Colas de personas en la Carrera de la Virgen. Alfredo Aguilar

«Granada se ha echado a la calle porque este año estamos más necesitados de Ella»

Los primeros de la cola esperaron tres horas para desfilar ante la Virgen de las Angustias en una multitudinaria procesión inversa que ha dejado miles de historias de fieles emocionados

Domingo, 26 de septiembre 2021

Durante toda una vida, cada primer domingo de septiembre, Ángeles visitaba la basílica de la Virgen de las Angustias con su marido. Este año, al ... desfilar delante de la imagen de la Patrona en una silla de ruedas que empujaba su hijo, la mayor granadina no podía evitar echarse a llorar recordando a su compañero de vida, fallecido durante la pandemia. «Siempre veníamos juntos», musitaba con un nudo en la garganta.

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Por su movilidad reducida, Ángeles fue una de las primeras fieles en desfilar en la procesión inversa que durante más de cuatro intensas horas va a mantener a la Virgen de las Angustias en la puerta de su Basílica, recibiendo la visita y el cariño de miles de granadinos en una jornada que se está viviendo con gran emoción.

«Granada se ha echado a la calle porque este año estamos mucho más necesitados de Ella. La hemos cogido con ganas», comentaban felices dos hermanas de la Hermandad de la Virgen de las Angustias al ver el gentío que hacía cola desde primera hora para desfilar ante la Patrona.

Desde la mañana

La jornada estuvo muy animada desde por la mañana, con una gran afluencia de granadinos en el entorno de la basílica y el Centro, donde se echaron de menos los puestecillos de tortas o frutos de otoño que se instalaban en los años prepandemia para cumplir con la tradición.

A las seis menos cuarto de la tarde, el sonido de los tambores de la banda de Moraleda entrando en la Carrera al son de la marcha Triunfo calentaba el ambiente y ponía los primeros vellos de punta. «Hay ganas, hay ganas», comentaban emocionados dos periodistas y cofrades a la puerta de la basílica, al escuchar esa primera marcha en la calle, dos años después.

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Muchos de los que, hasta esa hora, habían comentado que era un día de la Virgen algo desangelado, sin la procesión tradicional y entre tanta valla, cambiaban de opinión a las seis en punto de la tarde, cuando se abrían las puertas de la basílica y se vivía el punto álgido de la jornada. La Virgen de las Angustias se asomaba, bajo palio, a la puerta de su basílica al son del himno nacional y entre una salva de cohetes. Estallaron los vivas y estalló la emoción contenida desde 2019.

También las lágrimas. Durante los primeros veinte minutos, en los que la banda de Moraleda interpretó también el 'himno de la Virgen de las Angustias' y 'La muerte no es el final', se vivió una auténtica catarsis emocional con miles de granadinos que no querían parar de aplaudir y lanzar vivas a la Virgen, a la madre de Dios y a la madre de Granada.

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«Oleada de dolores»

El recuerdo a las víctimas y «la oleada de dolores de este año y medio tan difícil», como recordaba el arzobispo de Granada, estaban muy presentes entre los miles de granadinos que circularon de forma fluida, pero incesante, delante de la Virgen durante toda la tarde.

Los primeros de la cola, fueron el matrimonio de La Chana formado por Salma del Carmen y José Manuel, que desde las tres de la tarde estaban esperando detrás de la valla con el pequeño Iván, su hijo de tres años, «para dar las gracias porque no hemos cogido el covid y para que el niño la conozca«.

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El segundo de la cola fue Israel Potosí. antropólogo madrileño que estudió un master en Granada durante dos años y desde entonces guarda una relación especial de devoción hacia la Virgen de las Angustias. Ayer viajó expresamente para verla.

«Me ha hecho algún milagrito», aseguraba el joven, que es cofrade y pertenece la hermandad de Jesús el Pobre en Madrid. «Este año es especial, había que venir para pedir por los que se nos han ido y para agradecerle que no nos haya abandonado en estos tiempos de pandemia», aseguraba con la medalla de la Virgen de las Angustias colgada al cuello.

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Extraordinaria organización

A las cinco y veinte de la tarde, cuando se abrió la valla por la que se accedía a la Carrera, ellos fueron los primeros en entrar, no sin toparse con alguna señora que apareció misteriosamente en el otro extremo sin guardar la fila reglamentaria.

Fue lo único que se les 'coló' a los treinta miembros Protección Civil y lo agentes de la Policía Local que ayer hicieron una labor extraordinaria e incansable para mantener el orden en las colas por las que desfilaron más de 65.000 personas y organizar un acto tan multitudinario. Vigilaron en todo momento que las familias mantuvieran las distancias, que se agruparan por convivientes, que se diera prioridad a personas con movilidad reducida y sobre todo, que la circulación fuera fluida y no se interrumpiera el circuito. «No se pueden quedar parados, por favor, señores», repitieron hasta la saciedad con amabilidad

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La cola mereció la pena, según aseguraba Mari Cruz Medina, llegada de Churriana de la Vega: «Este año ha sido más emocionante si cabe. Yo a la Virgen, la quiero a morir».

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