Del camión a la inmobiliaria
«Me harté de que todo el mundo comiera del camión menos yo que iba encima»Ángel Llamas es uno de los transportistas que ha tirado la toalla: harto de no ver luz ni rentabilidad ha abierto su propio negocio
Entre los piquetes informativos que hace un año bloqueaban las puertas de las plataformas logísticas de Granada estaba Ángel Llamas. El transportista, que trabajaba como ... autónomo con camión propio para una gran empresa nacional, fue uno de los que luchó en la calle para reivindicar rentabilidad para el sector. Cree que aquel mes de marzo de 2022 en el que los camioneros autónomos exhibieron su fuerza y su hartazgo paralizando el país rozaron con la punta de los dedos la solución.
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«Nos faltó aguantar unos días más la protesta. Los cargadores estaban ya dispuestos a reunirse con Manuel (el líder de Plataforma), nos faltó muy poco. Al final perdimos por falta de unión y se han reído de nosotros», esgrime. Ángel se hizo entonces una promesa a si mismo: «Si esto no va a mejor, lo dejo». Y la ha cumplido. Le salió un comprador para el camión «y le puse un lazo y se lo vendí». Hasta aquí ha llegado.
«Al final te desanimas, es desalentador estar toda la semana fuera de tu casa para no ver beneficio. Me harté de que todo el mundo comiera del camión, los talleres, los intermediarios... menos el que va encima», condena. El transportista, que antes de la crisis del ladrillo trabajó en el sector inmobiliario, se ha reinventado, abriendo su negocio propio en Carril del Picón, donde se dedica a la venta y el alquiler de pisos y locales.
Está ilusionado con su nuevo trabajo y, lo mejor, su mujer y sus hijos lo están disfrutando. «Tengo sentimientos encontrados, me da mucha pena haberlo dejado porque el que está encima de un camión es porque le gusta, pero me he hartado ya de ser el último mono. Al final solo van a quedar los grandes».
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