Acto de la asociación Guardias Civiles Solidarios de Granada. E. X. C.
La mirilla

Homenaje a un guardia civil granadino fallecido en la dana de Valencia

La Asociación de Guardias Civiles Solidarios finaliza su apoyo a los afectados por la dana de Valencia, ayudando a las hijas de un compañero fallecido

Encarna Ximénez de Cisneros

Lunes, 3 de noviembre 2025

Vimos un video en blanco y negro, que parecía una película antigua de guerra. Pero lo que contaba ocurrió hace apenas un año y no ... trataba de temas bélicos. Era un resumen del trabajo realizado por la Asociación de Guardias Civiles Solidarios de Granada que, desde el principio y durante meses, han estado echando una mano en la tragedia provocada por la DANA de Valencia.

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Y cuesta todavía recordarlo. Hubo lágrimas y rabia; y también la certeza de que las buenas personas siguen existiendo. Uno de ellos, miembro de la Benemérita, se llamaba Adolfo Torres y estaba aquella noche de la tragedia en el cuartel de Paiporta. Quiso salvar los vehículos –imprescindibles para la labor de salvamento a la que tantos servidores públicos se afanaron–, pero no fue posible; y perdió la vida en el intento.

Sus hijas, Leire y Carlota, se quedaron sin su progenitor y teniendo que recomenzar su vida. Y ahí ha estado también la Asociación que ha reunido treinta mil euros para apoyar a estas jóvenes –15 y 29 años– a comenzar de nuevo.

En un acto entrañable, se hizo la entrega simbólica de esta cantidad, momento que sirvió para concienciarnos y para darnos aliento. Porque en toda tragedia hay un haz de luz.

De eso sabe mucho José Luis Cabrera, presidente de los Guardias Civiles Solidarios, que llevan cientos de campañas de ayuda y casi dos millones de kilos recogidos de distintos materiales, labor en la que cuenta con la colaboración de setecientos asociados y de su equipo más cercano con Roberto Narro, Juan Antonio Martínez, Jesús Curiel y José Luis Gómez.

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En la Casa García de Viedma, en Armilla, se celebró un acto al que no faltaron compañeros llegados de tierras valencianas, algunos como Adolfo Ylla, que estuvo horas agarrado a un árbol para salvarse; y Eduardo Flores, encargado de Protección Civil, ambos en Paiporta.

Sus testimonios –en momentos, duros– se deben resumir, para intentar sacar algo bueno, en una frase: «es una experiencia de la que hay que aprender». No sé si lo conseguirán, pero con la carta de Carlota, recordando a su padre y que nos leyó en directo, quedó claro que el peso del recuerdo nos va a acompañar durante mucho tiempo. «Una parte de mí se niega a creer que no voy a volver a verle», afirmó la hija mayor de Adolfo Torres, en presencia de su hermana de la que se ha hecho cargo.

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Había representantes del ayuntamiento de Armilla y de Churriana de la Vega y de la Diputación; de Motril y su Puerto, de asociaciones y, por supuesto, de la Guardia Civil, con Juan Jesús Ruiz y Daniel Fernández. Y estuvieron con el corazón. Que nunca se nos olvide llevarlo por delante.

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