Enrique Torres, desde la terraza de su casa en Guadix. Ideal

«Ahora extraño lo que antes me agobiaba»

Mi aislamiento. Enrique Torres ·

En el Día Mundial del Teatro, el actor y director accitano lo celebrará viendo por las redes alguna función, mientras aprovecha su soledad para escribir un libro

Encarna Ximénez de Cisneros

GRANADA

Viernes, 27 de marzo 2020, 01:38

Aunque se siente con «doble nacionalidad» porque vive a caballo entre Granada y Guadix, es en esta última donde vive su reclusión. En una ... casa grande y antigua «donde tengo patio, azotea, puedo andar y ver los atardeceres». Eso sí, disfruta de ese entorno en total soledad. «Mi pareja está en su domicilio y mi hija en el suyo», salvo la compañía que le hacen un perro y un gato y «la ventana de las redes sociales», menos whatsapp, que no utiliza.

Publicidad

Enrique Torres es polifacético: guionista, director, pintor, dibujante y, sobre todo, acumula una larga trayectoria profesional como actor en cine, televisión, publicidad y, por supuesto, sobre las tablas, vinculado hace ya años a Histrión Teatro.

Además, se dedica a la docencia, imparte talleres en aulas municipales, asociaciones…, en ello estaba cuando llegó el estado de alarma, así que «sólo he podido realizar uno, los demás han quedado aplazados», aclara. Esto, dice, «no es un parón», al que a veces los actores están acostumbrados, esto es «un dique seco».

En el Día Mundial del Teatro que hoy se celebra, no tiene previsto nada especial. «Los titiriteros no somos mucho de eso», admite. Sabe que la mejor celebración sería poder estar en el escenario porque «nosotros –afirma– no podemos teletrabajar, necesitamos al público, la emoción del contacto». Pero aprovechará para ver alguna obra en las redes, en páginas como Teatroteca, «que tiene cientos de ellas y, seguro que, entre tanto abanico encuentro alguna que me apetezca», señala. No piensa en un título concreto. «Siempre que sea buena, me da igual porque no hago diferencias entre teatro clásico o contemporáneo», proclama.

Confiesa que a pesar de las circunstancias le faltan horas. Está preparando una novela que dejó en su momento a ver cuándo podía retomarla. Y ese momento ha llegado. «Gracias al horario tan flexible que tengo –afirma sonriente– le puedo dedicar días enteros».

Publicidad

Claro que estar solo le obliga a enfrentarse a todas las tareas fundamentales propias del hogar, por ejemplo a la cocina, que algo debe tener que consigue sacar su mejor sentido del humor: «Esta cuarentena me está enseñando muchas cosas». Y cuenta una de ellas: «Por ejemplo, que la fecha de caducidad de los mantecados es totalmente orientativa, puedo asegurar que los alfajores están perfectos», asegura, y ante la pregunta de si no le da miedo engordar, la respuesta es todavía más concreta: «La advertencia ya llega tarde».

Se le vienen a la cabeza muchísimas cosas que hará cuando nos dejen. «La primera, celebrarlo como merece con mi pareja», y llevar a su perra por el campo porque le encanta el senderismo. El silencio no le molesta. «Soy un poco eremita y me gusta ir a mi aire», pero reconoce que ya está echando de menos la locura de la Calderería donde reside en la capital: «Lo que antes nos agobiaba y nos cansaba, ahora se extraña», reflexiona. Y, cuando busque un bar, «será el que más ruido tenga». Porque tiene claro que, además de volver a disfrutar de su profesión, cuando esto termine «socializaré más que nunca».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad