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Granadinos cuentan sus experiencias con el metro

El metropolitano, que cumple su primer año, ha mejorado la calidad de vida de miles de granadinos que lo utilizan a diario y también ha sido un revulsivo para cientos de negocios

Domingo, 16 de septiembre 2018, 00:21

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Rafael España y Belén Madrid Empleados de inmobiliaria: «Hemos incrementado la cifra de clientes» | Belén Madrid coincide con su compañero en que la cercanía con algún apeadero reporta beneficios para los negocios del entorno «porque la afluencia de gente es mayor». En esta oficina de Inmocasa, consciente del mayor trasiego, realizaron cambios en el propio escaparate para hacerlo más llamativo.

JORGE PASTOR
Rafael España y Belén Madrid Empleados de inmobiliaria: «Hemos incrementado la cifra de clientes» | Belén Madrid coincide con su compañero en que la cercanía con algún apeadero reporta beneficios para los negocios del entorno «porque la afluencia de gente es mayor». En esta oficina de Inmocasa, consciente del mayor trasiego, realizaron cambios en el propio escaparate para hacerlo más llamativo.
Rafael España y Belén Madrid Empleados de inmobiliaria: «Hemos incrementado la cifra de clientes» | Belén Madrid coincide con su compañero en que la cercanía con algún apeadero reporta beneficios para los negocios del entorno «porque la afluencia de gente es mayor». En esta oficina de Inmocasa, consciente del mayor trasiego, realizaron cambios en el propio escaparate para hacerlo más llamativo.

Paqui Arenas Administrativa de Urología del hospital del PTS:«Hasta ahora el metro nunca me ha fallado» | Paqui Arenas también se ha convertido en una usuaria del metro de Granada todos los días. Vive en la Caleta, lejos de su centro de trabajo, el hospital del Campus Tecnológico de la Salud. «Antes iba andando hasta el clínico San Cecilio, pero desde que nos trasladaron hasta aquí dependo del transporte público», comenta Paqui, quien invierte unos veinte minutos en sus desplazamientos hasta el PTS. «La frecuencia de paso y la comodidad son factores muy importantes para mí», refiere. «Hasta ahora nunca me ha fallado». También coincide con muchos compañeros. «Nos podemos juntar hasta veinte en el mismo vagón;no paro de dar los buenos días a todo el mundo». Además le da tiempo a consultar el móvil y leer las noticias en el periódico. También se encuentra con algunos pacientes que van a las consultas del Área de Urología, donde suma ya cuarenta y dos años de servicio. Un tiempo en el que también ha comprobado cómo ha evolucionado la movilidad en una ciudad que habitualmente se encuentra colapsada por los vehículos particulares. «Yo al metropolitano le doy una calificación de sobresaliente», comenta Paqui Arenas.

JORGE PASTOR
Paqui Arenas Administrativa de Urología del hospital del PTS:«Hasta ahora el metro nunca me ha fallado» | Paqui Arenas también se ha convertido en una usuaria del metro de Granada todos los días. Vive en la Caleta, lejos de su centro de trabajo, el hospital del Campus Tecnológico de la Salud. «Antes iba andando hasta el clínico San Cecilio, pero desde que nos trasladaron hasta aquí dependo del transporte público», comenta Paqui, quien invierte unos veinte minutos en sus desplazamientos hasta el PTS. «La frecuencia de paso y la comodidad son factores muy importantes para mí», refiere. «Hasta ahora nunca me ha fallado». También coincide con muchos compañeros. «Nos podemos juntar hasta veinte en el mismo vagón;no paro de dar los buenos días a todo el mundo». Además le da tiempo a consultar el móvil y leer las noticias en el periódico. También se encuentra con algunos pacientes que van a las consultas del Área de Urología, donde suma ya cuarenta y dos años de servicio. Un tiempo en el que también ha comprobado cómo ha evolucionado la movilidad en una ciudad que habitualmente se encuentra colapsada por los vehículos particulares. «Yo al metropolitano le doy una calificación de sobresaliente», comenta Paqui Arenas.
Paqui Arenas Administrativa de Urología del hospital del PTS:«Hasta ahora el metro nunca me ha fallado» | Paqui Arenas también se ha convertido en una usuaria del metro de Granada todos los días. Vive en la Caleta, lejos de su centro de trabajo, el hospital del Campus Tecnológico de la Salud. «Antes iba andando hasta el clínico San Cecilio, pero desde que nos trasladaron hasta aquí dependo del transporte público», comenta Paqui, quien invierte unos veinte minutos en sus desplazamientos hasta el PTS. «La frecuencia de paso y la comodidad son factores muy importantes para mí», refiere. «Hasta ahora nunca me ha fallado». También coincide con muchos compañeros. «Nos podemos juntar hasta veinte en el mismo vagón;no paro de dar los buenos días a todo el mundo». Además le da tiempo a consultar el móvil y leer las noticias en el periódico. También se encuentra con algunos pacientes que van a las consultas del Área de Urología, donde suma ya cuarenta y dos años de servicio. Un tiempo en el que también ha comprobado cómo ha evolucionado la movilidad en una ciudad que habitualmente se encuentra colapsada por los vehículos particulares. «Yo al metropolitano le doy una calificación de sobresaliente», comenta Paqui Arenas.

Encarna Guerrero Supervisora de Enfermería en el hospital del PTS: «El metro ha marcado un antes y un después» | ¿Recuerdan aquella canción en que Joaquín Sabina repasaba, una por una, las estaciones de la línea uno del Metro de Madrid (Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal)? Pues bien, Encarna Guerrero, supervisora de Enfermería en el área de Cirugía del PTS, también es capaz de recitar, una por una, las catorce paradas del metropolitano entre la Estación de Autobuses, donde se sube todos los días a las 6:53 horas, «ni un minuto más ni un minuto menos», y Dílar, donde se apea veinticinco minutos después. «Soy usuaria del transporte público de toda la vida; antes tenía que coger dos autobuses y ahora vengo directamente en tren desde mi casa y en una media hora», afirma Encarna Guerrero. «El tiempo y la frecuencia no me preocupan;no tengo estrés». Encarna considera que la entrada en servicio del metropolitano, hace ahora un año, «ha marcado un antes y un después en la forma de moverse tanto para los habitantes de Granada como para los que viven en el cinturón metropolitano».

JORGE PASTOR
Encarna Guerrero Supervisora de Enfermería en el hospital del PTS: «El metro ha marcado un antes y un después» | ¿Recuerdan aquella canción en que Joaquín Sabina repasaba, una por una, las estaciones de la línea uno del Metro de Madrid (Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal)? Pues bien, Encarna Guerrero, supervisora de Enfermería en el área de Cirugía del PTS, también es capaz de recitar, una por una, las catorce paradas del metropolitano entre la Estación de Autobuses, donde se sube todos los días a las 6:53 horas, «ni un minuto más ni un minuto menos», y Dílar, donde se apea veinticinco minutos después. «Soy usuaria del transporte público de toda la vida; antes tenía que coger dos autobuses y ahora vengo directamente en tren desde mi casa y en una media hora», afirma Encarna Guerrero. «El tiempo y la frecuencia no me preocupan;no tengo estrés». Encarna considera que la entrada en servicio del metropolitano, hace ahora un año, «ha marcado un antes y un después en la forma de moverse tanto para los habitantes de Granada como para los que viven en el cinturón metropolitano».
Encarna Guerrero Supervisora de Enfermería en el hospital del PTS: «El metro ha marcado un antes y un después» | ¿Recuerdan aquella canción en que Joaquín Sabina repasaba, una por una, las estaciones de la línea uno del Metro de Madrid (Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal)? Pues bien, Encarna Guerrero, supervisora de Enfermería en el área de Cirugía del PTS, también es capaz de recitar, una por una, las catorce paradas del metropolitano entre la Estación de Autobuses, donde se sube todos los días a las 6:53 horas, «ni un minuto más ni un minuto menos», y Dílar, donde se apea veinticinco minutos después. «Soy usuaria del transporte público de toda la vida; antes tenía que coger dos autobuses y ahora vengo directamente en tren desde mi casa y en una media hora», afirma Encarna Guerrero. «El tiempo y la frecuencia no me preocupan;no tengo estrés». Encarna considera que la entrada en servicio del metropolitano, hace ahora un año, «ha marcado un antes y un después en la forma de moverse tanto para los habitantes de Granada como para los que viven en el cinturón metropolitano».

María Dolores Mesa, administrativa del Clínico San Cecilio: «He ganado claramente en calidad de vida»| María Dolores, que trabaja como administrativa en el servicio de Medicina Nuclear del Clínico San Cecilio, se sube todos los días en el tranvía a las ocho menos cuarto, en la estación de Andrés Segovia, con la tranquilidad de que antes de las ocho estará puntual en el hospital del PTS para comenzar su jornada laboral. Cuatro paradas, algo más de diez minutos. En ese trayecto también coincide con otros muchos compañeros. Caras más que conocidas. «He ganado en calidad de vida», confiesa María Dolores. Ella y su marido son asiduos a este medio de transporte que el próximo viernes cumplirá un año de funcionamiento en Granada.«Es todo un éxito; el metro ha cambiado por completo el sistema de movilidad en Granada y el área metropolitana porque es súper rápido y sobre todo muy eficaz», afirma María Dolores, quien también subraya la destacada afluencia de pacientes y familiares al PTS gracias al metropolitano, al que le augura un incremento de demanda en los próximos años.

JORGE PASTOR
María Dolores Mesa, administrativa del Clínico San Cecilio: «He ganado claramente en calidad de vida»| María Dolores, que trabaja como administrativa en el servicio de Medicina Nuclear del Clínico San Cecilio, se sube todos los días en el tranvía a las ocho menos cuarto, en la estación de Andrés Segovia, con la tranquilidad de que antes de las ocho estará puntual en el hospital del PTS para comenzar su jornada laboral. Cuatro paradas, algo más de diez minutos. En ese trayecto también coincide con otros muchos compañeros. Caras más que conocidas. «He ganado en calidad de vida», confiesa María Dolores. Ella y su marido son asiduos a este medio de transporte que el próximo viernes cumplirá un año de funcionamiento en Granada.«Es todo un éxito; el metro ha cambiado por completo el sistema de movilidad en Granada y el área metropolitana porque es súper rápido y sobre todo muy eficaz», afirma María Dolores, quien también subraya la destacada afluencia de pacientes y familiares al PTS gracias al metropolitano, al que le augura un incremento de demanda en los próximos años.
María Dolores Mesa, administrativa del Clínico San Cecilio: «He ganado claramente en calidad de vida»| María Dolores, que trabaja como administrativa en el servicio de Medicina Nuclear del Clínico San Cecilio, se sube todos los días en el tranvía a las ocho menos cuarto, en la estación de Andrés Segovia, con la tranquilidad de que antes de las ocho estará puntual en el hospital del PTS para comenzar su jornada laboral. Cuatro paradas, algo más de diez minutos. En ese trayecto también coincide con otros muchos compañeros. Caras más que conocidas. «He ganado en calidad de vida», confiesa María Dolores. Ella y su marido son asiduos a este medio de transporte que el próximo viernes cumplirá un año de funcionamiento en Granada.«Es todo un éxito; el metro ha cambiado por completo el sistema de movilidad en Granada y el área metropolitana porque es súper rápido y sobre todo muy eficaz», afirma María Dolores, quien también subraya la destacada afluencia de pacientes y familiares al PTS gracias al metropolitano, al que le augura un incremento de demanda en los próximos años.

María Luz Moreno, funcionaria en el Ayuntamiento de Armilla: «Salgo 20 minutos más tarde y llego puntual». María Luz lo tiene todo medido. Sabe que tarda entre diez y doce minutos desde la parada de los Cármenes a la de Armilla, de la puerta de su domicilio a la puerta del Ayuntamiento, donde trabaja con plaza de funcionaria. «Ahora puedo salir de casa veinte minutos más tarde que cuando usaba el autobús». Veinte minutos que para ella, madre de familia, son oro. Utiliza el metro todos los días, una cotidianidad que comparte con otros compañeros, también del Ayuntamiento, con los que habla de casi todo. «De las tareas del día, del tiempo, de programar alguna actividad juntos», explica María Luz, quien con cierta sorna ya ha bautizado estas tertulias matutinas como ‘la mesa de camilla del metro’. María Luz también ha echado cuentas. El bus le costaba un euro y pasaba cada hora;el tranvía ochenta céntimos con una frecuencia de diez minutos. «Me da para una cena», bromea. «Y además he ganado mucho en calidad de vida», añade. Entre la lista de ventajas, la fiabilidad en los trayectos como consecuencia de la prioridad en el tráfico y que tampoco influyen las circunstancias meteorológicas. «Además, siempre está muy vigilado y los operarios del Metro son amables», afirma María Luz Moreno.

JORGE PASTOR
María Luz Moreno, funcionaria en el Ayuntamiento de Armilla: «Salgo 20 minutos más tarde y llego puntual». María Luz lo tiene todo medido. Sabe que tarda entre diez y doce minutos desde la parada de los Cármenes a la de Armilla, de la puerta de su domicilio a la puerta del Ayuntamiento, donde trabaja con plaza de funcionaria. «Ahora puedo salir de casa veinte minutos más tarde que cuando usaba el autobús». Veinte minutos que para ella, madre de familia, son oro. Utiliza el metro todos los días, una cotidianidad que comparte con otros compañeros, también del Ayuntamiento, con los que habla de casi todo. «De las tareas del día, del tiempo, de programar alguna actividad juntos», explica María Luz, quien con cierta sorna ya ha bautizado estas tertulias matutinas como ‘la mesa de camilla del metro’. María Luz también ha echado cuentas. El bus le costaba un euro y pasaba cada hora;el tranvía ochenta céntimos con una frecuencia de diez minutos. «Me da para una cena», bromea. «Y además he ganado mucho en calidad de vida», añade. Entre la lista de ventajas, la fiabilidad en los trayectos como consecuencia de la prioridad en el tráfico y que tampoco influyen las circunstancias meteorológicas. «Además, siempre está muy vigilado y los operarios del Metro son amables», afirma María Luz Moreno.
María Luz Moreno, funcionaria en el Ayuntamiento de Armilla: «Salgo 20 minutos más tarde y llego puntual». María Luz lo tiene todo medido. Sabe que tarda entre diez y doce minutos desde la parada de los Cármenes a la de Armilla, de la puerta de su domicilio a la puerta del Ayuntamiento, donde trabaja con plaza de funcionaria. «Ahora puedo salir de casa veinte minutos más tarde que cuando usaba el autobús». Veinte minutos que para ella, madre de familia, son oro. Utiliza el metro todos los días, una cotidianidad que comparte con otros compañeros, también del Ayuntamiento, con los que habla de casi todo. «De las tareas del día, del tiempo, de programar alguna actividad juntos», explica María Luz, quien con cierta sorna ya ha bautizado estas tertulias matutinas como ‘la mesa de camilla del metro’. María Luz también ha echado cuentas. El bus le costaba un euro y pasaba cada hora;el tranvía ochenta céntimos con una frecuencia de diez minutos. «Me da para una cena», bromea. «Y además he ganado mucho en calidad de vida», añade. Entre la lista de ventajas, la fiabilidad en los trayectos como consecuencia de la prioridad en el tráfico y que tampoco influyen las circunstancias meteorológicas. «Además, siempre está muy vigilado y los operarios del Metro son amables», afirma María Luz Moreno.

Juan Luis Marfil, 22 años: «El metro y las paradas son accesibles» | Juan Luis Marfil utiliza el metro con mucha frecuencia. Lo coge para desplazarse hasta Aspace, una entidad que trabaja con discapacitados cerebrales. «El Metro y las paradas son accesibles», comenta Juan Luis. «Tienen el símbolo para la silla de ruedas y ahí me coloco porque ahí queda la puerta cuando paran los tranvías», comenta. Estas indicaciones no estaban antes en las estaciones subterráneas, según Juan Luis, y ahora sí. Para él también es muy importante que el apeadero donde normalmente se sube, en la localidad de Maracena, se encuentre muy cercano al domicilio familiar. «Antes iba con mi madre en coche hasta el centro, pero ahora vamos en el metropolitano», comenta Juan Luis, quien subraya que también puede desplazarse a la asociación Aspace, que está en el Palacio de Deportes, en el barrio del Zaidín. Juan Luis lamenta que muchos usuarios no respeten los espacios reservados para las personas con movilidad reducida. «Yo entro, no se levantan y mi madre tiene que decírselo». Juan Luis necesita ir acompañado porque no puede marcar las tarjetas en las máquinas y la puerta no abre sola desde fuera, dos aspectos que, según Juan Luis, deberían solventar los responsables del Metro de Granada.

JORGE PASTOR
Juan Luis Marfil, 22 años: «El metro y las paradas son accesibles» | Juan Luis Marfil utiliza el metro con mucha frecuencia. Lo coge para desplazarse hasta Aspace, una entidad que trabaja con discapacitados cerebrales. «El Metro y las paradas son accesibles», comenta Juan Luis. «Tienen el símbolo para la silla de ruedas y ahí me coloco porque ahí queda la puerta cuando paran los tranvías», comenta. Estas indicaciones no estaban antes en las estaciones subterráneas, según Juan Luis, y ahora sí. Para él también es muy importante que el apeadero donde normalmente se sube, en la localidad de Maracena, se encuentre muy cercano al domicilio familiar. «Antes iba con mi madre en coche hasta el centro, pero ahora vamos en el metropolitano», comenta Juan Luis, quien subraya que también puede desplazarse a la asociación Aspace, que está en el Palacio de Deportes, en el barrio del Zaidín. Juan Luis lamenta que muchos usuarios no respeten los espacios reservados para las personas con movilidad reducida. «Yo entro, no se levantan y mi madre tiene que decírselo». Juan Luis necesita ir acompañado porque no puede marcar las tarjetas en las máquinas y la puerta no abre sola desde fuera, dos aspectos que, según Juan Luis, deberían solventar los responsables del Metro de Granada.
Juan Luis Marfil, 22 años: «El metro y las paradas son accesibles» | Juan Luis Marfil utiliza el metro con mucha frecuencia. Lo coge para desplazarse hasta Aspace, una entidad que trabaja con discapacitados cerebrales. «El Metro y las paradas son accesibles», comenta Juan Luis. «Tienen el símbolo para la silla de ruedas y ahí me coloco porque ahí queda la puerta cuando paran los tranvías», comenta. Estas indicaciones no estaban antes en las estaciones subterráneas, según Juan Luis, y ahora sí. Para él también es muy importante que el apeadero donde normalmente se sube, en la localidad de Maracena, se encuentre muy cercano al domicilio familiar. «Antes iba con mi madre en coche hasta el centro, pero ahora vamos en el metropolitano», comenta Juan Luis, quien subraya que también puede desplazarse a la asociación Aspace, que está en el Palacio de Deportes, en el barrio del Zaidín. Juan Luis lamenta que muchos usuarios no respeten los espacios reservados para las personas con movilidad reducida. «Yo entro, no se levantan y mi madre tiene que decírselo». Juan Luis necesita ir acompañado porque no puede marcar las tarjetas en las máquinas y la puerta no abre sola desde fuera, dos aspectos que, según Juan Luis, deberían solventar los responsables del Metro de Granada.

María Jesús Lorenzo, conductora del Metro: «Vi en el Metro una oportunidad laboral» | María Jesús Lorenzo confiesa que empezar a trabajar como conductora en el Metro de Granada cambió su vida. «Venía del paro tras un periodo de crianza de mis hijos, tomé la decisión de reincorporarme al mercado laboral y vi el metro como una oportunidad», comenta María Jesús, quien asegura que nunca se había imaginado a los mandos de un tranvía. «Me encanta, me siento realizada», agrega. Bastetana de nacimiento y granadina de adopción –vino con dieciocho años a la Universidad de Granada a estudiar psicología–, asegura que su trabajo requiere máximo esfuerzo y concentración. «Pudiera pensarse que es anodino porque siempre haces el mismo recorrido y pasas por las mismas paradas, pero hay que estar atento a múltiples factores, como que algún peatón cruce las vías a destiempo», dice. Las expectativas profesionales de María Jesús pasan por el Metro, aunque con unos horarios que le permitan una mayor conciliación con su vida familiar y también tener algo de tiempo para disfrutar de sus aficiones. «Tenemos que tener tiempo fuera para rendir dentro».

JORGE PASTOR
María Jesús Lorenzo, conductora del Metro: «Vi en el Metro una oportunidad laboral» | María Jesús Lorenzo confiesa que empezar a trabajar como conductora en el Metro de Granada cambió su vida. «Venía del paro tras un periodo de crianza de mis hijos, tomé la decisión de reincorporarme al mercado laboral y vi el metro como una oportunidad», comenta María Jesús, quien asegura que nunca se había imaginado a los mandos de un tranvía. «Me encanta, me siento realizada», agrega. Bastetana de nacimiento y granadina de adopción –vino con dieciocho años a la Universidad de Granada a estudiar psicología–, asegura que su trabajo requiere máximo esfuerzo y concentración. «Pudiera pensarse que es anodino porque siempre haces el mismo recorrido y pasas por las mismas paradas, pero hay que estar atento a múltiples factores, como que algún peatón cruce las vías a destiempo», dice. Las expectativas profesionales de María Jesús pasan por el Metro, aunque con unos horarios que le permitan una mayor conciliación con su vida familiar y también tener algo de tiempo para disfrutar de sus aficiones. «Tenemos que tener tiempo fuera para rendir dentro».
María Jesús Lorenzo, conductora del Metro: «Vi en el Metro una oportunidad laboral» | María Jesús Lorenzo confiesa que empezar a trabajar como conductora en el Metro de Granada cambió su vida. «Venía del paro tras un periodo de crianza de mis hijos, tomé la decisión de reincorporarme al mercado laboral y vi el metro como una oportunidad», comenta María Jesús, quien asegura que nunca se había imaginado a los mandos de un tranvía. «Me encanta, me siento realizada», agrega. Bastetana de nacimiento y granadina de adopción –vino con dieciocho años a la Universidad de Granada a estudiar psicología–, asegura que su trabajo requiere máximo esfuerzo y concentración. «Pudiera pensarse que es anodino porque siempre haces el mismo recorrido y pasas por las mismas paradas, pero hay que estar atento a múltiples factores, como que algún peatón cruce las vías a destiempo», dice. Las expectativas profesionales de María Jesús pasan por el Metro, aunque con unos horarios que le permitan una mayor conciliación con su vida familiar y también tener algo de tiempo para disfrutar de sus aficiones. «Tenemos que tener tiempo fuera para rendir dentro».

Marcos Mesa, empresario: «Nuestras ventas aumentaron un 30% » | Marcos Mesa ya tenía madurado su proyecto hostelero en el Campus de la Salud. Sólo le faltaba elegir el mejor local. Lo tuvo claro: al lado de la parada de Dílar, donde se bajan a diario miles de estudiantes de la Universidad de Granada y trabajadores del PTS. «Nuestras ventas se incrementaron un treinta por ciento con la puesta en marcha del tranvía», confiesa Marcos, quien ha perfilado una oferta muy adaptada a sus clientes como el ‘brunch’. «Este tramo de la avenida no es muy concurrido, por lo que tenía muy claro desde el primer momento la importancia de la visibilidad, y la gente se encuentra con nosotros nada más bajar de los tranvías», dice Marcos. Gracias al incremento de la afluencia, este empresario también ha podido consolidar varios puestos de trabajo. Marcos Mesa considera que el metropolitano ha conllevado «un salto de calidad para Granada» porque supone una mejora del transporte urbano, porque es beneficioso para el medio ambiente y porque también ha llevado emparejada una transformación urbanística muy interesante.

JORGE PASTOR
Marcos Mesa, empresario: «Nuestras ventas aumentaron un 30% » | Marcos Mesa ya tenía madurado su proyecto hostelero en el Campus de la Salud. Sólo le faltaba elegir el mejor local. Lo tuvo claro: al lado de la parada de Dílar, donde se bajan a diario miles de estudiantes de la Universidad de Granada y trabajadores del PTS. «Nuestras ventas se incrementaron un treinta por ciento con la puesta en marcha del tranvía», confiesa Marcos, quien ha perfilado una oferta muy adaptada a sus clientes como el ‘brunch’. «Este tramo de la avenida no es muy concurrido, por lo que tenía muy claro desde el primer momento la importancia de la visibilidad, y la gente se encuentra con nosotros nada más bajar de los tranvías», dice Marcos. Gracias al incremento de la afluencia, este empresario también ha podido consolidar varios puestos de trabajo. Marcos Mesa considera que el metropolitano ha conllevado «un salto de calidad para Granada» porque supone una mejora del transporte urbano, porque es beneficioso para el medio ambiente y porque también ha llevado emparejada una transformación urbanística muy interesante.
Marcos Mesa, empresario: «Nuestras ventas aumentaron un 30% » | Marcos Mesa ya tenía madurado su proyecto hostelero en el Campus de la Salud. Sólo le faltaba elegir el mejor local. Lo tuvo claro: al lado de la parada de Dílar, donde se bajan a diario miles de estudiantes de la Universidad de Granada y trabajadores del PTS. «Nuestras ventas se incrementaron un treinta por ciento con la puesta en marcha del tranvía», confiesa Marcos, quien ha perfilado una oferta muy adaptada a sus clientes como el ‘brunch’. «Este tramo de la avenida no es muy concurrido, por lo que tenía muy claro desde el primer momento la importancia de la visibilidad, y la gente se encuentra con nosotros nada más bajar de los tranvías», dice Marcos. Gracias al incremento de la afluencia, este empresario también ha podido consolidar varios puestos de trabajo. Marcos Mesa considera que el metropolitano ha conllevado «un salto de calidad para Granada» porque supone una mejora del transporte urbano, porque es beneficioso para el medio ambiente y porque también ha llevado emparejada una transformación urbanística muy interesante.

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