La frágil frontera entre el cáñamo industrial y la marihuana en Granada
El apogeo de los cultivos de cáñamo se ha frenado por las dudas jurídicas y tras la intervención policial de más de 70.000 plantas, solo en este año, y las 12 personas arrestadas
Domingo, 26 de septiembre 2021, 23:59
Granada vivió en el año 2020 un auténtico apogeo en cuanto al número de hectáreas dedicadas al cultivo del cáñamo o cannabis sativa de tipo ... L, dedicado al uso industrial, bien para la elaboración de fibra o de semillas. La Junta solo tiene registradas 36,18 hectáreas de este cultivo en la provincia de Granada, pero la cifra real podría duplicar o triplicar los registros oficiales a tenor de lo descubierto por la Guardia Civil entre 2020 y 2021.
Publicidad
La diferencia entre el cáñamo o cannabis sativa L y la marihuana está en la carga del principio psicoactivo conocido como THC –tetrahidrocannabinol–: si solo lleva un 0,2% o menos se considera cáñamo industrial y por encima del 0,4% se habla de marihuana. También hay otra diferencia contemplada en la Ley 17/1967 sobre estupefacientes en la que dice que basta con la existencia de cannabis sativa, es decir con que haya cogollo en la planta sin distinguir si es cannabis sativa de tipo L (industrial) o índico (con carga psicoactiva) para considerarlo droga, exceptuando aquellos destinados a fines industriales. El cogollo solo podría destinarse a fines medicinales o cosméticos y para eso hace falta una autorización de la Agencia delMedicamento.
Dicho esto, la débil frontera para considerar el cáñamo como industrial o como marihuana vendría marcado por la carga de THC y por la aparición o no de cogollos. Y de ahí viene el galimatías de dudas y la picaresca para hacer pasar por industrial lo que no lo es.
Las dos únicas vías para plantar cannabis de forma legal en España son hacerlo para uso industrial destinado a la consecución de fibras o semillas principalmente; o bien para uso medicinal o cosmético para la cual haría falta el permiso de la Agencia del Medicamento. La plantación de cáñamo o cannabis industrial obliga al agricultor a registrar este cultivo ante la Oficina Comarcal Agraria –OCA– de la zona e informar del mismo a la GuardiaCivil, usar solo semillas certificadas por la Unión Europea y cortar cualquier cogollo que brote en la planta.
Publicidad
La GuardiaCivil ha detenido o investigado desde enero de 2021 hasta el pasado 21 de septiembre a doce personas acusadas de un delito contra la salud pública después de disponer de cultivos de cannabis que se hacían pasar por cáñamo industrial pero sin cumplir los requisitos estipulados por la normativa actual. O bien la carga de THC superaba el 0,4% o bien eran plantas destinadas a uso industrial y tenían cogollos pese a estar prohibido, o bien no usaban semillas certificadas, o no tenían registradas en las oficinas agrarias estos cultivos. Los agentes del instituto armado han intervenido más de setenta mil plantas de cannabis solo en este año. Las últimas 40.000 se incautaron en Escúzar el 12 de septiembre.
Eliminan cosechas
«Aquí en la Costa, la práctica mayoría de agricultores que había plantado cáñamo cortó su cosecha entre abril y junio porque la Guardia Civil estaba muy encima y se llevó a más de uno detenido. Yo no conozco a nadie que en estos momentos tenga plantaciones de cáñamo», señala Miguel Monferrer, responsable del sindicato COAG en la Costa de Granada.
Publicidad
La proliferación de estos cultivos de cáñamo en todo el país ha impulsado a la Guardia Civil a efectuar inspecciones de los mismos, encontrándose que en la práctica mayoría de los visitados enGranada no cumplían las condiciones legales para cultivar cáñamo industrial. «Comenzamos con las revisiones de estas plantaciones hace un año y nos hemos encontrado de todo. En ocasiones con un desconocimiento del propio agricultor de los requisitos legales para cultivar, en otras hemos visto a gente que aprovecha la ocasión para plantar cannabis con una alta carga de THC y en también hemos visto como algunas empresas que les suministran las semillas delegan en estos agricultores cualquier responsabilidad», advierte un alto mando de la Guardia Civil de Granada consultado por IDEAL.
Contratos ambiguos y rentabilidad baja
Los contratos extendidos entre las empresas encargadas de comprar las cosechas de cáñamo industrial y los agricultores no son siempre lo claros que deberían ser a tenor de distintas investigaciones de la Guardia Civil en la provincia de Granada. Hay casos en los que el propio agricultor ha declarado el cultivo de cáñamo en la oficina agraria y ha informado al instituto armado del mismo.Y en último extremo la empresa delega, en algunos casos, en el agricultor cualquier responsabilidad.
Pese a lo aconsejado por la propia Junta de Andalucía para que sea el agricultor quien adquiera de primera mano las semillas certificadas para plantar cannabis industrial, hay empresas que facilitan los plantones ya sexados, es decir, solo las hembras que son las encargadas de producir cogollos, y a sabiendas de que el agricultor no dispone de permiso de la Agencia delMedicamento, indispensable si brotan los cogollos en las plantas.
También hay contratos donde se estipula el precio del kilo de cáñamo en 350 euros, una vez limpio y seco, lo cual apunta claramente a que su destino final será la industria cosmética. Ello obliga al agricultor a disponer de un permiso de la Agencia del Medicamento que no tiene.
«También nos hemos encontrado con contratos donde la empresa delega en el agricultor cualquier tipo de responsabilidad», apunta el alto mando policial consultado por IDEAL. La GuardiaCivil se ha encontrado desde agricultores desconocedores de la normativa vigente y embarcados en macrocultivos que finalmente no respondían a fines industriales y un pequeño grupo de gente con antecedentes que han querido enmascarar con la etiqueta de cáñamo, plantaciones de marihuana.
La Fiscalía Antidroga emitió un documento el pasado 21 de junio donde imponía los criterios a seguir por los fiscales cuando traten estos casos. La GuardiaCivil inició hace un año una vigilancia estrecha sobre estos cultivos y todo ello ha dado como resultado que, al menos en Granada, la inmensa mayoría no cumplía con lo estipulado para plantar cáñamo industrial.
La Junta de Andalucía apunta a la «escasa rentabilidad» del cultivo del cáñamo con fines industriales. El negocio realmente está en el destinado al uso cosmético o medicinal.
Después se encuentra la otra parte, la de los agricultores. El granadino Fernando Montero es el responsable de la asociación española de Productores de Cáñamo: «En Europa se está promoviendo mucho el cultivo de cáñamo con fines industriales porque es una alternativa limpia y rentable para muchos agricultores. Sin embargo, en España, por culpa de la legislación tan restrictiva, nos estamos quedando descolgados. Aquí por el hecho de tener plantas con cogollos aunque el THC sea de un 0,2% o inferior ya lo consideran un estupefaciente y no puede ser así si no hay efecto psicoactivo», apunta.
Publicidad
La carga psicoactiva
Montero también cuestiona la forma de medir la carga del principio psicoactivo. «La ONU dispone de otra fórmula más acertada que la del 0,2% de THC para comprobar la carga psicoactiva y que en España no se aplica, pese a que resultaría mucho más exacta. Nosotros llevamos muchos años con el cáñamo industrial y nos hemos encontrado, desde hace un año, con un marcaje muy estrecho mientras en el resto de Europa ocurre al revés».
Xaquín Acosta es director ejecutivo de Dana Agronomics una empresa dedicada, entre otras funciones, al asesoramiento para cultivos de cáñamo industrial. «La incertidumbre jurídica existente en España que se apoyo en una legislación de 1967 entorpece mucho el desarrollo de este tipo de cultivos. La mayoría de los países europeos han modificado su legislación para propiciar estos cultivos. Aquí vamos al revés y estamos perdiendo una oportunidad de oro».
Publicidad
Prisión para dos dueños de una empresa de cáñamo
Dos de los cinco socios de una empresa aragonesa de cáñamo industrial fueron condenados en 2020 por la Audiencia provincial de Zaragoza a cuatro años de prisión y multa de dos millones de euros después de que la GuardiaCivil encontrara 340 kilos de cogollos de marihuana con una carga de THC del 1% en la nave, cuando solo podía alcanzar un máximo del 0,2%.
El juez consideró legal la plantación porque cumplía con los requisitos estipulados, excepto los 340 kilos de cogollos que tenían unTHC superior a lo permitido.
No es la única condena en este sentido. El juzgado de loPenal número 4 de Almería ha condenado a un agricultor a tres años y nueve meses de prisión porque la guardiaCivil halló 5.972 plantas con un THC propio de la marihuana.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión