El día que Anthony Blake adivinó que la lotería tocaría en Guadix

La profecía del famoso mentalista decía que, además de acabar en uno, el número estaría relacionado con el ámbito religioso -fue vendido en su totalidad por la Hermandad San Juan Evangelista-, y así fue como la suerte, la casualidad o la adivinación hicieron que los vecinos del municipio festejasen aquella misma mañana la compra del décimo que se agotó casi un mes antes.

La noticia se vivió en Guadix con completa euforia, donde la cuadrilla de costaleros de San Juan Evangelista bromeaba diciendo que su paso se había convertido, gracias a la suerte, en el paso «con más kilos de la Semana Santa», con la peculiaridad de que este Viernes Santo los kilos irían debajo de las trabajadoras y no encima. Se desmontó así también el mito de que la lotería de las hermandades nunca tocaba. La cofradía había vendido todos los décimos y participaciones de las que se había echo cargo, en total 40 series. La venta estuvo favorecida por el rumor que circuló en la ciudad a finales del mes de noviembre.

Uno de los miembros de la hermandad confirmó que era la primera vez que la cofradía había vendido todos los décimos. El tesorero de la hermandad, Francisco Poyatos, fue la persona encargada de elegir el número y de traer la suerte a Guadix. A unos les tocó un millón y a otros hasta 40. Pero tocar, les tocó a casi todos. El tercer premio, de 480.000 euros a la serie, repartió los casi 20 millones de euros. Fue la Administración número 2 de Guadix la que vendió el número a la Hermandad de San Juan, que a su vez lo repartió en décimos y participaciones entre todo el pueblo. Desde peluquerías a bares y todos sus clientes a un taller de coches, una carpintería, la tintorería, la tienda de modas... Casi todos fueron agraciados: algunos con los casi 6.000 euros que tocaba con una participación de la Hermandad y otros, con los 48.000 euros que correspondieron a cada décimo.