Granada procesará con nueva maquinaria toda la sangre que se dona en Andalucía Oriental

El centro de Granada forma parte de una red andaluza cada vez más interconectada. Si Cádiz tiene una necesidad que puede solventar Jaén, en cuestión de horas envían lo que precisen. Con el fin de optimizar recursos, el pasado mes de octubre ya se centralizó una primera tarea en Granada, con la instalación de nueva maquinaria para que la provincia centralice las analíticas de Andalucía Oriental. Es decir, toda la sangre que se dona en Jaén, Almería y Málaga ya se analiza en la capital nazarí, unas 850 muestras diarias.

El segundo paso se ha dado esta semana, con la puesta en funcionamiento de novedosas máquinas dedicadas al tratamiento de la sangre donada. Hasta ahora este proceso se realizaba en cuatro centros andaluces, pero pasarán a ser dos. Granada se ocupará del área oriental -Jaén, Almería y Málaga- y Sevilla de la parte occidental -Huelva, Cádiz y Córdoba-. En un mes, previsiblemente, estará funcionando este nuevo engranaje.

Jesús García, responsable del área de Distribución de componentes sanguíneos, explica en qué consiste esta tarea. La sangre donada no se puede transfundir como tal, primero hay que separar sus componentes en plaquetas, plasma y glóbulos rojos. «De ahí el eslogan que dice que de una donación se salvan tres vidas. Si alguien necesita plaquetas solo se le transfunde eso, así se hace desde los años 70», explica el hematólogo.

Ayer comenzó a funcionar la nueva maquinaria instalada para tal fin. La velocidad de este proceso no se verá alterada, pero el flujo es «más continuo y de mejor calidad», dando lugar a un producto más «homogéneo». «Es la tecnología más puntera en producción de sangre», añade Jesús García. De hecho, mejora el aprovechamiento de glóbulos rojos y plaquetas. Así, la sangre se traslada en furgoneta hasta Granada por las noches. Una vez que se procesa, se reparte de nuevo a los centros de transfusión de cada provincia.

En cuanto a las provisiones, tras varios días sin extracciones en Semana Santa el centro granadino no está tan boyante como en otros periodos, pero hay sangre suficiente. Con estas reservas estables, Jesús García pone el foco en un «desafío mundial a medio plazo»: el abastecimiento de plasma. La mayor parte de las veces no se transfunde directamente, sino que de ahí se obtienen proteínas necesarias. «Su consumo está subiendo, se utiliza sobre todo para pacientes que sufren enfermedades neurológicas, pero la capacidad de suministro ha mermado en todos los países», alerta.

El plasma se puede comprar a la industria farmacéutica, pero también se obtiene de las donaciones directas. Cuanto más porcentaje haya de estas últimas, más autosuficiente serán las regiones. «El objetivo es que la gente las conozca. Los criterios son muy parecidos a los de la sangre, se tarda un poco más, unos 40 minutos, pero en este caso se puede donar unas 15 veces al año. No tiene efectos, ya que no se pierden ni células ni hierro, solo un poco de agua y proteínas que se recuperan enseguida», insiste Jesús García. Y es que la donación de plasma es, insiste el hematólogo, «tan satisfactoria como la de sangre».