«Me hace mucha falta trabajar y vengo de Almería a pedírselo a la Virgen»
Decenas de fieles hacen cola para ver a la Virgen de las Angustias en la basílica y dejan historias de devoción que trascienden las fronteras de la provincia
Tres años después, la Virgen de las Angustias volverá a procesionar hoy por las calles de Granada y desde primera hora de la mañana, el ... entorno de la Basílica es un hervidero de fieles que hacen cola para darle las gracias y presentarle sus promesas. Ha llegando gente en peregrinación de distintos puntos de la provincia, muchos de ellos incluso caminando en una jornada que está dejando historias de devoción que trascienden las fronteras de Granada.
Yolanda Antequera
«Mi cuñada tiene cáncer y mi hermano ha venido andando desde Albuñol para pedir a la Virgen»
Yolanda Antequera viene de Albuñol y se ha presentado esta mañana ante la Virgen de las Angustias con tres ramos de flores. «Uno por mi padre y mi cuñada que pasaron la covid el pasado año y sufrimos muchísimo. Mi cuñada estaba embarazada de mi sobrino y temimos lo peor. El último ramo es por mi hermana que está ahora en tratamiento y luchando contra un cáncer. Mi hermano ha venido andando desde Albuñol para rogarle a la Virgen que el próximo año puedan volver todos a verla», explica emocionada.
Pilar, Carmen María, Encarnación y Dolores
«La Virgen significa vida, no hay granadino que no viva esta devoción»
Las hermanas Pilar, Carmen María, Encarnación y Dolores, del convento de las dominicas -la mayor 89 y la más joven 82- no podrán seguir la procesión esta tarde pero la visita a la basílica era obligada. «Ya no podemos seguirla en la calle por la edad pero la seguiremos por los medios. Estamos emocionadas porque este año puede salir y que toda Granada la vea», cuentan con una sonrisa radiante en sus labios. «La Virgen significa vida, no hay granadino que no viva esta devoción, es un día muy grande», sentencia la hermana Pilar.
Ana y Paqui Rodríguez
«Venimos a pedirle trabajo y para que mi nieto nazca sano»
Desde Almería, siguiendo la llamada de la Virgen de las Angustias, han llegado Paqui y Ana Rodríguez, cofrades, devotas de todas las advocaciones de la Virgen y en especial de la Patrona de Granada. Hace un mes Ana, que es asistenta de hogar, se quedó sin trabajo y al postrarse ante el altar de la Virgen de las Angustias esta mañana le ha rogado que le de fuerzas y le ayude a salir del trance. «Estoy separada, tengo dos hijos estudiando y me hace mucha falta trabajar, se lo he rogado a la Virgen». «Yo vengo a pedirle por mi nieto, para que nazca sano», apunta su hermana Paqui.
Mercedes Valdivieso
«La Virgen me llama y me dice que venga»
Los kilómetros tampoco le han pesado a Mercedes Valdivieso, que viene desde Huelva para presentarle su devoción a la Virgen de las Angustias. «Mi padre, Ricardo Valdivieso, fue horquillero de la Virgen y para mi la devoción es una tradición familiar. Cuando nací me pasaron por su manto», cuenta con los vellos de punta de la emoción. Esta tarde la acompañará en la procesión «para que ella nos acompañe el resto del año». «A mi la Virgen me llama y me dice que venga. El amor a la madre de Granada me lo inculcaron de pequeña y siento una emoción tremenda, cada vez que vuelvo a la provincia mi primera visita es para Ella y poder estar aquí hoy en su día es un sentimiento indescriptible», concluye feliz.
Antonio Mesa y familia Mesa
«Le he contado a mis nietos que la abuela Pepa era muy devota y hacía la procesión descalza»
La tradición del día de la Virgen también se vive en familia. Es el caso de Antonio Mesa, que ha entrado en la Basílica rodeando con el brazo a su nieto adolescente, que vive en Valdepeñas (Ciudad Real) y ha aprovechado para contarle historias de la Patrona de Granada y de lo que significa para la familia. «Hemos entrado toda la familia para que los niños conozcan la patrona de Granada y les he contado cuando ardió el camarín y todos los granadinos se volcaron para salvarla. Me gusta explicarles lo importante que es para esta ciudad», cuenta el abuelo. «También hemos recordado a mi mujer, que ya no está con nosotros. Mis nietos no llegaron a conocerla. Le he contado a los niños que la abuela Pepa era muy devota y hacía la procesión descalza», relata emocionado.
«¿Por qué se llama Angustias, está triste? si Granada es muy bonita..», ha preguntado con inocencia el más pequeño de la familia, arrancando las risas del resto.
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