Las farmacias de Granada y sus clientes, divididos ante el cambio de envase en los medicamentos
Los profesionales de la ciudad afirman que, pese a que la norma entró en vigor el pasado sábado, «solamente el 10% de las cajas vienen precintadas y con el nuevo código»
El pasado sábado 9 de febrero, todas las farmacias de España estrenaron el nuevo sistema de identificación y envasado de medicamentos contra productos falsos, ... impuesto por la Directiva Europea 2011/62/UE sobre Falsificación de Medicamentos (FMD). Sin embargo, este sistema, consistente en la inclusión de un código bidimensional 'datamatrix' y un precinto en los envases, dista mucho de estar completamente operativo, ya que, de acuerdo con los farmacéuticos de Granada, «solamente el 10% de las cajas de medicamentos cumplen la normativa a día de hoy».
El objetivo de este sistema es combatir los medicamentos falsos y evitar que se devuelvan cajas que han sido abiertas y manipuladas, pero su implantación divide la opinión de los farmacéuticos de Granada y de sus clientes. Por un lado, hay quienes ven en el nuevo envasado «un método eficaz contra la falsificación y devolución irregular», pero también existen detractores que afirman que «es una regulación excesiva e innecesaria».
«Es una medida de regulación excesiva que, además, nos han implantado de sopetón y sin apenas información»
José Miguel Caballero | Farmacéutico
En cualquier caso, como la Directiva Europea plantea un plazo de entre dos y cinco años hasta obligar a las distribuidoras a cumplir con las nuevas directrices en todos los envases, los farmacéuticos de Granada coinciden en que «la implantación completa será progresiva» y en que «tendrán que pasar al menos un par de años para que el 100% de los medicamentos cumplan con lo establecido».
VOCES A FAVOR
«Todo control es positivo»
Entre las voces granadinas que apoyan la nueva normativa se encuentran farmacéuticas como Esperanza Peñalver, de la Farmacia Sánchez Molina, quien asegura ser partidaria de una medida que «va a traer muchas más cosas positivas que negativas» en los próximos años. «El código 'datamatrix' es distinto para cada envase, se escanea en un programa que tenemos todas las farmacias y en el que queda reflejado de dónde viene y dónde ha sido vendido. Esto es muy positivo porque, en caso de que haya problemas, se identifica mejor el recorrido de cada medicamento. Además, se evita el tráfico entre farmacias y la venta de productos falsos», explica Peñalver. En cuanto al precinto, la trabajadora considera que es positivo porque «evita que se puedan revender cajas abiertas». En definitiva, desde la Farmacia Sánchez Molina argumentan que «es un control que da algo más de trabajo, pero no demasiado, y sus ventajas están muy bien» tanto para el boticario como para el cliente.
«En España hay un gran control sobre el medicamento, y eso es una suerte»
ángel martínez | farmacéutico
En la misma línea, el dueño de la Farmacia Ángel Matínez de Granada opina que «todo control es positivo» y que la medida «está muy bien porque da garantías» a la hora de vender y comprar medicamentos. «En España, los medios de comunicación y los clientes no son conscientes de la suerte que tenemos en el control existente sobre el medicamento. A veces trascienden informaciones falsas, porque la realidad es que todo está muy estudiado, y este mecanismo es un ejemplo más», cuenta Martínez.
A nivel de clientes, existe también una diversidad de opiniones en las calles de Granada. Conversando con varios compradores recién salidos de la farmacia, algunos nos cuentan que apoyan la medida porque «da seguridad que los medicamentos estén más controlado». Este el caso de Bernardo, un granadino de 48 años que, al salir de comprar un anticatarral en una farmacia, nos narra que «el tema del precinto es bueno, porque te asegura que lo que compras no ha pasado por más manos».
VOCES EN CONTRA
«Perjudica a las farmacias»
En el lado contrario se encuentran varios farmacéuticos y clientes de Granada que se posicionan frente a esta nueva regulación. Es el caso del titular de la Farmacia José Miguel Caballero, quien explica que, para los boticarios, «es un proceso más trabajoso que nos quita tiempo y nos ralentiza en el día a día». En esta misma línea, Caballero opina que «se ha argumentado que hay medicamentos falsos en otros países, pero en España no se han registrado casos» y que «es una hiper-regulación redundante y un castigo para las farmacias, cuando lo que deberían hacer es rastrear el origen de los productos falsos o controlar las páginas web que venden dichos medicamentos, pero no a nosotros». Por último, el titular de esta farmacia desvela que «no nos ha llegado información sobre el nuevo procedimiento hasta principios de febrero, cuando la medida entraba en vigor el día 9», por lo que tilda de «precipitada» una medida que se ha impuesto «de sopetón».
«Muchas personas mayores toman una gran cantidad de pastillas y las distinguen por la forma y el color. Ahora, con los precintos, no va a ser posibles enseñárselas para que comprueben que es el medicamento que les falta»
Elena Martínez | Farmacia Sierra
Por su parte, Pepe Giménez, de la granadina Farmacia San José, reconoce que «el sistema no es especialmente complicado», pero añade que «en España hay un 0% de medicamentos falsos en las farmacias» desde hace años. Así, Giménez argumenta que «todo esto viene por los medicamentos falsos que se venden por Internet, como las famosas viagras de Canadá», algo que «en principio no se combate implantando esta medida en las farmacias españolas».
En última instancia, los clientes que atacan la medida aluden, sobre todo, a la imposibilidad de ver «el color y forma de las pastillas» antes de comprarlas. Este argumento, que en principio podría resultar baladí, cobra sentido con la explicación que Elena Martínez, de la Farmacia Sierra en La Chana, hace para el periódico IDEAL: «Muchas personas mayores toman una gran cantidad de pastillas diarias y, antes de comprárnoslas, nos piden que se las enseñemos para ver si, por el color y la forma, son las que les faltan. A partir de ahora, esto no será posible por el precinto de los envases». Unos minutos más tarde, Josefa, una clienta granadina de 79 años, nos confirma a la salida de la Farmacia Sierra que esa es su principal preocupación respecto a la nueva regulación. «Yo tomo ocho pastillas al día, y las distingo por colores. Con el cierre nuevo de las cajas no van a poder enseñármelas, y a ver cómo me apaño yo ahora...», sentencia la clienta.
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