Las 5 especies invasoras que más preocupan en Granada

Sumidos en plena ola de frío y con la tercera ola de la pandemia disparada, las especies invasoras no parecen ser una preocupación para los granadinos. No obstante, la prevención en estas fechas del año puede ser clave para contener algunas de las plagas que más comprometen a nuestro ecosistema e, incluso, a nuestra propia salud. El entomólogo Rubén Bueno analiza las cinco especies invasoras más preocupantes para Granada en este 2021 y pone el foco sobre todo en el mosquito tigre, el insecto que «más incidencia sanitaria» puede tener sobre los andaluces, ya que su población se encuentra «en expansión». De hecho, el verano pasado esta especie ya originó un brote de meningitis en Sevilla.

En el otro lado de la balanza, entre las buenas noticias destaca la ausencia de la avispa asiática en nuestra provincia, un animal que está comenzando a generar problemas en el norte de España pero que, por el momento, no ha sido detectado en el sur de la Península.

En todo caso, el experto Rubén Bueno destaca que «la problemática de especies invasoras es algo que afecta a todos los continentes», ya que «vivimos en un mundo muy globalizado que permite una gran diseminación de especies», cada vez más propiciada también por «el cambio climático».

La temporada de proliferación de los mosquitos tigre (Aedes albopictus) va de mayo a octubre y, según se ha observado otros años, su pico se produce en septiembre. El pasado verano, la presencia de fuertes lluvias unidas al calor del verano hizo que esta especie invasora se convirtiera en una plaga en Andalucía al multiplicar por cuatro su presencia con respecto a años anteriores.

De acuerdo con el entomólogo Rubén Bueno, esta especie invasora «es la que tiene un mayor impacto a nivel sanitario», ya que es «muy agresiva» con el ser humano, al considerarse un «potencial vector de algunas virosis como por ejemplo el dengue». En este sentido, el experto destaca que «en el año 2018 se produjeron en España los primeros casos de dengue autóctonos transmitidos por el mosquito tigre».

El mosquito tigre produce su picadura de día, y es capaz de llegar al orden de 30 a 48 'pinchazos' por hora, pudiendo atacar desde al hombre hasta al ganado, anfibios, reptiles o aves.

Su hábitat natural corresponde a zonas húmedas de áreas rurales con gran densidad de vegetación, aunque su plasticidad ecológica le permite colonizar áreas humanizadas y urbanas. De hecho, en nuestro entorno es un mosquito principalmente urbano que aprovecha sistemáticamente puntos de agua de origen humano para su reproducción. Las larvas se desarrollan en lugares donde haya pequeñas cantidades de agua, fundamentalmente si el sitio está sombreado, como platos de macetas o floreros.

El picudo rojo o gorgojo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus) fue detectado por primera vez en España en 1994, precisamente en la provincia de Granada. Su población ha ido en aumento con el paso de los años y su afección supone la muerte de las palmeras, siendo un peligro para la supervivencia de palmeras autóctonas españolas, así como para los palmerales cultivados.

De esta forma, el picudo rojo constituye una importante amenaza para extensas áreas de palmito en la Península, así como para las palmeras de Canarias y en concreto para zonas y parajes de gran importancia cultural y económica. Puede conllevar importantes pérdidas económicas relacionadas con la jardinería ornamental de palmeras.

Bueno explica que es importante realizar «actuaciones de control» sobre la población del picudo rojo para evitar los daños que provoca. Entre las propuestas para controlar las plagas se valoran la prohibición de la importación de palmeras afectadas por el insecto o sospechosas de serlo o evitar la poda de palmeras sanas en zonas donde hay palmeras enfermas para evitar la aparición de heridas que faciliten la entrada del insecto.

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) ha sido detectado en los últimos años en el embalse granadino de los Bermejales, que está conectado con el pantano de Iznájar, entre las provincias de Córdoba y Granada. Actualmente se encuentra en un proceso de expansión por los ríos donde ha sido introducida en España, y está colonizando aguas dulces en Europa, Asia y Norteamérica, causando enormes pérdidas económicas.

El principal peligro del mejillón tigre, de acuerdo con el entomólogo Rubén Bueno, reside en que «genera problemas sobre estructuras como conducciones de agua» y es capaz de «saturar motores de embarcaciones». Además, puede incrementar las tasas de incidencia de parásitos y enfermedades en otros organismos.

Desde 2009, cuando fue detectado en Granada, se han llevado a cabo acciones de prevención y control, en el caso de su presencia, desarrolladas por Comunidades Autónomas y Confederaciones Hidrográficas.

El galápago de Florida (Trachemys scripta) es originario del continente americano, pero hace varios años que tiene una importante población en España. Y es que, en los años noventa, muchos ciudadanos adquirieron esta tortuga como mascota. No obstane, el hecho de que este animal viva unos cuarenta años hizo que algunas familias decidieran liberar a su mascota americana en ríos y lagunas de la península, convirtiendo la invasión de esta especie en un problema para nuestro ecosistema.

En Andalucía se ha asociado la presencia de esta especie a masas de agua permanentes, con escasa o nula corriente, próximas a grandes ciudades, situadas en zonas recreativas, normalmente de uso público, y con cobertura vegetal densa.

Entre los problemas que puede generar el galápago de Florida, destaca su capacidad de competir con los galápagos autóctonos ibéricos, ya que puede vivir en condiciones naturales que los otros galápagos no toleran, como son la contaminación y la presencia humana. Además, depredan sobre una gran variedad de animales, desde invertebrados a todo tipo de pequeños vertebrados. Igualmente, pueden contribuir a la expansión de enfermedades y parásitos que podrían afectar a la fauna autóctona. Como explica Rubén Bueno, «una de las enfermedades que pueden ser generadas por el galápago de Florida es la salmonelosis».

La cotorra argentina (Myiopsitta monachus) tiene todavía una baja presencia en la provincia de Granada, pero su posible expansión es un motivo de preocupación, dado que la mayoría de estos ejemplares se encuentra en la vecina provincia de Málaga, donde se estima una población aproximada de 800 individuos.

Entre los principales problemas que puede originar la presencia de la cotorra argentina como especie invasora destaca la competencia trófica con otras especies, el gregarismo y la agresividad. Además, la cotorra argentina realiza la depredación de huevos y pollos de especies más pequeñas, como el mirlo común, una especie autóctona a la que tiende a desplazar.

Del mismo modo, uno de los mayores problemas que genera la cotorra argentina, según Bueno, es el daño sobre estructuras urbanas, ya que «los nidos que realizan en algunas infraestructuras pueden provocar su caída por exceso de peso». Las tareas de prevención sobre esta especie invasora son complejas, ya que, de acuerdo con el experto, «son complejas de capturar».

En cuanto a su afección sobre la salud humana, la cotorra puede transmitir la enfermedad de Newcastle, aunque no se ha confirmado aún en España. Igualmente, pueden ser un vector de propagación de agentes patógenos.