Entrega de premios de la 24ª edición del programa de Convivencia

Personas con nombres y apellidos a las que se destaca, como en el caso de Fermina Puerta, por un compromiso conocido y reconocido «con la integración y la solidaridad». Son más de cincuenta los años que lleva trabajando con entrega total que le ha valido este premio. De ella hablaba con el Defensor de la Ciudadanía, Manuel Martín, que la conoce bien; y allí estaba también Fuensanta Ibáñez, Carmelilla, una vecina de la zona Norte.

El acto comenzaba con el empuje de la queridísima Luisa Hornos y con la presencia del pregonero de este año, Iván Centenillo, que arrancaba con un «¿todo bien por aquí?», recibido con una ovación, la misma que se oyó al recordar una frase de su pregón –muy celebrado y que se recordará muchos años según me confesaban algunos de los que tuvieron la suerte de escucharlo– dirigido a los «ínclitos mayores de nuestra tierra».

A Curro Albaicín, otro premiado, le pude saludar en su asiento antes de comenzar la entrega y me presentó a su hermana María Teresa Guardia. De Curro poco se puede añadir de lo que ya se sabe, como persona, como artista, y como referente del Sacromonte, llevando a la ciudad por bandera.

Tarde de personas que saben hacer de la edad un valor añadido, en el que queda patente que todo es posible con ganas. Es el caso de Osvaldo Jiménez, cantante de tango, galardonado, entre otras cosas, porque nunca ha dado la espalda a colaborar en todo aquello que se le solicita y que dejó muestra de su voz en el escenario. Le saludé junto a su mujer, Jorgelina.

Fue la concejala de Derechos Sociales, Nuria Gutiérrez, la encargada de abrir el turno de palabras, emocionada porque «han vuelto tímidamente las sonrisas», y orgullosa de mantener ese reconocimiento a nuestros mayores, siempre muy participativos. Luego subieron al escenario para la entrega la vicepresidenta del Consejo Municipal de Personas Mayores, Elvira Pérez, y, el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, que fue el encargado de cerrar el acto, felicitando a los galardonados, antes de que la música –además de la de Osvaldo– sonara en las voces de Ismael Rodríguez y Verónica Carmona, con la orquesta dirigida por Fran Rivero. Un fin de fiesta totalmente apoteósico.

Antes, y a medida que se iba leyendo el acta, a cargo del coordinador de la concejalía, Néstor Fernández, se había completado el cuarteto de premiados, con el reconocimiento a los profesionales de Ayuda a Domicilio que siempre, y más durante la pandemia, «demuestran su entrega» para mantenerse a la altura de las necesidades que el colectiva reclama. Lo recogían María José Moya, Eva Ochoa y Encarnación López.

El público estaba entusiasmado con la idea de pasar una tarde con música y en compañía. Entre los asistentes pude saludar a José Luis Cabrera, psicólogo y muy vinculado a los mayores, y que acudió con su madre, Angustias Casado; también vi al concejal César Díaz; y a personal del ayuntamiento como Pino López-Perea, a la que nombro con ilusión, porque hacía mucho que no nos encontrábamos. Y, en cada fila había caras conocidas, historias interesantes y muchas ganas de pasarlo bien, que se fueron contagiando a medida que pasaban los minutos.