«Es un error cerrar la hostelería»

–Estos mensajes, ¿tienen un impacto real sobre la economía y el mundo empresarial?

–Sí tienen efecto, porque al final generan desconcierto en los ámbitos internacionales. En la competitividad que existe entre los países se genera incertidumbre sobre la viabilidad política, económica y social. Y encima lo haces desde el ámbito gubernamental. No ayuda a generar certidumbre entre los inversores. Son debates que generan frustración.

–España gasta menos que otros países en ayudar a empresas en la pandemia, según el FMI y el Banco de España. ¿Se puede hacer más que los ICO y los ERTE?

–Es una crisis sin manual de instrucciones. Los ERTE fueron fruto de la negociación; se usó el diálogo social como una herramienta útil y necesaria. Otra cuestión es que estemos renovándolos cada cuatro meses. Lo normal es que se hubieran aprobado, como ha hecho Alemania, hasta final de 2021. Ha habido medidas acertadas del Gobierno, pero el gran error ha sido la falta de piedad fiscal. Algunas empresas han tenido que pedir ICO para pagar deudas fiscales. No ha habido más que moratorias, aplazamientos y poco más. Las empresas están asfixiadas por los gastos estructurales y una fiscalidad poco benigna. Las hay que no han facturado nada.

–¿Qué esperan del plan del Gobierno para las empresas?

–Lo que pedimos es mayor sensibilidad, especialmente para sectores específicos, como la industria turística y el comercio. Somos la segunda potencia mundial turística; es inconcebible que con 83 millones de visitantes de la era precovid aún no haya plan de rescate. Es una industria que en muchos casos representa el 60-70% del PIB de una provincia. ¿Y se está ahora debatiendo después de 11 meses qué medidas adoptamos? Muchas actividades pueden desaparecer: las agencias de viajes, el ocio nocturno, los rent a car… Falta decisión. Llevamos meses escuchando esas iniciativas y ojalá se concreten, pero tenemos cierto escepticismo.

–Una sentencia del Tribunal Superior del País Vasco ha obligado a reabrir bares y restaurantes al estimar que no son foco probado de contagio. ¿Nos hemos equivocado cerrando la restauración?

–Yo creo que sí. Es un error. Se ha responsabilizado a la hostelería, como si fuera la culpable de los contagios. Los empresarios de la hostelería han hecho un esfuerzo enorme de adaptación a los protocolos covid. Esto forma parte del comportamiento social; somos las personas las que podemos o no hacer mejor las cosas e incrementar la incidencia del virus. A la hostelería no se le ha tratado con justicia; se ha visto que en otras comunidades se tomaban decisiones de otra naturaleza y no por ello crecía más la incidencia. El mundo empresarial no ha sido foco de contagio. Ha sido mínimo, incluso cuando se confiscaban las mascarillas y los guantes. ¿De qué estamos hablando? ¿Por qué ese afán de responsabilizar al mundo empresarial? Somos los primeros que queremos garantizar la seguridad.

–¿Apoyan desde la CEOE las demandas millonarias de la hostelería contra el Gobierno por los cierres y restricciones?

–El Gobierno central debe mover ficha porque no lo ha hecho aún. Claro que consideramos que es de justicia. Son miles y miles de autónomos que viven de la hostelería y del pequeño comercio, cuya actividad se ha frenado porque les han prohibido abrir; no es que venga la crisis de la covid, es que se ha vulnerado el principio de libertad de empresa. Y encima, si te dejo abrir, es con toques de queda, horarios reducidos, cierres perimetrales... Es muy difícil facturar así. Está claro que lo primero es la salud, pero si usted me obliga a cerrar por la normativa, me tendrá que compensar de alguna forma.