto de servicio el lunes por el disparo de un delincuente en Huétor Vega, utilizó tras el funeral su perfil en la red social Facebook para ensalzar la figura de su padre y los valores que le inculcó, a la vez que para transmitir su agradecimiento «por cada mensaje y símbolo de afecto» recibidos.

«La persona por la que hoy todo el mundo llora he tenido la suerte de que sea mi padre», expresa Lucía en su texto, una emotiva carta que ha autorizado sea publicada en IDEAL. La joven dirige su escrito a la Guardia Civil y a su padre. Escribe «con el corazón en mil pedazos» pero orgullosa de ser hija de «alguien tan entregado y único en su trabajo».

Lucía recuerda que ella y su progenitor sentían una «pasión» mutua y le promete salir adelante. «Tú sabes que estás reencarnado en mí y voy a sacar esto adelante».

La hija de José Manuel resalta que su padre se ha ido «por la patria» y se muestra orgullosa de la familia de la Guardia Civil, aunque haya gente, como recuerda, que no quiera al Cuerpo. Esas personas, añade, «no saben que debajo de cada uniforme hay una gran persona con la valentía y el coraje de ayudar a los demás».

La carta se cierra recordando que a José Manuel, su padre, el agente Arcos, le gustaba estar encima de su bicicleta y siempre actuaba «con ganas, esfuerzo y sacrificio» para llegar a la cima. «Y has logrado estar hoy en el pico más alto, donde a ti te gusta», señala, antes de despedirse con un «Viva la Guardia Civil y viva tú».

Querida Guardia Civil

Vengo muy triste a contarte que se te ha ido del cuerpo al mejor. Y no es porque sea mi padre, sino porque creo que jamás conoceré alguien tan entregado y único en su trabajo. Y así se nos va... muriendo, como él dice, por « la patria» . No te echo la culpa, no te guardo rencor, porque sé que se ha dedicado a lo que más le gusta.

Hoy su hija te dice con el corazón en mil pedazos que gracias, que me siento orgullosa de esta familia... la que llamamos la Guardia Civil. Aunque mucha gente no te quiere, no le hagas caso, no saben realmente lo que es esto, no saben que debajo de cada uniforme hay una gran persona con la valentía y el coraje de ayudar a los demás, y que detrás de ese uniforme hay una gran familia... la familia que ese gran hijo de puta (perdóname desde el cielo, que sé que no me dejas decir palabrotas) hoy ha destrozado por completo. Me ha arrebatado a lo más grande que yo tenía, mi guía, mis pies, mis manos, mi cabeza, mis ganas de luchar, mis ojos, mis cojones... esos que siempre me decía que tenía igual que los suyos. Me ha arrebatado a mi pedazo de padre.

Me enseñó tantos valores, tantos... Hoy siento odio, ese sentimiento se te olvidó enseñármelo, papá. Ahora me dirijo a ti, mi ángel, la envidia de todos los ángeles del cielo por ser el más bonito que ha llegado. Hoy te reúnes con lo que más querías: tu padre y tú segundo hijo, Fernandillo, que como tú se fue al cielo vestido de verde. Tú sabes lo que tú eras para mí y yo sé lo que yo era para ti; todo el mundo nos lo decía: «pasión». Escribo esto y no me lo creo. Pienso que vas a entrar por la puerta para decirme lo de siempre: «¿qué pasa con tu rollo tontica?» o « la vida es 'pa' ti... estoy hecho bicarbonato». Papá, jamás he sentido un dolor tan grande. Qué triste dejas a mamá y a José Antonio, qué triste dejas a toda la gente que te quiere. Si tú supieras, papá, todos me hablaban de ti y te podrás imaginar: no hay nadie más grande que tú. Todos se sienten orgullosos de ti, pero no te preocupes, tú sabes que estás reencarnado en mí y voy a sacar esto adelante. Te lo prometo, papá. Me dejas rota, no sé para dónde ir, no sé qué hacer, qué pensar ni qué decir.

Gracias... La persona por la que hoy todo el mundo llora he tenido la suerte de que sea mi padre. Eres increíble y maravilloso y te lo has ganado tú, tú solito... Ahora sí me dirijo a cada una de las personas que han estado a nuestro lado. No hay palabras para agradeceros tantísimo lo que habéis hecho por la familia, por apoyarnos hasta el final. Gracias por cada mensaje y símbolo de afecto, estaré siempre agradecida.

Papá, no sabes lo orgullosos que estamos de ti. Siempre andando, corriendo, pedaleando... Qué te gustaba estar encima de tu bicicleta y qué celosa me ponía porque decías que era tu segunda hija. Siempre con ganas, esfuerzo y sacrificio de querer llegar a la cima y has logrado estar hoy en el pico más alto, como a ti te gusta.

Siempre vas a estar en mí. Te amo, papá.

VIVA LA GUARDIA CIVIL y VIVA TÚ .

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